Nota del editor: Hoy, 15 de mayo, celebramos el Día Internacional de la Familia. En medio de un mundo que cambia rápido, el élder D. Todd Christofferson nos recuerda que la familia no es solo una idea bonita… es una creación divina.
La familia no es un experimento social. Tampoco es una coincidencia histórica. La familia es una creación de Dios, diseñada con amor y propósito.
Así lo afirmó el élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles:
“La familia es creación de Dios, no una invención humana. Nuestro amoroso Padre Celestial envía a Sus hijos a la tierra en familias porque esta es una parte esencial de Su plan para nuestro crecimiento, mejora y felicidad”.
¿Te has puesto a pensar en eso últimamente?
No es casual que hayamos llegado al mundo con una madre que nos abrazó primero o un padre que nos cuidó desde el inicio. O que ahora estemos formando nuestras propias familias, imperfectas, sí, pero llenas de momentos sagrados en medio del caos diario.

El valor de lo cotidiano
A veces pensamos que las cosas grandes son las que cambian el mundo. Pero el élder Christofferson señala que son precisamente las pequeñas rutinas diarias las que forman las almas eternas de nuestros hijos.

Cuando los hijos ven a sus padres decir la verdad, servir al prójimo, orar juntos, pedir perdón… están viendo valores en acción. Más allá de las palabras, es el ejemplo constante lo que predica el sermón más poderoso.
Una familia imperfecta con un destino eterno

El élder Christofferson nos recuerda que las familias aquí en la tierra son reflejos imperfectos de la familia celestial de Dios. Sin embargo, es aquí donde aprendemos a amar, perdonar, crecer y prepararnos para una alegría eterna junto a Él.
“El propósito de Dios es que encontremos gozo aquí y nos preparemos para un gozo eterno con Él en la eternidad, donde el modelo de las familias continúa para siempre”.
Hoy y siempre: celebremos a la familia
En este Día Internacional de la Familia, celebremos no solo a quienes comparten nuestro apellido, sino a quienes comparten nuestra vida, nuestro tiempo y nuestro amor.

Porque al final del día, las familias no solo construyen hogares… construyen el cielo.
¿Tú también sientes que tu familia es un regalo divino?
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