Un artículo reciente en Business generó una considerable publicidad acerca de esta portada La portada hacía burla de un sagrado acontecimiento en la historia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, cuyos miembros en ocasiones son llamados mormones. La portada fue emitida antes del artículo y recibió una crítica inmediata de los expertos en periodismo, inclusive Rick Edmonds. Edmonds es un analista de negocios de medios de comunicación en el Poynter Institute. Ellos destacan por su enfoque en ayudar a profesionales en la integridad periodística de la práctica en el campo y para controlar el sesgo. Edmonds le dijo a Deseret News:
“Como alguien que ha estado observando la cobertura de la política y la fe más específicamente del ‘tema mormón’ durante el último año, veo esto como un gran paso en reversa. Pensé que estábamos dejando atrás el ridiculizar las imágenes sagradas de otras creencias, incluso a los musulmanes radicales, dejen en paz a nuestros compatriotas estadounidenses. Dudo que la historia esté tan fuera de lugar como la portada, pero por sí misma, la portada cruza la línea entre un comentario y la intolerancia”.
El artículo acompañante se enfocaba en la situación financiera de la Iglesia. Mucho del artículo era engañoso y no daba una visión correcta de la historia. Esto es, en parte, porque siempre es difícil escribir acerca de la creencia de otra persona porque a uno le falta la profundidad de entendimiento de varios temas. Para comprender un aspecto de una creencia, uno debe entender muchos más aspectos y pocos periodistas en un encabezado toman el tiempo para hacerlo. Uno debe, de hecho, entender la creencia y cómo las finanzas de una creencia difieren de las finanzas corporativas.
¿Cómo se utiliza el dinero mormón?
Las finanzas mormonas han sido discutidas públicamente por los líderes de la Iglesia. Dos veces al año, la Iglesia tiene una conferencia que se transmite a nivel mundial y también se publica en la revista oficinal y en el sitio web oficial. En 1985, Gordon B. Hinckley, quien era entonces el presidente de la Iglesia, respondió un número de preguntas que los miembros tenían, inclusive preguntas de finanzas. La respuesta completa, en oposición al breve resumen utilizado en el artículo, da un mayor entendimiento de los temas financieros de la Iglesia. Aunque es demasiado largo para citarlo en este artículo, usted puede leerlo por sí mismo. Hay dos preguntas relacionadas con las finanzas de la Iglesia.
Preguntas y Respuestas
El Presidente Hinckley explicó que la mayoría de los activos de la Iglesia están en edificios para las iglesias, templos, escuelas, educación religiosa proporcionada para los estudiantes adolescentes y universitarios, la obra de bienestar, las instalaciones genealógicas, y los edificios de misión. Él destaca que estos no producen ingreso, sino utilizan recursos. Ellos son construidos no para crear riqueza, sino para apoyar la labor de la Iglesia y para edificar y ayudar a los miembros. Esta es una manera en que las finanzas religiosas difieren de las finanzas seculares.
Los mormones creen en ser financieramente responsables. A los miembros no se les enseña a tener riqueza, sino volverse responsables, a no tener deudas y mantener ahorros y recursos para tiempos de dificultad financiera. En un tiempo cuando muchas iglesias están cerrando debido a la deuda excesiva o diezmos disminuidos, los mormones saben que deben estar preparados para épocas cuando los miembros no diezmen de manera suficiente para suplir las necesidades de la Iglesia, particularmente a medida que la Iglesia incremente el número de conversos en países con menor riqueza. Una historia del PBS de 2009 sobre religión y finanzas informó que los prestamistas estaban viendo un incremento constante en la bancarrota de iglesias. Como parte de su determinación para ser financieramente responsables, los mormones han tomado las medidas para asegurar que no enfrentarán problemas similares. Una iglesia que cierra sus puertas, como lo han hecho muchas, no puede llevar a cabo la obra de Dios. La Iglesia no tiene ninguna deuda, algo casi poco usual hoy en día, particularmente en el mundo secular y eso significa que no se desperdicia el dinero de los diezmos en pagos de intereses. Mientras muchas iglesias construyen utilizando dinero prestado, los mormones se aseguran que tienen el dinero antes de empezar un proyecto. El informe del PBS menciona que otras iglesias han empezado a operar negocios tales como megamercados para ayudarse a través de los desafíos financieros.
El Presidente Hinckley explicó que las empresas comerciales no podrían sostener a la Iglesia por un período de tiempo significativo. Sin embargo, ellos se utilizan para extender la obra de la Iglesia, no para hacer ricos a los líderes de manera personal. Los líderes de la Iglesia no reciben una acción de “ganancias” y por lo tanto no tienen una motivación personal para aportar gran riqueza. La mayoría de los líderes de la Iglesia trabajan sin pago; los líderes, a tiempo completo pueden recibir un modesto estipendio, no un salario, si se necesita. El estipendio es mucho menor que lo que la mayoría de ellos ganó en sus carreras privadas. Éste es pagado de la rama lucrativa, no de los diezmos.
Los líderes mormones no escogen la religión como carrera. Ellos tienen carreras comunes y sirven en una variedad de posiciones sin pago en la Iglesia, después de su horario de trabajo. Aquellos que son escogidos para las posiciones más altas, tales como los apóstoles y el profeta, son escogidos entre los miembros comunes de la Iglesia, generalmente a edad mayor después de que están bien establecidos en sus carreras seculares. A ellos se les requiere dejar su empleo pagado y servir el resto de sus vidas. Muchos no se han retirado aún de sus carreras antes de ser llamados a estas posiciones.
Los mormones creen que uno no debe rechazar un llamamiento para servir simplemente porque uno no es independientemente solvente. El Presidente Monson, actual presidente de la Iglesia, tenía apenas poco más de treinta años (una edad inusualmente joven) cuando se volvió apóstol y por lo tanto, no estaba cerca a la edad de retiro, por ejemplo. Muy pocas personas podrían dejar de trabajar a tan joven edad y sostener a sí mismos el resto de sus vidas.
Obra humanitaria
Es importante notar que las cifras humanitarias mencionadas en el artículo representan una pequeña fracción de la obra caritativa realizada en la Iglesia. Las congregaciones locales proporcionan su propia labor humanitaria que no está incluida en los totales. Por ejemplo, un banco de alimentos en Texas recibió recientemente 14,000 libras de alimentos que fue producido en las granjas de propiedad de los mormones en una época cuando la agencia estaba corta de provisiones. Proyectos como este suceden en todo el mundo, pero no son parte de la fundación de ayuda humanitaria.
Además, en toda la Iglesia hay una variedad de programas que no son consideradas parte del programa humanitario oficial, inclusive programas de capacitación para el trabajo, instrucción de idioma para los inmigrantes, programas de alfabetización, clases de crianza de los hijos, y capacitación financiera. Cada programa cuesta dinero pero no son parte del programa de ayuda humanitaria, el cual es una iniciativa distinta de llevar a cabo programas específicos sin distinción de religión, nacionalidad o etnicidad. El programa humanitario es una entidad específica que lleva a cabo ciertas iniciativas pero es sólo parte de la visión total.
Aunque algunos programas específicamente están destinados a mormones, se debe recordar que cuando su comunidad de fe ha cuidado completamente de ellos, ellos no necesitan utilizar los servicios ofrecidos por el gobierno u otras caridades, lo que deja a esos fondos libres para aquellos que pertenecen a iglesias sin esos recursos o aquellos que no tienen una iglesia. La mayoría de bancos de alimentos comunitarios deben estar preparados para servir a cualquier que viene a tocar la puerta y por lo tanto racionan los alimentos. La bolsa o dos que se proporciona no es suficiente y las familias deben ir de entidad en entidad para recibir ayuda. Un mormón que va a su banco de alimentos, llamado el almacén del obispo, recibirá todo lo que realmente necesita para dos semanas, lo que incluye alimentos, artículos de limpieza, artículos de higiene y artículos de cuidado de bebés. Él selecciona lo que necesita de una lista. Esto es posible solamente porque sirven a un pequeño número de personas. Además, la Iglesia puede ayudarles con los servicios públicos, la vivienda y cuidado médico según se necesite. Es imposible proporcionar tanto cuando se debe cuidar de un número ilimitado de personas y aunque estas organizaciones hacen lo mejor que pueden, su misión se esfuerzan para hacer todo lo que pueden con un grupo más limitado de personas a quienes servir. A esto se debe que muchas organizaciones caritativas se especializan en un aspecto de necesidad o sirven sólo a una población limitada. Por ejemplo, algunas caridades trabajan sólo con inmigrantes, y otros solamente con personas que tienen una discapacidad específica. Cuanto más especializada sea la ayuda, más integral puede ser dentro de esa comunidad.
Las finanzas de una religión no pueden ser analizadas en la misma manera en que se puede analizar los negocios lucrativos, particularmente si el escritor no comprende cómo utilizan su dinero las organizaciones sin fines de lucro, y especialmente las iglesias. Cuesta dinero llevar a cabo programas de la Iglesia y la mayoría de las iglesias han aprendido que no pueden depender solamente de los diezmos para realizar sus misiones. Muchas iglesias han acudido a otras fuentes de ingreso, inclusive a negocios no religiosos––y aquellos que a menudo no dejan de existir. La responsabilidad financiera incluye el asegurar que se tiene los fondos para llevar a cabo la misión de la creencia.
