¿Se ha sentido alguna vez completamente fatigado? ¿No física, sino emocionalmente? Cuando usted siente que la vida no puede ser peor… O tal vez usted se pregunte aun ¿por qué nació?
Una de las historias de las escrituras más poderosas que he leído se puede encontrar en el Antiguo Testamento y para mí, se refiere directamente a estos sentimientos. Todo se trata de una serpiente de bronce.
Moisés tenía sus manos llenas. Había sido llamado por el Señor para que liberara a los hijos de Israel de las garras del Faraón. Pero incluso después de escapar, los israelitas no hacían más que quejarse. Como resultado de ello, las cargas de Moisés eran grandes.
A Moisés le fue dicho por el Señor antes de liberar a los israelitas:
“Ahora verás lo que yo haré a Faraón; porque con mano fuerte los dejará ir, y con mano fuerte los echará de su tierra….
“Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes;
“y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto” (Éxodo 6:1, 6-7)
Así Moisés sabe claramente lo que acontecerá en su futuro. Pero él todavía tiene que conocer la verdadera naturaleza de los que ha sido llamado a dirigir. Una vez más, casi desde el comienzo, los israelitas se quejan y murmuran y protestan y….
De hecho, a pesar de que durante años habían clamado al Señor por la liberación de la esclavitud de Faraón, ellos todavía empiezan a quejarse justo antes del milagro de la división del Mar Rojo:
“Y dijeron a Moisés: …. nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto?” (Éxodo 14:11)
¿El hombre los estaba conduciendo a un lugar seguro y aún se quejan?
La respuesta de Moisés es simplemente: “No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros”.(Éxodo 14:13).Y el mar se abre y cruzan en tierra seca.
Pero pronto empiezan a murmuran otra vez.
“Ojala hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, … cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud” (Éxodo 16:2-3)
¿Qué hace Moisés por ellos? Gracias al Señor, Moisés les muestra el maná –una sustancia milagrosa que aparece diariamente y los alimenta por los próximos 40 años.
Los israelitas continúan con este patrón de murmuración. No estoy segura de por qué Moisés no los acaba tirando en algún pozo. Pero no, él continúa dirigiendo y sirviendo, dándoles agua de una roca y aconsejándoles en rectitud. Él les da los 10 Mandamientos para dirigirlos en vías de verdad y rectitud. Sin embargo, todavía se quejan.
Y el Señor mismo continuó dirigiéndolos con una nube de día y una columna de fuego durante la noche.¡Y aún se quejaban! Y, entonces, empezaron las rebeliones, la codicia creció (el libro de Números en el Antiguo Testamento es muy instructivo sobre los acontecimientos durante este tiempo). Finalmente el Señor mandó “serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel” (Números 21:6).
Esto se convierte en un característica importante en la historia de los antiguos hijos de Israel. (Moisés, demuestra una vez más su carácter valiente.) Moisés les da una elección trascendental. Mientras que los israelitas yacían retorciéndose en el suelo debido a las mordeduras de serpiente, el Señor instruye a Moisés:
“Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá” (Números 21:8)
Si estuvieran presentes, ¿habrían mirado? Se trataba de una cosa simple en verdad. Sólo levantar la cabeza para ser curado. Para encontrar el resto de la historia, lea Números 21:9.Pero el punto es, Moisés enseña una lección importante. “Sean suficientemente humildes para mirar y vivir”, es esa la lección. ¡Todo a partir de una “serpiente de bronce”!
En el Libro de Mormón, leemos:
“Y ahora bien, hermanos míos, he hablado claramente para que no podáis errar; y como vive el Señor Dios, que sacó a Israel de la tierra de Egipto, y dio poder a Moisés para sanar a las naciones después de haber sido mordidas por las serpientes ponzoñosas, si ponían sus ojos en la serpiente que él levantó ante ellas, y también le dio poder para que hiriera la peña y brotara el agua; sí, he aquí os digo que así como estas cosas son verdaderas, y como el Señor Dios vive, no hay otro nombre dado debajo del cielo sino el de este Jesucristo, de quien he hablado, mediante el cual el hombre pueda ser salvo”. (2 Nefi 25:20)
Moisés mostró el camino, incluso para nosotros hoy. Ese serpiente de bronce que colocó en un poste y levantó para curar los israelitas representó a nada menos que el Sanador que puede salvar – aun Jesucristo.
Moisés junto con la serpiente de bronce entrelazada era un modelo o figura de Cristo que estaba por venir. Esta es la razón por la que pienso que esta historia de las escrituras es una de las más poderosas que hay en el Antiguo Testamento.
Y esta es la razón por la que cuando estoy emocionalmente cansada, pienso en Moisés. Él estaba cansado, estoy segura, de dirigir a aquellos israelitas que tenían tristes desafíos. Sin embargo, él había aprendido algo. Su futuro Señor, aun Jesucristo, cura todas las heridas emocionales. Moisés sabía que para los que están retorciéndose en el suelo, y para nosotros hoy en día, todo lo que necesitamos hacer es “mirar y vivir”.
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Por Cindy Bezas el 31 de enero de 2008