En la década pasada, los padres han escuchado mucho acerca de la necesidad de los hijos de una autoestima alta.Por supuesto que los padres quieren hijos felices y seguros.¿Qué podría ser mejor?
Como padres preocupados, trabajamos duro para ayudar a nuestros hijos a llegar a ser seguros.Los escuchamos, los alentamos y les hablamos positivamente.Les proveemos con estructura, guía, y responsabilidad; una estructura para ayudarlos a sentirse seguros.Los llevamos a clases de piano, futbol, ballet, arte, y baseball para ayudarles a desarrollar talentos y habilidades par que ellos puedan estar seguros en sus propias habilidades.Los ayudamos con la escuela para que ellos se sientan bien sobre su desempeño académico.Motivados por amor, nuestros esfuerzos los ayudan a desarrollarse en formas saludables.
Pero en nuestro gran trabajo, ¿hemos perdido las verdades sencillas del desarrollo de la autoestima?
¿Hemos compartido con ellos los secretos que ofrece ese poder mayor, infinita confianza en propósito, y gozo inmensurable?
Cuando damos a nuestros hijos el conocimiento de quienes son, porqué están en la tierra y a dónde van, les damos mucho más que un “¡Bien hecho!”Este conocimiento es el verdadero cimiento para una autoestima saludable.
Quiénes son
En las palabras famosas del Apóstol Pablo, aprendemos quiénes son nuestros hijos.Él declaró que todos somos hijos de Dios. Hechos 17:28-29.
Los líderes modernos de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, a quienes se les refiere como Mormones, han repetido estas palabras en La Familia: Una Proclamación para el Mundo:
” Todos los seres humanos, hombres y mujeres, son creados a la imagen de Dios. Cada uno es un amado hijo o hija espiritual de padres celestiales y, como tal, cada uno tiene una naturaleza y un destino divinos.”
Considere esta asombrosa declaración.Ser un hijo de Dios significa que somos eternamente importantes.Significa que tenemos herencia divina.Saber que somos hijos de un Padre Celestial, brinda a nuestras vidas propósito y dirección.Tenemos potencial celestial y somos muy queridos.¿Podría haber un mensaje de amor, esperanza y expectativa más poderosa para nuestros hijos?
Porqué están aquí
Nuestros hijos tienen una importante misión mientras están aquí en la tierra.Están aquí para aprender, progresar y prepararse para reunirse con Dios.
“Porque he aquí, esta vida es cuando el hombre debe prepararse para comparecer ante Dios; sí, el día de esta vida es el día en que el hombre debe ejecutar su obra.” (Alma 34:32-33)
Nuestro Padre Celestial envió a Su hijo, Jesucristo, como el ejemplo a seguir.La vida del Salvador fue una vida de servicio.Él “anduvo haciendo bienes.” (Hechos 10:38.)
Los talentos y habilidades que nuestros hijos aprenden les puede brindar confianza para ser personalmente agradables.Un propósito mayor de tener los talentos es para servir a otros como Cristo lo hizo.
Nuestros hijos pueden tocar piano en un servicio de la Iglesia, cocinar comidas para una familia con un recién nacido, presentar un baile para llevar sonrisas a los ancianos en un asilo.Nuestros hijos pueden usar sus habilidades para hacer el bien en su familia, su escuela, su vecindario y en sus futuras profesiones.El servicio a otros edifica la autoestima.Cuando los hijos sirven a otros, ellos sirven a Dios y trabajan para alcanzar su potencial divino. (Mosíah 2:17)
A dónde van
Nuestros hijos pueden saber que ellos pueden vivir eternamente con su Padre Celestial cuando esta vida termina.Este es el objetivo de nuestro Padre y de Jesucristo.
“Porque, he aquí, ésta es mi obra y mi gloria: Llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre.” (Moisés 1:39)
A causa de la Expiación de Jesucristo, podemos regresar a vivir con Él si nos esforzamos en guardar Sus mandamientos y aprovechamos la oportunidad de arrepentirnos cuando cometemos errores.(Jacob 6:11)
Cuando nuestros hijos saben a dónde van, sus propósitos son seguros, sus objetivos son claros y su potencial inigualable – de ser coherederos con Cristo.Otra vez, en las palabras del Apóstol Pablo:
“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con Él, para que juntamente con Él seamos glorificados.” (Romanos 8:16-17)
Cuando nuestros hijos saben quiénes son, porqué están aquí, y a dónde van, ellos pueden estar seguros – que son hijos de Dios.Pueden ser felices – sus vidas tienen un plan.Pueden estar facultados – pueden regresar triunfantes a su Padre Celestial habiendo alcanzado su potencial.Ahora, ¿qué podría ser mejor que eso?
Por Ahlstrom Jenny el 6 de febrero de 2008.