Me encanta ser mamá. Es una de las bendiciones más grandes en mi vida. Pero también es una de las responsabilidades más grandes que tengo. Cómo crío a mis hijos será un influencia en ellos gran parte de su vida, si no por la eternidad. ¡Qué presión!
Algo que siempre está en mi mente es su bienestar espiritual. Para citar a un profeta del Libro de Mormón, pienso si mis hijos “perecerán en la carne a causa de la incredulidad” (2 Nefi 10:2). ¡Pero no si hay algo que yo pueda hacer al respecto!
El profeta antiguo que pronunció esas palabras se llamó Jacob. El profetizó que algunos de los hijos de Dios de la antigüedad sí perecerían por su incredulidad en Dios y que los Judíos en Jerusalén crucificarían a su Salvador. ¡Qué doloroso ha de haber sido ver esto antes de que sucediera!
Pero en sus propias palabras, él nos da la solución para la situación. El enseña la respuesta para el problema: Jesucristo
“Pero he aquí, así dice el Señor Dios: Cuando llegue el día en que crean en mí, que yo soy Cristo, he hecho convenio con sus padres que entonces serán restaurados en la carne, sobre la tierra, a las tierras de su herencia.
“Y acontecerá que serán congregados de su larga dispersión, desde las islas del mar y desde las cuatro partes de la tierra; y serán grandes a mis ojos las naciones de los gentiles, dice Dios, en llevarlos a las tierras de su herencia.” (2 Nefi 10:7-8)
Esta es mi creencia: mientras les estoy enseñando el camino de Jesucristo a mis hijos, mientras personalmente estoy buscando seguirle en todo lo que hago y digo, y mientras sea bondadosa con mis hijos mientras crecen, ellos elegirán al Salvador como su Redentor. ¿Y si algún día caen? La respuesta sigue siendo Jesucristo. Cuando elijan regresar a Él, Él estará esperándolos para juntarlos y bendecirlos en todo lo que tiene para ellos.
Esto me da consuelo como madre. En verdad me encanta ser madre. Es una de las bendiciones más grandes en mi vida. Pero también es una de las responsabilidades más grandes que tengo. Estoy bien pendiente del hecho de que la forma en que críe a mis hijos será una influencia en ellos por la mayoría de sus vidas, si no por todas sus vidas. Pero no tengo que hacer esto sola. Mientras les ayudo a crecer en Cristo, Él estará allí para ayudarles a evitar el perecer. Pero si llegan a fallar, ¡Él les ayudará a regresar!
Por Cindy Bezas el 29 de febrero de 2008.
