Cuando alguien nos ha lastimado a nosotros o a alguien que queremos, nos sentimos enojados. A veces sentimos angustia.Estas emociones pueden ser tan profundas y tan difíciles que pensamos si algún día sentiremos alegría otra vez.
Recuerdo cuando el esposo de una buena amiga fue golpeado y abandonado para morir al lado de una carretera desolada. Si no hubiera sido por el milagro de que alguien lo encontró, mi amiga hubiera sido viuda con varios niños pequeños.
Este tipo de accidente es difícil de entender. Mi esposo y yo perdimos un bebé debido a la enfermedad de muerte infantil repentina.Mi esposo perdió su trabajo poco después de la muerte de nuestro bebé. He tenido tres abortos. Hemos tenido otros desafíos. Supongo que sería fácil reclamarle a Dios: “¿Por qué nos estás haciendo esto?”
Pero en mi experiencia, no es que Dios “nos esté haciendoesto.” Es algo completamente diferente. Hay una escritura que me ayuda a entender una perspectiva mucho más profunda. No es una perspectiva fácil, pero esa una perspectiva que me ayuda a ver más allá de lo que normalmente podría ver.
Primero un marco histórico. Lehi fue un antiguo profeta americano. Sus enseñanzas se encuentran en el Libro de Mormón. Lo que dijo acerca del sufrimiento fue muy instructivo.
“Porque es preciso que haya una oposición en todas las cosas. Pues de otro modo, mi primer hijo nacido en el desierto, no se podría llevar a efecto la rectitud ni la iniquidad, ni tampoco la santidad ni la miseria, ni el bien ni el mal. De modo que todas las cosas necesariamente serían un solo conjunto; por tanto, si fuese un solo cuerpo, habría de permanecer como muerto, no teniendo vida ni muerte, ni corrupción ni incorrupción, ni felicidad ni miseria, ni sensibilidad ni insensibilidad.” (2 Nefi 2:11)
Los profetas hablan las cosas como las ve Dios. Lo que este profeta, Lehi, enseñó es que sin la oposición, no puede suceder nada bueno. Entonces, si toda la oposición dejara de existir, el bien también dejaría de existir.Lehi enseña que la creación de nuestro planeta y del ser humano no tendría propósito. Otra vez, un pensamiento profundo, pero un pensamiento importante si debemos nuestra existencia en la vida y nuestras experiencias. Lehi continúa diciendo:
“Por lo tanto, tendría que haber sido creado en vano; de modo que no habría habido ningún objeto en su creación. Esto pues, habría destruido la sabiduría de Dios y sus eternos designios, y también el poder, y la misericordia, y la justicia de Dios.” (2 Nefi 2:12)
En otras palabras, al desear no tener que pasar por momentos difíciles, estoy deseando por un mundo que estaría en contra de la sabiduría de Dios. Cuando dudo, ¡estoy insinuando que sé mejor que Dios mismo!
“Y si decís que no hay ley, decís también que no hay pecado. Si decís que no hay pecado, decís también que no hay rectitud. Y si no hay rectitud ni felicidad, tampoco hay castigo ni miseria. Y estas cosas no existen, Dios no existe. Y si no hay Dios, nosotros no existimos, ni la tierra; porque no habría habido creación de cosas, ni para actuar, ni para que se actúe sobre ellas; por consiguiente, todo se habría desvanecido.” (2 Nefi 2:13)
A veces creo que la manera más fácil de entender estas cosas es cuando pienso en una amiga que tenía cáncer. Diez años después de su experiencia, dijo que su enfermedad era la única manera de aprender lo que aprendió de sí misma, su tenacidad etc. He escuchado a otros decir cosas parecidas. Claro no tuvieron esta perspectiva DURANTE la prueba, pero el tiempo tiene su manera de ensanchar el entendimiento. ¡Es este tipo de sabiduría, el que estos amigos han logrado a través de sus desafíos, al que se refería Lehi!
Claro, cuando alguien nos ha lastimado o ha lastimado a alguien que queremos, nos sentimos enojados. Claro que a veces sentimos angustia. El Señor entiende nuestras emociones. Estas emociones pueden ser tan profundas y difíciles que dudamos que algún día nos sentiremos de buen ánimo otra vez. Pero al buscar a Dios y leer de las escrituras que Él nos ha dado, lograremos una perspectiva más amplia de lo que Dios tiene para nosotros. ¡Y algún día podemos llegar a ser como mi amiga, que dijo que su desafío fue la única manera de ganar la valiosa sabiduría que tiene!
Para leer más de las palabras de Lehi, siga este enlace al Libro de Mormón.
Por Cindy Bezas el 29 de febrero de 2008