En un reciente video, el presidente Jeffrey R. Holland compartió un mensaje que llega directamente al corazón de los jóvenes Santos de los Últimos Días. Con su estilo directo, pero siempre amoroso, extendió una invitación clara y sincera:
“La asistencia de los jóvenes al templo es uno de los acontecimientos más profundos e importantes de nuestros días”, dijo con firmeza mientras miraba a la cámara.
Pero no fue solo una invitación. Fue una promesa.
“Quiero que vayan [al templo], y yo iré con ustedes. Nos encontraremos allí, pasaremos un tiempo maravilloso y nuestra fe será fortalecida”.
Acércate a Dios en el templo
El mensaje del presidente Holland nos recuerda que el templo es más que un edificio sagrado; es un refugio, un lugar de revelación y de conexión con Dios. Cada joven que cruza sus puertas no solo entra en una casa de adoración, sino en un espacio donde su fe se fortalece, sus dudas se disipan y su propósito se ilumina.
Presidente Jeffrey R. Holland, presidente en funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
En un mundo lleno de ruido y distracciones, la invitación del presidente Holland es un llamado a lo esencial: acercarnos a Dios en Su casa, sentir Su amor y recibir guía para nuestra vida.
Un testimonio que resuena en la eternidad
El presidente Holland no dejó espacio para dudas. Su testimonio fue firme y sin rodeos:
“El evangelio restaurado en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la verdad misma de Dios”.
Y agregó con humildad y convicción:
“Estoy demasiado viejo como para renunciar a un futuro encuentro con mi Salvador y tratar de engañarlos o fingir. Esto es la verdad”.
Palabras poderosas de un hombre que ha dedicado su vida al servicio de Dios y Su Iglesia.
Una invitación para todos
El presidente Holland dejó su testimonio con una certeza absoluta, especialmente para los jóvenes, en el nombre de Jesucristo. Su invitación no es solo para quienes ya han ido al templo, sino para quienes tal vez sienten temor, inseguridad o simplemente aún no han tomado esa decisión.
¿Aceptas la invitación?
El templo te espera. El Salvador te espera. Y, como prometió el presidente Holland, él también podría estar allí.
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