“La verdadera Navidad llega a aquel que ha aceptado a Cristo en su vida como una fuerza impulsora, dinámica y revitalizadora.”
Las luces brillantes y atractivas, las cajas de regalos y paquetes finamente envueltos, pliegos de papeles rojos, verdes lustrados con diseños distintos, las esferas en las cuales los niños se reflejan, la cena Navideña, las compras Navideñas, los adornos y las luces encendidas alrededor de las casas, todo ello, en conjunto, conforma lo que determinaríamos como la Navidad. Pero, creo que el ver a la Navidad así, es una visión muy limitada, de lo que podríamos hacer para vivir la Navidad, y no solo, en épocas decembrinas, si no, en todo el año. Podemos reflexionar en lo que James Wallingford escribió lo siguiente sobre la Navidad:
“La Navidad no es un día ni una estación, sino una condición del corazón y de la mente.
Si amamos al prójimo como a nosotros mismos;
Si en nuestra riqueza somos pobres en espíritu y en nuestra pobreza somos ricos en misericordia;
Si nuestra caridad no se gloría en sí misma sino que es sufrida y benigna;
Si cuando nuestro hermano nos pide un pan, nos entregamos a nosotros mismos; Si cada día nace repleto de oportunidades y muere habiendo logrado algo, sin importar cuán pequeño sea;
Entonces cada día es de Cristo y la Navidad siempre está cerca.”
Él es la Dadiva, gracias a que el vino, podemos reinventarnos, y tener esperanza de los regalos más preciados como: la Esperanza, el amor, la bondad y la compasión. El centrarnos en el verdadero significado de la Navidad, nos permitirá sentir más el espíritu verdadero de la Navidad, y de las dadivas más preciadas que él, Jesucristo, nos otorgó, al venir a la Tierra, sigamos su ejemplo por medio de brindar estas Dadivas preciadas que él nos enseñó, tales como amar a nuestro prójimo, perdonar, ser bondadosos, no juzgar, y ser misericordiosos. Día con día, nuestra visión de la Navidad, se ira expandiendo, y nuestro amor por nuestro Salvador se manifestara todos los días, que centremos nuestra vida en Jesucristo, y no solo en esta época, sino en todo el año. ¡Alégrate! Os ha nacido un Salvador, el cual es cristo, Jesus, el, representa lo que más importa en Navidad, brindémosle el regalo de darnos a nosotros mismos, y seguirlo a él.