Tal vez no haya algo más devastador en un matrimonio que la infidelidad.
La confianza destruida, las heridas profundas de la traición y los sentimientos de vergüenza crean una tormenta perfecta que causa estragos de los cuales muchos nunca regresan.
Si este es su caso, recuerden que a través del dolor hay esperanza. Algunas parejas se recuperan, se reconstruyen y vuelven más fuertes y felices que antes.
Puede parecer imposible ahora, pero hay sanación, si es que ambos lo desean. Estos son 5 pasos cruciales que pueden seguir si desean sanar su hogar, corazones, y vidas.
Paso 1: Buscar asesoraría o consejo
El presidente M. Russell Ballard resaltó una realidad muy importante:
“Los miembros [a veces] esperan demasiado de los líderes y de las enseñanzas de la Iglesia, esperan que sean expertos en temas que van mucho más allá de sus deberes y responsabilidades. Si tienen una pregunta que requiere un experto, tómense el tiempo para encontrar un experto calificado para ayudarlo”.
Será necesario un terapeuta rígido, compasivo y bien capacitado, más que en cualquier otra situación matrimonial, para que naveguen por la compleja mina terrestre de la angustia y la ira.
Para que él pueda impulsar la responsabilidad conyugal, ayudarlos con la empatía y guiarlos a un lugar de confianza, esperanza, y sanación.
Paso 2: Terminar aquella relación
“Por esto podréis saber si un hombre se arrepiente de sus pecados: He aquí, los confesará y los abandonará”. (Doctrina y Convenios 58:43)
Una “aventura romántica” es cualquier relación con una persona que no sea su cónyuge. También se puede reflejar en la confidencia emocional, secretos, tener conversaciones fuera de tono y hasta intimidad física.
Si van a reconstruir su matrimonio, esa otra relación debe romperse por completo. No hay un “pie en el otro lado” ni un “todavía podemos ser amigos”.
Si cualquiera de los dos desea enviar un último mensaje que comunique que toda relación acabó, pueden hacerlo si cada cónyuge está de acuerdo puesto que no es necesario que lo haga.
Si lo hacen, procuren la participación de ambos sin tomar mucho tiempo.
Si el cónyuge infiel no tiene la disposición de dar por terminada aquella comunicación con la otra persona, se tomará como respuesta de lo que significa verdaderamente su matrimonio.
Paso 3: Asumir las consecuencias de sus actos
La mayoría de los problemas en un matrimonio son de dos, pero en el caso de la infidelidad, la aventura en sí fue la elección de uno solo de ustedes. Independientemente de los problemas que hayan tenido en su relación, había otra forma de solucionarlo.
Si bien ambos pueden ser responsables de las dificultades conyugales, el cónyuge que tuvo la aventura debe hacerse responsable de sus actos en un 100%. Nuevamente, un buen consejero y guía matrimonial puede ayudarlos con esto.
El cónyuge que tuvo la aventura necesita disculparse sincera y completamente. ¿Cuántas veces? Las veces que sean necesarias.
Tomar completamente responsabilidad sobre estas acciones significa sacrificar la privacidad, ser una persona totalmente honesta y transparente, y comprometerse a comprender cómo sucedió esto para que no vuelva a suceder.
Asimismo, significa vivir con la culpa de romper el corazón de un cónyuge y esforzarse todos los días para hacer lo correcto.
Paso 4: Perdonar a su debido tiempo
“Mas al que haya cometido adulterio, y se arrepienta de todo corazón, y lo deseche, y no lo haga más, lo has de perdonar. Mas si lo hiciere otra vez, no será perdonado, sino que será expulsado”. (Doctrina y Convenios 42:25-26)
Seamos claros: el perdón y la confianza no son lo mismo.
Deberán perdonar a su cónyuge. Llevar dolor, ira y amargura dentro de su corazón solo los lastimará, incluso si ya no permanecerán juntos. Guardar rencor es como beber veneno y esperar a que la otra persona fallezca.
El perdón es un proceso, es una travesía diaria, es un rechazo intencional contra la voz dentro de ti que grita por venganza, justicia y retribución. Toma tiempo, y generalmente, no es una cosa de una sola vez.
El perdón se puede dar libremente, pero la confianza se tiene que ganar.
El cónyuge infiel tiene que ser humilde, responsable y transparente, tiene que demostrarte que es digno de confianza.
La persona parte afectada por este acto abrirá su corazón a su propio tiempo. Será una elección que quizá le cause temor y vulnerabilidad, pero será necesario para que su matrimonio empiece a sanar.
Paso 5: Fortalecer su matrimonio
Establezcan límites claros. Mejoren su comunicación e intimidad, y tengan conexiones. Comprendan lo que salió mal y cómo deben intervenir y redirigir la situación mucho antes de que suceda.
Solucionen los conflictos de manera directa y sean firmes en sus decisiones.
Superar el trauma de una aventura y reavivar el deseo sexual, todos estos y más, serán metas que necesiten alcanzar en la transición de la devastadora infidelidad a la vida matrimonial segura y unida.
Fuente: LDS Living