El matrimonio es uno de los pasos más importantes que tomamos para seguir el Plan de Dios y, aunque nadie niega que es hermoso, tampoco podemos negar que es complicado. El enemigo se vale de muchas formas para romper los matrimonios, pero hay una que es la más peligrosa: nuestro hombre natural.
“El hombre natural es enemigo de Dios, y lo ha sido desde la caída de Adán, y lo será para siempre jamás”. (Mosíah 3:19)
Cuando no controlamos nuestro hombre natural, corremos el riesgo de debilitar la relación con nuestro cónyuge y con Dios. Cuando eso pasa, dejamos a la otra persona en segundo plano para satisfacer solo nuestras necesidades, lo cual irrita la relación matrimonial.
¿Qué podemos hacer para evitar las influencias del hombre natural en el matrimonio? A continuación, te presentamos un modelo que te ayudará.
Tres enfoques en el matrimonio
El presidente Russell M. Nelson, profeta de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, enseñó:
“El gozo que sentimos tiene poco que ver con las circunstancias de nuestra vida, y tiene todo que ver con el enfoque de nuestra vida”.
Para vencer al hombre natural y tener gozo en el matrimonio, debemos mejorar el enfoque de nuestros pensamientos y conductas con nuestro cónyuge.
Wally Goddard, profesor jubilado de Vida Familiar, indica que hay tres niveles de enfoque comunes en un matrimonio:
- Nivel de enfoque telestial: Caracterizado por el deseo de que nuestro cónyuge atienda nuestras demandas. “¿Me darás lo que quiero?”
- Nivel de enfoque terrenal: Representa una búsqueda de igualdad estricta con una sensación de injusticia constante. “¿Me darás un buen retorno de lo que te doy?”
- Nivel de enfoque celestial: Dejamos los sentimientos de egoísmo para ver a nuestra pareja con los ojos del Salvador. “¿Cómo puedo ayudarte como lo haría Jesucristo?”
Cambiando nuestro enfoque
Si sientes que tu matrimonio está a un nivel de enfoque telestial o terrenal, necesitarás hacer todo lo que esté de tu parte por cambiar tu enfoque a un nivel celestial. Para lograrlo, podemos encontrar inspiración en los ejemplos de los profetas de la antigüedad.
“Clamé dentro de mi corazón: ¡Oh Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de mí!”. (Alma 36:18)
Alma, hijo, había adoptado un nivel de enfoque telestial, lo cual había dañado por completo su relación con Dios. Pero su historia nos demuestra que nunca es tarde para cambiar y arreglar los daños causados en el matrimonio. Luego de esa experiencia, Alma hijo cambió a un nivel de enfoque celestial.
En este proceso, debemos acudir a Dios como lo hizo Alma hijo y dejar que Él moldee nuestros pensamientos para ver nuestro matrimonio desde una perspectiva más elevada y sana.
Desarrollando un enfoque celestial
Puede que la parte más complicada sea mantener un enfoque celestial. Después de todo, pensar cómo Cristo lo haría requiere un trabajo. Sin embargo, es más llevadero cuando nos centramos en estos tres atributos cristianos: humildad, compasión y caridad.
La humildad es el antídoto efectivo contra el hombre natural e implica reconocer que a veces pensamos con egoísmo y prejuicios hacia los demás. Si juntamos esa humildad con compasión, desarrollaremos la empatía para comprender a nuestra pareja en lugar de criticarla.
“Sus debilidades tomará él sobre sí, para que sus entrañas sean llenas de misericordia, según la carne, a fin de que según la carne sepa cómo socorrer a los de su pueblo”. (Alma 7:12)
Finalmente, la caridad le agregará un nivel de amor más puro a nuestras relaciones matrimoniales. Al ejercerla, estaremos dispuestos a amar y bendecir a la otra persona, incluso cuando sintamos que no lo merezca.
Sea cual sea la condición actual de tu matrimonio, tú y tu cónyuge se fortalecerán cada día más a medida que se acerquen a Dios para vencer su hombre natural.
Fuente: Meridian Magazine
