Nota de autor: si te preguntas por qué una lista de 9 comienza con 6, significa que estás en el lugar correcto pero en el momento equivocado. Dirígete a la parte 1 para que tengas un poco de contexto sobre el hinduismo. O, si deseas vivir peligrosamente, continúa leyendo e intenta ponerte al día después. Disfrútalo.
Ahora, dónde estábamos…
En el artículo anterior, hablamos sobre el karma, el dharma, la unidad universal, cómo todos los caminos conducen a Dios y la práctica del yoga. Aquí te daré una breve actualización: el karma es la ley de causa y efecto. Por medio del karma, creamos nuestro mundo individual y colectivamente, a través de nuestros pensamientos y acciones. El dharma es nuestra responsabilidad o deber de actuar en una armonía amable con la ley del karma. La responsabilidad se enfatiza por la unidad espiritual y física de todas las cosas. Vivimos en un mundo donde todas las cosas, por medio de las relaciones, son prójimos sagrados. Además, debido a que Dios es amor, Él valora nuestra devoción más que las maneras específicas en que demostramos nuestra devoción. Así que Él acepta todas las ofrendas. Finalmente, a través del yoga, podemos practicar la alineación de nuestro espíritu y cuerpo en preparación para lo que vendrás después…
6. La meditación
La meditación es la imagen más completa del yoga. Es la práctica de volverse hacia adentro.
Como una práctica del yoga, la meditación por supuesto se subdivide en sus propias escuelas diferentes. Algunas solo se centran en la respiración, algunas utilizan mantras, otras buscan la contemplación. Sin embargo, utilizan la misma idea de ganar conciencia de uno mismo y aprender la diferencia entre el yo y nuestros pensamientos.
La metáfora que el Bhagavad Gita utiliza es la chacra del conocedor. La chacra es tu mente y cuerpo y el conocedor eres tú mismo. Es difícil percatarse de esta división ya que a veces ni siquiera estamos conscientes de lo que pensamos. Como conocedor, cultivas la chacra de tu cuerpo y mente con decisiones y pensamientos conscientes. Luego, a través del karma, la chacra y la cosecha que has sembrado te devuelven tu recompensa.
Luego, con el transcurso del tiempo, a medida que tus músculos mentales se desarrollan, puedes moverte activamente contra la corriente. Puede que no tengas mucho control sobre los pensamientos que entran a tu mente, pero a través de la meditación, puedes fortalecer tu capacidad de decidir qué hacer con tus pensamientos. Esta mayor capacidad de decisión en el pensamiento se extiende a una mayor capacidad de decisión de acción motivada por la decisión consciente en marcha. En pocas palabras, la meditación es la clave para desarrollar y fortalecer nuestro albedrío.
Es obvio que los mormones deberían incorporar la meditación. En los siguientes párrafos detallaré algunos beneficios espirituales del yoga de la meditación, pero basta decir: si los doctores pudieran poner todos los beneficios de la meditación y demás en una pastilla, pagarías cualquier cantidad de dinero por esa pastilla. Está científicamente comprobado que la meditación nos hace más felices, saludables, sabios, compasivos, inteligentes y menos ansiosos entre otros efectos antidepresivos.
Como si eso fuera poco, el Presidente David O. Mckay dijo: “Prestamos escasa atención al valor de la meditación, un principio de la devoción. En nuestra adoración existen dos elementos: Uno es la comunión espiritual que surge de nuestra propia meditación; el otro es la instrucción que recibimos de otras personas.” El Presidente McKay dijo que la experiencia de meditación fue un don de crecimiento espiritual que no se utilizó.
7. Samadhi
La meta máxima del yoga de meditación es el logro del samadhi. Esta palabra sánscrita significa esencialmente, la unificación total de la mente, el cuerpo, el espíritu y Dios. Es la completa realización del yugo del yoga de meditación. A través de periodos prolongados de intensa meditación contemplativa, se puede alcanzar esta unificación. Esta unidad es tal que todas las distinciones entre el yo, el mundo y lo divino se disipan. Samadhi es experimentar esa unidad espiritual de todas las cosas y la divinidad de tu propio ser además de todos tus prójimos sagrados en el universo.
En samadhi se conoce a Dios. Esta experiencia no se trata de intercambio de información sino de estar en la presencia de los demás. ¿Cuántos de nosotros podemos entender este sentimiento con aquellos que amamos? Simplemente, estar juntos puede ser más poderoso e íntimo que cualquier intercambio de información.
En el mismo discurso de conferencia, el Presidente Mckay consideró a la meditación como una forma de oración expresada con el lenguaje del alma. Dijo: “La meditación es una de las puertas más secretas y sagradas por la que entramos en la presencia del Señor.” La puerta sagrada es la forma santa en que entramos al lugar sagrado de nuestra mente y comunión con Dios.
Cuando Jesús estuvo en el desierto y ayunó por 40 días, Mckay dijo que Él estuvo meditando. Jesús utilizó la soledad que el desierto le proporcionaba para estar en comunión de manera meditativa con Dios. A menudo, Jesús se retiraba a la soledad de la naturaleza para recargarse después de realizar milagro tras milagro. Hizo eso después de multiplicar los panes y los pescados, en el Monte de la Transfiguración e incluso, en el Getsemaní.
El Presidente Mckay, además de otros cristianos y místicos hindúes, consideran la meditación contemplativa con oración como la puerta hacia la presencia de Dios. Afirman continuamente que todos pueden tener experiencias trascendentes, algo que sostuvo José Smith. Mckay dijo, “El consuelo más grande que podemos recibir en esta vida es percibir que estamos en comunión con Dios.”
Esta comunión es la realización del karma y dharma, una vida en armonía amorosa con un universo de prójimos sagrados. Es la experiencia de unidad sagrada.
8. Iluminación
Un efecto secundario del samadhi es la iluminación personal. Una vez que sobrepasas las nubes y ves más allá de la ilusión de la separación, el mundo toma una luz nueva, un brillo nuevo. La calidad divina de todas las cosas se puede sentir y todas las cosas toman un significado espiritual. En el capítulo 2 de Bhagavad Gita dice:
Soy el sabor del agua pura y el resplandor sagrado del sol y la luna. Soy la palabra sagrada y el sonido que se escucha en el aire y el coraje de los seres humanos. Soy la fragancia dulce en la tierra y el fulgor del fuego. Soy la vida en cada criatura y el esfuerzo del aspirante espiritual. Mi semilla eterna… es ser descubierto en cada criatura… soy el mismo deseo, so ese deseo está en armonía con el propósito de la vida.
Ver a Dios en todas las cosas es uno de los privilegios de mi vida. En vez de revelarse en la intensa gloria de visiones trascendentes, Dios se muestra en mi familia y amigos. Dios se muestra para mí en las canciones de los pajaritos y el chapoteo del agua, el viento sopla entre las hojas y el rayo que divide el cielo. Y de manera más curiosa, Dios se me ha mostrado en mi pequeña vida mundana, la comida, el sabor del agua, las cicatrices que acumulo, la presencia de los que amo y la compañía de los lugares naturales de la tierra. Todas las cosas pueden ser escrituras para mí si tengo los ojos para ver lo sagrado de mis prójimos.
9. Ciclos de renacimiento
De todas las ideas presentes en el hinduismo y la espiritualidad oriental en general, la reencarnación es una de las más extrañas, por lo menos para nuestras mentes cristianas. Todo lo que se ha hablado hasta aquí, dharma, karma, unidad, sadhara y yoga todo alimenta esta idea del renacimiento continuo.
Cuando una persona muere, su espíritu va a la vida después de la muerte, donde pasa por la revisión de su vida para que pueda darse cuenta de cómo se adhirió al dharma más elevado y qué karma todavía tienen que resolver. Luego, vuelve a nacer en la mortalidad para reanudar su viaje espiritual donde lo dejó. El ciclo sigue sin parar hasta que la persona ya no tenga karma qué resolver y finalmente, se libera del ciclo de renacimiento. Una vez liberada es llevada a una unificación final y duradera con Dios.
Esta visión de la muerte y progreso espiritual obviamente es cíclica. Se centra más en el progreso por medio de un ciclo eterno de nacimiento y muerte. Sorprendente, el mormonismo es más amigable con esta idea del progreso eterno. De algún modo, existimos como inteligencias puras. Luego, Dios nos convirtió en espíritus, nacimos en la mortalidad para experimentar el estado puro de la vida. La muerte nos separa de nuestros cuerpos para que podamos continuar nuestro progreso y trabajo de compasión y eventualmente, resucitar y ser una unión perfecta cuerpo y espíritu. Posteriormente, heredar la naturaleza divina y la calidad de vida que disfrutan todos los seres divinos.
En el hinduismo, el propósito de la vida es reconocer a Dios y hasta que no se logre, el espíritu renacerá continuamente. Lo hermoso de este proceso es que se puede vivir una y otra vez, sin importar cuanto tiempo tome. Dios no está interesado en la condenación. Él desea asegurarse de que obtengas la unidad con Él. Y, Su paciencia es infinita.
Esto es notablemente similar al concepto mormón de los grados del cielo. La sección 88 de Doctrina y Convenios expone una visión de estos grados de gloria. Se presenta la idea de que cada persona solo puede alcanzar lo que recibirá. Solo puedes heredar la gloria celestial si tiene una vida celestial en armonía amorosa con todos los prójimos sagrados. En el mormonismo, como en el hinduismo, la gran ley que subyace a todas las cosas es el amor. Si no vives el amor, no puedes heredar la gloria celestial.
En el mormonismo, no existe una línea de tiempo adjunta al progreso espiritual eterno del alma. No existe una fecha cósmica de vencimiento. La paciencia de Dios es infinita porque Dios es amor. José Smith dijo, “El espíritu nunca es demasiado viejo para acercarse a Dios. Todos pueden alcanzar la misericordia y el perdón si no han cometido el pecado imperdonable, que no tiene perdón ni en esta vida ni en la venidera.” La puerta del infierno está cerrada por dentro.
Dios está más interesado en que nos volvamos espiritualmente como Él que en condenarnos a una eternidad de tormento. Este es uno de los principios más atractivos de la teología mormona. Dios es nuestro padre, amigo y compañero por la eternidad. Él está ansioso de tener una relación con nosotros e incluso, está feliz con nuestros primeros pasos vacilantes a lo largo del camino de iluminación espiritual.
Por fin, somos iluminados
En general, el mensaje que espero que todo lector, mormón u otro, pueda obtener de este artículo es que el mundo es un tapiz rico, hermoso y complejo de espiritualidad. Debemos encontrar a Dios en todo. El hinduismo está empapado con verdad y conocimiento espirituales. El Bhagavad Gita (escritura hindú) es uno de los mejores libros que he tenido el privilegio de leer.
Para mi sorpresa, el hinduismo y la espiritualidad oriental tienen muchas similitudes impresionantes con el mormonismo. A menudo, he pensado que el mormonismo es el cristianismo con un resplandor oriental. La obra de la Restauración, tal como lo hizo José Smith, fue reunir lo mejor de Oriente y Occidente en un Evangelio de amor que es tan universal como verdadero.
Si te arriesgaste…
Si viviste peligrosamente y te saltaste la parte 1, tenemos que regresar. Respira un poco y dirígete a la parte 1 para obtener el marco espiritual subyacente que respalda tu nuevo yo iluminado.