En las Escrituras, encontramos incontables ejemplos de cómo Dios revela Su voluntad a Sus hijos e hijas, línea por línea, precepto por precepto.
Un ejemplo de ello se encuentra en Hechos 10, cuando el apóstol Pedro lucha por entender una visión que recibió del Señor.
Al tratar de entender la revelación y aprender la manera en que nos habla el Espíritu Santo, podemos obtener valiosas ideas de la experiencia de Pedro.
Estas tres recomendaciones pueden ayudarnos a ser cada vez más pacientes al momento que Dios nos revela Su voluntad.
Entendiendo a Pedro
Detalle de La negación de Pedro, Carl Bloch
En Hechos 10, Pedro recibió una visión de los cielos que lo dejó confundido e inseguro sobre lo que tenía que hacer.
En el relato, el apóstol vio:
“El cielo abierto, y que descendía algo como un gran lienzo que, atado de los cuatro cabos, era bajado a la tierra, en el cual había de todos los cuadrúpedos de la tierra”. (Hechos 10:11-12).
El Señor le ordenó a Pedro que comiera, ya que había pasado hambre antes de que Él se le apareciera.
Pedro y Cornelio. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Si reflexionamos más sobre el significado de la visión, observamos que Pedro recibió la visita de unos mensajeros enviados por Cornelio, un gentil devoto que anhelaba conocer más sobre el evangelio.
Estos sucesos divinos ayudaron a Pedro a comprender el significado de la visión y que “Dios no hace acepción de personas”. Pedro habló con el ángel de la visión y reflexionó sobre su experiencia con Cornelio.
Del mismo modo, en nuestras vidas, Dios puede revelarnos cosas de maneras que requieren paciencia y confianza en Su sabiduría.
Recomendación N.º 1: Cultivar la humildad y un corazón dispuesto a enseñar
Cultivar la humildad y un corazón dispuesto a enseñar. Imagen: Canva
Para entender la revelación y las impresiones del Espíritu Santo es importante cultivar la humildad y un corazón capaz de aprender. La transparencia de Pedro para escuchar y aprender de la guía del Señor, le permitió comprender el significado a profundidad de la visión y aceptar el plan que tenía para él.
Del mismo modo, si buscamos humildemente la guía del Espíritu Santo, entonces aceptamos Su influencia en nuestras vidas, conduciéndonos a un conocimiento más claro de la voluntad de Dios.
Recomendación N.º 2: Estudiar las Escrituras y buscar revelación personal
Estudiar las Escrituras y buscar revelación personal. Imagen: Canva
Otra forma de comprender las revelaciones de Dios línea por línea, precepto por precepto, es mediante el estudio de las Escrituras y buscar revelación personal mediante la oración y meditación.
Las Escrituras nos brindan una gran fuente de conocimiento y audacia al guiarnos en nuestra búsqueda y comprensión de la voluntad de Dios.
A través de la oración, invitamos al Espíritu Santo a enseñarnos de manera individual, adaptándose a nuestras circunstancias y necesidades personales.
Recomendación N.º 3: Confiar en el tiempo de Dios
Confiar en el tiempo de Dios. Imagen: Canva
A medida que nos esforzamos por seguir las revelaciones del Señor, podemos desarrollar la virtud de la paciencia. Al igual que Pedro, es posible que no comprendamos al instante todas las impresiones que sintamos.
El tiempo de Dios, a menudo, difiere del nuestro. Sus revelaciones pueden llegar gradualmente, en total armonía con nuestra preparación y crecimiento espiritual.
Por medio de la sabiduría de Dios y la paciencia podemos aprender línea por línea para así obtener una comprensión más amplia de Su plan en nuestra vida.
Conclusiones
Al reflexionar sobre la lucha de Pedro por comprender su visión, se desprenden valiosas ideas que pueden iluminar nuestro propio viaje hacia la comprensión de la revelación, línea por línea.
Cultivar humildad, buscar revelación personal y ejercer la paciencia, nos permite discernir las impresiones del Espíritu Santo y en el tiempo del Padre Celestial.
Es fundamental reflexionar sobre nuestro sendero con paciencia. Imagen: Canva
Al igual que la comprensión de Pedro se amplió gracias a su fidelidad, así como también la nuestra se enriquecerá a medida que aceptemos el proceso de aprender y crecer a la luz de la revelación divina.
Es fundamental reflexionar sobre nuestro sendero con paciencia, teniendo en cuenta que Dios nos revela Su voluntad con amor, a medida que avanzamos a ritmo constante.
Fuente: LDS Daily
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