“Nunca necesité apoyarme en evidencias externas, para saber que el Libro de Mormón en verdad es “otro testamento de Jesucristo” – Hugo N. Salvioli
Arqueológica Mormona
Hace poco leí un artículo de Hugo N. Salvioli sobre su experiencia mientras servía en el Centro de Capacitación Misional de Guatemala. Durante el tiempo de servicio del Hermano Salvioli, él tuvo la oportunidad de vivir en lo que se conoce hoy como Mesoamérica, palabra utilizada para referirse en donde se desarrolló la cultura Maya.
Muchos de nosotros que vivimos en países latinos, hemos crecido muy cerca a lugares arqueológicos, para muchos miembros de la Iglesia hispanos no es sorpresa encontrar algunas similitudes entre las diferentes culturas pre colombinas y los pueblos que se relatan en el Libro de Mormón.
La Arqueología y el Libro de Mormón
De niño vivía al lado de una construcción pre Inca, conocida como El complejo arqueológico Mateo Salado. en mi ciudad natal, Lima, es común vivir y encontrar estos complejos arqueológicos en medio de lugares urbanos.
Íbamos con algunos amigos a este complejo arqueológico que en Perú se les denomina “Huacas”. La Huaca de Mateo Salado es un conjunto de cinco pirámides monumentales, cuyos restos se hallan actualmente en medio del casco urbano de la ciudad.
El gobierno en ese entonces no cuidaba muy bien esos lugares históricos, no era un lugar turístico era más bien un lugar un poco peligroso porque aveces iban personas de mal vivir. Aún así se podía apreciar la grandeza y lo hermoso que debió haber sido mientras fue usado por nuestros ancestros.
Mientras iba creciendo me preguntaba si aquel sitio habría sido algún lugar del Libro de Mormón, me preguntaba si las personas que vivieron en aquella Huaca sabrían o habrían escuchado de Nefi, Lehi, Alma o Moroni, Tal vez nunca lo sabré.
Cuando visité el Cusco me asombre aún más al ver la grandeza de las civilizaciones que estuvieron antes que nosotros, Machu Picchu me dejó sin aliento, es un lugar no solo asombroso y hermoso sino que muestra como nuestros hermanos y hermanas vivieron y tuvieron toda una civilización establecida, con reglas, códigos, política y hasta religión.
Hace algunos años visite México y me quede otra vez asombrado por la complejidad y grandeza de los pueblos pre colombinos, como millones de personas habían podido formar un cultura tan compleja, tan avanzada y tan organizada.
Donde se desarrolló geográficamente el Libro de Mormón
Algunos arqueólogos afirman que lo más probable es que los lugares geográficos del Libro de Mormón tomaron lugar en lo que hoy es Centro América y la parte sur de México.
Aun cuando existen estudios profesionales de diferentes arqueólogos, lo cierto es que ningún estudio puede confirmar algún lugar exacto del Libro de Mormón, sin embargo, esto no representa un problema para los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Los críticos del Libro del Mormón están obsesionados por hacer saber a todos que debido a que no hay evidencia arqueológica del Libro de Mormón, este es falso, olvidando que el Libro de Mormón no es un libro histórico ni geográfico, es un libro sagrado que ayuda al creyente a acercase más a Cristo y mostrar que el amor del Padre esta disponible a todos sus hijos no importa donde se encuentren.
El valor incalculable del Libro de Mormón
Para los cristianos que leen y creen en la Biblia, los lugares arqueológicos y los hechos históricos son aspectos interesantes pero secundarios, lo que realmente es importante de la Biblia no son los lugares geográficos donde se llevó a cabo la historia de los profetas, la Biblia es un libro santo debido a su contenido, a lo que nos dice de Dios y su hijo unigénito.
De igual manera es con El Libro de Mormón, los aspectos arqueológicos e históricos, son cuestiones interesantes pero secundarias, es el contenido y el mensaje lo que realmente importa.
En la ocasión que visite México y algunos sitios arqueológicos Aztecas, en vez en de preguntarme si aquellos lugares arqueológicos serían o no los lugares mencionados en el Libro de Mormón se me vino a la mente aquellas millones de personas que vivieron ahí.
Los habitantes del Cuzco en Perú, de Mesoamérica, del antiguo México, de las diferentes tribus nómadas que poblaron el basto continente americano no podían estar extensas del amor y la misericordia de un amoroso Padre Celestial.
¿Es que acaso solo la gente de Israel y el antiguo mundo era importante para Dios?
Lo que más importa es reconocer que dejar de lado a las millones de almas que vivieron en el continente americano y formaron parte o fueron descendientes de los pueblos pre colombinos y presumir que ellos estuvieron en este mundo fuera del alcance del amor y misericordia de nuestro Padre Celestial sería un poco egoísta.
El Libro de Mormón es una prueba del amor de Dios a todos sus hijos sin distinción alguna. Y ciertamente es una prueba de la restauración del evangelio de Jesucristo.
El hecho de que el Libro de Mormón haya salido a la luz es la más trascendental noticia desde la resurrección de Jesucristo.
Si algún día se encuentran restos de los pueblos mencionados en el Libro de Mormón esa información no cambiará nada con respecto a su divinidad. Tal como lo declaró el hermano Salvioli, no necesitamos apoyarnos de evidencias externas para saber que el Libro de Mormón es verdadero.
En sus páginas podemos encontrar casi 4,000 referencias del Salvador Jesucristo donde se le menciona con más de 100 títulos diferentes. Me parece interesantes los estudios serios de arqueología hecho por personas preparadas pero en realidad el hecho de que algún día se haga un hallazgo no cambiará lo que hasta ahora se del Libro de Mormón, que en efecto es otro testamento de Jesucristo.
Pero más allá de las evidencias arqueológicas o lo que yo he expuesto desde mi propia perspectiva es mucho mejor seguir el consejo del mismo Libro para probar su veracidad. Moroni, un profeta del Libro de Mormón escribió:
“He aquí, quisiera exhortaros a que, cuando leáis estas cosas, si Dios juzga prudente que las leáis, recordéis cuán misericordioso ha sido el Señor con los hijos de los hombres, desde la creación de Adán hasta el tiempo en que recibáis estas cosas, y que lo meditéis en vuestros corazones.
Y cuando recibáis estas cosas, quisiera exhortaros a que preguntéis a Dios el Eterno Padre, en el nombre de Cristo, si no son verdaderas estas cosas; y si pedís con un corazón sincero, con verdadera intención, teniendo fe en Cristo, él os manifestará la verdad de ellas por el poder del Espíritu Santo;
Y por el poder del Espíritu Santo podréis conocer la verdad de todas las cosas.”
Moroni 10: 3-5