Un día allá por los años 80 me regalaron un Libro de Mormón y cada vez que lo leía me sudaban las manos y se me ponían heladas. El tiempo pasó hasta que hace unos cinco meses, me encontré con el chico que me lo regaló y me acordé del libro. Entonces me puse a investigar más sobre la Iglesia de Jesucristo.
Fue entonces que empecé a leer otra vez el libro y a veces soñaba con Nefi, y le preguntaba por qué había tanta guerra entre ellos los nefitas y los lamanitas si todos eran hermanos, y me decía que tenía que leer más y discernir las Escrituras.
Una noche como a las 12 p.m. o 1 de la madrugada me desperté asustada, en mi cuarto había mucha luz y un grupo de hombres vestidos de blanco a mi alrededor, me dio mucho miedo, pero al mismo tiempo paz y serenidad…entonces al día siguiente leía mas el libro a medida que me interesaba más las lectura.
Una tarde que estaba afuera en el porche de mi casa, pasaron dos misioneros o élderes y los llame y les pregunté: ¿a ustedes cuando leen el Libro de Mormón les sudan las manos… y se les ponen heladas? y desde entonces nos hicimos amigos y me ayudaron a ver mejor las cosas que están escritas en el Libro de Mormón y la Biblia. Ellos me dieron varias sesiones de clases, y decidí asistir a la iglesia; te cuento que no me invitaron, llegué yo solita aunque ellos me estaban esperando en la entrada de la capilla, sentí una paz interior que no te la puedo explicar.
Más adelante, en otra ocasión seguía soñando los señores de blanco; en esta ocasión conté que eran 12 hombres toditos de blanco, calzado, pantalón, camisa, corbata, sombrero, pero no les miraba su rostro, los misioneros me invitaron a que me bautizara y me propusieron que lo hiciera para el día sábado, 7 de diciembre que si aceptaba y les dije que sí, que ya estaba decidida a bautizarme. Los misioneros llegaron una tarde y me dijeron que si me podía bautizar el domingo y yo les dije que no, que sería el día 07 de diciembre como estaba decidido…y lo hice. Los hombres de blanco eran los que bautizaban y al día siguiente eran los que me confirmaron ante los hermanos…
Este es mi testimonio, creo en la restauración de la Iglesia, creo en el Libro de Mormón, creo en Jesucristo, mi Salvador y en el Espíritu Santo, cuando me estaban bendiciendo una lagrima salió de mis ojos, sentía como si el Señor Jesucristo me abrazaba y me perdonaba todos mis pecados y me sentía tan bien conmigo misma que no quería abrir mis ojos ….fue muy hermoso…
María Isabel