Hace casi doscientos años, en septiembre de 1827, José Smith recibió de un ángel un conjunto de antiguas planchas grabadas en oro. Dos años después, esas planchas dieron origen al Libro de Mormón, traducido por el don y poder de Dios. 

Desde entonces, millones de personas han leído este testimonio de Jesucristo y once testigos declararon haber visto las planchas con sus propios ojos.

Con el paso de los años, muchos se han preguntado si realmente era posible grabar un texto tan extenso en planchas de metal tan delgadas. 

El Libro de Mormón tiene más de 270 mil palabras, lo que suena enorme. ¿Cómo encajaba todo eso en un bloque de planchas de unos 15 centímetros de alto?

Haciendo cuentas con la historia

Créditos: Casey Adams, Deseret News

En la conferencia FAIR de este año, el investigador Josh Coates presentó un análisis bastante interesante. Tomando en cuenta las descripciones de los testigos, calculó que el texto completo, incluyendo las 116 páginas perdidas, sí podía caber en las planchas

Según sus modelos matemáticos, había cerca de un millón de configuraciones posibles que cumplían con las dimensiones mencionadas por los testigos.

Claro, la pregunta sigue siendo: ¿de verdad los escribas antiguos podían trabajar con planchas tan finas y letras tan pequeñas? La arqueología nos dice que sí.

Escritura pequeña, pero posible

Pllanchas del libro de Mormón. Imagen: Third Hour

Los estudios muestran que los caracteres en las planchas debían medir entre 2.5 y 5 milímetros, lo cual suena diminuto. 

Pero no era algo fuera de lo común. En Jerusalén, en Egipto y en otras partes del mundo antiguo se han encontrado inscripciones metálicas con letras de ese mismo tamaño, e incluso más pequeñas.

Eso nos recuerda lo que dijo el profeta Jacob: 

“Porque hemos escrito estas cosas para este fin, que sepan que nosotros sabíamos de Cristo y teníamos la esperanza de su gloria muchos siglos antes de su venida” – Jacob 4:3

Aunque era difícil, los profetas entendían que valía la pena.

Planchas delgadas, pero reales

Jose Smith traducción del libro de mormon
Jose Smith traduccion del Libro de Mormón Imagen: Video del Libro de Mormón

Algunos testigos describieron las planchas como del grosor de una lámina de estaño del siglo XIX, unas cuantas milésimas de pulgada. 

En Mesoamérica y Sudamérica se han encontrado piezas de oro y cobre de ese mismo grosor, e incluso más delgadas, usadas con fines ornamentales o religiosos. No era imposible trabajar con metales tan finos, y mucho menos grabar sobre ellos.

Coates estimó que el conjunto completo podría haber tenido entre 187 y 259 planchas, mientras que otros investigadores hablan incluso de 300 a 600. Suena mucho, pero ejemplos similares existen. 

En India, Roma y otros lugares antiguos se han encontrado colecciones de decenas o cientos de planchas de metal grabadas con leyes, himnos o textos religiosos. Un registro grande y detallado no estaba fuera de lo normal en la antigüedad.

Lo que realmente importa

Al final, estos estudios no solo responden a las críticas modernas. También nos invitan a reflexionar. Detrás de cada plancha había sacrificio y dedicación. Profetas que grabaron letra por letra con sus propias manos para preservar el testimonio de Cristo.

Moroni mismo confesó “la debilidad de nuestras manos” (Éter 12:24), pero aun así perseveró porque sabía que ese registro sería vital para nosotros.

Hoy, gracias a su esfuerzo, tenemos un testimonio adicional de Jesucristo en nuestras manos. El Libro de Mormón no es solo un milagro espiritual, también lo es físico e histórico, una obra que desafió las limitaciones humanas para cumplir con un propósito divino.

Fuente: Meridian 

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