¿Qué tienen en común el Libro de Mormón y los idiomas antiguos?

Puede que al leer el Libro de Mormón hayas notado algo curioso: muchas frases comienzan con “y”. A veces parece repetitivo. Pero lo interesante es que este detalle, que en español moderno puede sonar raro, en realidad es una señal de autenticidad. En idiomas como el hebreo y el árabe, usar “y” de forma repetida no es solo normal, es necesario para que la frase tenga sentido.

Por ejemplo, al decir “cuarenta y tres”, tanto en hebreo como en árabe, se incluye esa “y” de forma obligatoria. Lo mismo pasa al describir cualidades, acciones o eventos. Este estilo antiguo está presente de forma constante en las escrituras, y especialmente en el Libro de Mormón.

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Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Un estilo que conecta verdades eternas

En Helamán 3:14, se lee: “y sus guerras, y contiendas, y disensiones, y sus predicaciones, y sus profecías…”. Esta forma de escribir no es casualidad o un error, es una manera de unir ideas como si fueran partes de una gran historia que no se puede separar.

Ese “y” repetido nos enseña que en el plan de Dios todo está conectado. No se trata de una doctrina por aquí y otra por allá. El arrepentimiento se une con la gracia. El sacrificio con la fe. Las decisiones pequeñas con consecuencias eternas. El uso del “y” en las escrituras nos recuerda que el evangelio es una experiencia integral.

Un idioma con huellas sagradas

Imagen: Third Hour

Para quienes estudian idiomas antiguos, esta forma de escribir tiene un nombre: “estructura semítica.” Lo sorprendente es que está presente en casi todo el Libro de Mormón. Esto respalda su origen antiguo y su traducción fiel, no una invención moderna. José Smith no trató de “mejorar” el estilo, sino que respetó el lenguaje original para conservar su espíritu.

La Iglesia de Jesucristo enseña que el Libro de Mormón fue traducido por el poder de Dios. Y cada “y” que parece repetirse sin sentido es en realidad una pista que confirma ese milagro.

Cuando el idioma también testifica

El autor original de este análisis cuenta cómo, al leer el Libro de Mormón por primera vez, lo que más lo tocó fue sentir el amor de Dios a través de sus páginas. Más adelante, al notarlo con ojos de hablante árabe, entendió que hasta las estructuras del idioma eran familiares. Eso reforzó su testimonio de que este libro realmente proviene de un origen antiguo, espiritual y divino.

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Y eso también puede pasar contigo. Tal vez no hablas hebreo ni árabe, pero la próxima vez que leas el Libro de Mormón y veas muchos “y”, recuerda que no están ahí por descuido, están ahí para ayudarte a ver el panorama completo del plan de Dios.

Una invitación a mirar con otros ojos

Leer el Libro de Mormón no es solo leer un libro antiguo. Es permitir que el Espíritu te hable a través de sus palabras, incluso de los conectores. A veces, un simple “y” puede ser la señal que une tu vida con el cielo. Puede ayudarte a entender que en el evangelio no hay partes sueltas. Todo está unido. Todo tiene propósito. Todo apunta a Cristo.

Fuente: Meridian 

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