“Será sacado de la tierra, y brillará de entre las tinieblas y llegará al conocimiento del pueblo; y se realizará por el poder de Dios.” Mormón 8:16
Conocimiento
Para algunos, la historia de la aparición del Libro de Mormón les ha parecido demasiado extraña y fantasiosa para ser creíble. Especialmente, esto fue cierto en el tiempo de su publicación en 1830. Las personas desconfiaban de la revelación a un joven granjero sobre un antiguo libro escrito en planchas de oro. Se han necesitado casi dos siglos de descubrimientos arqueológicos para demostrar plenamente que los detalles del registro nefita enterrado encaja excepcionalmente bien con libros ocultos de todo el mundo antiguo.
Registros ocultos
Varios pasajes del Libro de Mormón hablan de eso y otros registros ocultos, regularmente en la tierra, para ser revelados al mundo en el tiempo venidero. Según John A. Tvedtnes, “El concepto de ocultar libros para que las generaciones futuras los descubran [también] es evidente en una gran serie de los documentos tempranos del antiguo Cercano Oriente, de donde provienen los pueblos del Libro de Mormón.” Los informes y leyendas contenidos en estos documentos se remontan al mismo Adán.
Cuando dos rabinos descubrieron, según los informes, un registro oculto por Adán, dijeron que un poder divino impidió que lo leyeran por completo, otro rabino explicó que Dios “no desea que se revele tanto al mundo, pero en los días del Mesías estarán a la mano…se revelará a todos, como está escrito.” En “un antiguo texto judío…Moisés instruyó a Josué sobre como preservar los libros (pergaminos) que dejaba a su cargo… y [a] depositarlos en vasos de barro hasta el día de la recompensa.” Los pergaminos del Mar Muerto (algunos de los que se encontraron en los vasos de barro) los textos de Nag Hammadi y una serie de otros documentos descubiertos confirman que muchos de los registros antiguos realmente se preservaron para las generaciones futuras.
Planchas metálicas, cajas de piedra y documentos sellados
La idea de que el Libro de Mormón fuera grabado sobre planchas de oro y enterrado en una caja de piedra junto con otras reliquias sagradas fue producto de escarnio para algunas personas en el siglo XIX. Incluso hoy, según H. Curtis Wright, “literalmente miles de documentos de metal” han sido descubiertos en “todo el mundo antiguo.” Estos incluyen una variedad de documentos hechos de oro puro y aleaciones de oro, algunos de ellos provienen de la antigua América. El descubrimiento de antiguas reliquias ocultas, muchas de las cuales también fueron hechas de materiales preciosos, igualmente se considera significativo.
También te puede interesar: Como un nuevo hallazgo arqueológico corrobora el Libro de Mormón
El texto de un antiguo templo egipcio “describe cómo grabar un texto sobre una lámina (plancha) de plata u oro y colocarlo “dentro de una caja limpia.” El hecho de que tales cajas se usaran realmente para preservar documentos y reliquias sagradas. Ahora, es ampliamente atestiguado en todo el mundo antiguo. Por ejemplo, en 1854, “seis pequeñas planchas grabadas (de oro, plata, bronce, estaño y plomo, con un alabastro) se encontraron en una caja de piedra enterrada debajo de los cimientos del palacio [Sargon II].” Durante la excavación de 1933 en “Persépolis, dos pares de planchas [grabadas] (una de plata y una de oro en cada par) fueron encontradas en cajas de piedra colocadas bajo los cimientos de las esquinas del palacio.” Además, en 1965, un juego de diecinueve planchas de oro grabadas fue encontrada en una caja de bronce.”
Otra aparente peculiaridad del Libro de Mormón es que una porción de sus planchas fue sellada. El erudito legal John W. Welch señaló que una serie de documentos antiguos también se conservaron en dos partes – una parte fue sellada y la otra, abierta – con ambas partes unidas de alguna manera. Estos documentos en dos partes solían ser de naturaleza legal, validados por testigos e intencionalmente preservados para su buen recaudo. Estas características tienen importante relación con el Libro de Mormón.
Cerros, cuevas y ángeles
Los cerros generalmente simbolizan templos o santuarios sagrados. Probablemente en relación con este tema, el Libro de Mormón informa que varias revelaciones sagradas, incluido el propio Libro de Mormón, se recibieron, registraron o enterraron en asociación con los cerros o colinas. Los hechos históricos indican que muchos registros nefitas se preservaron al costado de un cerro y el propio Libro de Mormón remarcó que sería “sacado de la tierra.” (Mormón 8:16). José Smith dijo que un ángel llamado Moroni era responsable de las planchas y lo llevó al lugar donde las enterró, en una colina cerca de la granja de su familia (José Smith – Historia 1: 21-54).
Muchos documentos antiguos también se encontraron y, según los informes, se ocultaron en cerros o cuevas. Por ejemplo, The Cologne Mani Codex indica que “un ángel llevó a Enós al cerro y lo instruyó para que escribiese sobre planchas de bronce y ocultara su registro.” En Rusia, “doce pequeñas planchas de oro” fueron descubiertas, según informes, “en una colina.” Durante la tradición masónica, el profeta Enoc “grabó su revelación sobre una plancha de oro que escondió en un templo que construyó dentro de un cerro.” Además, una serie de textos antiguos, registros o reliquias enterradas u ocultas fueron resguardados por un ángel o algún tipo de poder divino.
La gran serie de documentos referidos conjuntamente como Pergaminos del Mar Muerto fueron encontrados en cuevas alrededor del Mar Muerto. En la antigua Mesoamérica, las cuevas mantenían un profundo simbolismo mitológico y solían ser consideradas sagradas. En 2005, Holley Moyes y James Brady señalaron que “solo en la última década hubieron cuevas ampliamente reconocidas como espacios para rituales según los arqueólogos mesoamericanos. Desde que las cuevas en Mesoamérica fueron utilizadas casi exclusivamente para rituales, proveen un contexto inigualable para el estudio de la religión precolombina. El énfasis del Libro de Mormón en cuevas y registros sagrados extraídos de la tierra concuerda perfectamente con estos hallazgos.
La razón
Considerando los descubrimientos posteriores a 1830 de todo el mundo y especialmente, del Medio Oriente, se puede ver que el Libro de Mormón se encuentra en el antiguo mundo. Los documentos legales dobles y atestiguados, las planchas de oro grabadas, los registros sellados, las cajas de piedra, los depósitos sagrados de la colina, el escondite de las reliquias preciosas –todo esto está plenamente atestiguado en antigüedad, tanto arqueológica como textualmente.
Dichos descubrimientos no solo pueden fortalecer nuestra fe en el Libro de Mormón sino que también pueden ayudarnos a comprender y apreciarlo mejor. Por ejemplo, en nuestros días solo toma un breve momento subir y descargar digitalmente lo que habría sido una gran serie virtual de documentos en el mundo antiguo. Reconocer que los profetas nefitas tuvieron que encontrar mineral precioso, forjar sus propias planchas, grabar cada carácter cuidadosamente, llevar las planchas pesadas a lugares seguros y crear contenedores duraderos para protegerlas debe incrementar nuestra gratitud por los escritos sagrados que registraron y preservaron.
El Libro de Mormón es un testamento de fe y amor de los profetas nefitas. El profeta Enós dijo que oró al Señor para que “preservara una historia de su pueblo, los nefitas… para que en algún día futuro sea revelada” (Enós 1:13). En respuesta, el Señor prometió cumplir con este pedido en Su “propio y debido tiempo” (v. 16). También le reveló a Enós “tus padres también me han solicitado esto; y les será concedido según su fe; porque su fe fue semejante a la tuya.” (v. 18)
Estos versos demuestran que el Libro de Mormón existe hoy porque los antiguos profetas se preocuparon por las futuras generaciones que nunca conocerían en la mortalidad. Verdaderamente se preocuparon por nosotros. A cambio, debemos preocuparnos profundamente por ellos. Solo cuando reconozcamos y aceptemos el Libro de Mormón como un registro antiguo podremos obtener el pleno entendimiento y aprecio por sus mensajes sagrados y los profetas que los escribieron.
Este artículo fue originalmente escrito por Book Of Mormon Central y publicado en ldsmag.com con el título “Are There Other Ancient Records Like the Book of Mormon?”