No está mal fracasar: Una lección inesperada de la misión de Alma

En mis primeros años como maestro de seminario, siempre entendí que la misión de Alma a los zoramitas fue un gran éxito.

Después de todo, este era el “equipo soñado” de misioneros, lleno de estrellas como Ammón, Aarón, Amulek y otros. Ellos convirtieron con éxito a miles de personas en misiones anteriores. Por supuesto, que tendrían éxito aquí.

Sin embargo, hay más en la historia. Si bien en algunos aspectos esta misión fue un éxito, uno de los propósitos de la misión a los zoramitas era evitar que los lamanitas hicieran una alianza con los primeros. Leemos:

“Ahora bien, los zoramitas se habían reunido en una tierra que llamaban Antiónum […] que […] colindaba con el desierto del sur, el cual estaba lleno de lamanitas. Y los nefitas temían en gran manera que los zoramitas establecieran relaciones con los lamanitas […]” (Alma 31: 3–4)

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Por lo tanto, un propósito de la misión zoramita fue fortalecer espiritualmente a este pueblo para que los lamanitas no entraran a Antiónum.

Por supuesto, Alma tenía otros propósitos: Estaba triste porque los zoramitas se habían separado y estaba preocupado por su salvación. Sin embargo, en este artículo, quiero centrarme en la parte de la misión relacionada con evitar que los lamanitas se unieran con los zoramitas.

Puedes ver en esta imagen que Antiónum se encuentra en el límite entre los nefitas y los lamanitas. Los nefitas esperaban fortificar su frontera con los lamanitas en el sur.

Aunque una minoría de zoramitas creía en las palabras de Alma y sus colaboradores, la mayoría de los zoramitas estaban enojados por su predicación y “empezaron a mezclarse con los lamanitas, y a incitarlos también a ira contra ellos. Y así los zoramitas y los lamanitas empezaron a hacer preparativos para la guerra contra […] los nefitas”. (Alma 35: 10–11)

Entre Alma 35 y Alma 43 hay varios capítulos sobre Alma instruyendo a sus hijos. Sin embargo, casi no pasa el tiempo en el relato del Libro de Mormón. Por lo tanto, para seguir la historia, pasa del final de Alma 35 al comienzo de Alma 43:

¿Qué pasó al final de la misión de Alma? 

“Los zoramitas se hicieron lamanitas […] los lamanitas vinieron con sus miles; y llegaron a la tierra de Antiónum, que es la tierra de los zoramitas”. (Alma 43: 4–5)

Sucedió lo que Alma estaba tratando de evitar al ir a predicar a los zoramitas.

Para mí, esto nos enseña una lección muy poderosa: Está bien fallar. A veces, incluso las mejores personas, incluso cuando están en una misión de Dios, no recibirán el resultado deseado.

Permíteme aclarar esto: De alguna manera su misión no fue un fracaso. Después de todo, ¡algunos de los zoramitas creyeron! Sin embargo, esto no cambia la realidad de que una razón explícita de su misión haya sido evitar que los lamanitas usaran Antiónum como plataforma de lanzamiento para una invasión al territorio nefita, al menos esa parte de la misión zoramita fue un fracaso.

Sin embargo, para mí, ¡este es un principio reconfortante! Aunque hagamos nuestro mejor esfuerzo en nuestras iniciativas, incluso aquellas inspiradas divinamente, es probable que las cosas no salgan como esperamos.

Podemos sentir la inspiración de comunicarnos con alguien y ser rechazados, o pasar muchas horas planeando un viaje increíble, solo para que se cancele debido al covid-19.

Es posible encontrar consuelo cuando las cosas no resultan como esperamos al saber que otras personas poderosas como Alma y el equipo soñado de misioneros tuvieron experiencias similares.

Aunque todos los resultados deseados de la misión no se lograron y algunos de los resultados pueden considerarse como un fracaso, podemos recordar:

“Las obras, los designios y los propósitos de Dios no se pueden frustrar ni tampoco pueden reducirse a la nada”. (DyC 3: 1)

A pesar de que la misión de Alma resultó diferente a lo que esperaba originalmente, los planes de Dios no se frustraron.

De manera similar, en nuestras vidas, aunque a veces podamos experimentar un fracaso, a la larga, Dios puede hacer que todas las cosas obren juntas para nuestro bien.

Si sientes que estás fracasando, no te desanimes, no te rindas. Incluso después de esta difícil experiencia, Alma y sus hijos continuaron trabajando en la obra del Señor y nosotros podemos seguir su ejemplo.

Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por John Hilton III y fue publicado en latterdaysaintmag.com con el título “It’s Okay to Fail: An Unexpected Lesson from Alma’s Mission to the Zoramites”.

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