Cualquiera que haya leído el Libro de Mormón sabe que Nefi era creyente y que Lamán no lo era. Pero la mayoría de las personas no se da cuenta de que mientras Nefi y Lamán terminaron en direcciones espirituales muy diferentes, ambos comenzaron el viaje al desierto con serias preguntas acerca de si Lehi era realmente un profeta y si sus instrucciones provenían realmente de Dios.
Así es. Lamán no fue el único que tuvo dudas. Como veremos, Nefi las tuvo también. Pero la forma en la que Nefi respondió a sus dudas hizo toda la diferencia.
Teniendo en cuenta el bombardeo de dudas que enfrentan muchos de nuestros amigos y familiares (o nosotros mismos), necesitamos saber urgentemente cómo Nefi sobrevivió a su crisis de fe llegando a ser más fuerte que antes, mientras que Lamán abandonó su fe por completo.
Mientras leemos sobre la crisis de fe de Nefi, aparece una fórmula de tres partes que derrama luz sobre cómo cualquiera puede navegar con éxito las dudas a medida que estas surgen.
Pero antes de comenzar quiero señalar una realidad importante.
Muchos críticos de la iglesia discuten que solo hay una conclusión que proviene de la historia de la iglesia: que José Smith nunca fue un profeta. Para ellos, cualquier persona que llega a una conclusión diferente o no hizo su investigación o no está dispuesta a enfrentar los hechos.
Sin embargo, la verdad es que hay muchos Santos de los Últimos Días brillantes, que han pasado sus vidas estudiando la historia de la iglesia y sin embargo, ven las conclusiones de los críticos como verdades a medias, suposiciones sin confirmar y acusaciones fuera de contexto. Más allá de los eruditos, la iglesia SUD, está llena de personas inteligentes de mente abierta que han hecho sus propias investigaciones pero que simplemente no están de acuerdo con las conclusiones hechas por los críticos.
La historia de Nefi y Lamán no es diferente. Éstos son dos individuos que crecieron en la misma familia, fueron criados en la misma religión y tuvieron muchas de las mismas experiencias, hicieron las mismas preguntas y sintieron dudas similares. Pero al final, escogieron diferentes caminos.
Ahora es el momento de saber por qué.
Nefi explica en 1 Nefi 2:16 “clamé por tanto al Señor; y he aquí que él me visitó y enterneció mi corazón, de modo que creí todas las palabras que mi padre había hablado; así que no me rebelé en contra de él como lo habían hecho mis hermanos.”
Aquí aprendemos que Nefi estaba teniendo un momento difícil aceptando las palabras del profeta pero el Señor le ayudó a tener un cambio en el corazón.
Entonces, ¿Por qué el Señor pudo intervenir en la vida de Nefi y no en la de Lamán?
El Señor revela la respuesta en unos versículos más adelante:
“Bendito eres tú, Nefi, a causa de tu fe, porque me has buscado diligentemente con humildad de corazón.”
Según el Señor, ésta es la fórmula de 3 partes de Nefi:
- Fe
- Buscar al Señor diligentemente
- Humildad
La última parte es la más difícil. Es fácil decir que has ejercido fe y que has buscado diligentemente al Señor, pero no es fácil decir que lo has hecho con el tipo de humildad que Dios requiere antes de que Él pueda hablar la verdad a nuestras almas.
Eso es lo que siempre les faltó a Lamán y Lemuel. Ellos se quejaron con Nefi de que no podían preguntar más al Señor porque “el Señor no nos da a conocer tales cosas a nosotros.” (1 Nefi 15:8)
Nefi les responde: “¿No recordáis las cosas que el Señor ha dicho: Si no endurecéis vuestros corazones, y me pedís con fe, creyendo que recibiréis, guardando diligentemente mis mandamientos, de seguro os serán manifestadas estas cosas?.” (1 Nefi 15:11)
El problema es que muy a menudo descubrimos algo sobre la historia de la iglesia que nos molesta y cuando nos dirigimos al Señor por comprensión, nuestros corazones ya están endurecidos, nos demos cuenta o no.
Dios no hablará a un corazón envenenado con escepticismo. Si ya hemos enjaulado la verdad dentro de una caja y hemos llegado a nuestras propias conclusiones, Él no podrá comunicarse con nosotros. Dios sólo responderá nuestras preguntas si nuestras mentes están verdaderamente abiertas y humildes. Él esperará hasta que nuestros corazones estén preparados para escuchar la verdad.
Yo sé que estas cosas son verdad desde mi experiencia personal, al haber perdido personalmente mi testimonio como estudiante de secundaria. Yo creí que había encontrado el entendimiento pleno del mormonismo. Pero con el tiempo me di cuenta de que si quería ser intelectualmente honesto, necesitaba darle al evangelio restaurado otra oportunidad. Necesitaba llevar a cabo el experimento de la fe que los profetas nos han invitado a hacer.
Ese experimento requirió más que fe y una búsqueda diligente. Requirió que yo me humillara. Requirió incontables horas de estudio, meditación y oración. Requirió que yo me diera cuenta de cuán poco sabía realmente. Fue sólo hasta que me humillé verdaderamente en el proceso que Dios me habló de formas que jamás olvidaré. (Hablaré más sobre esto en un futuro artículo)
Creo en las palabras de los profetas porque el Señor ablandó mi corazón, tal como ablandó el corazón de Nefi.
Nefi no es el único profeta que tuvo una crisis de fe. Las escrituras están llenas con esas historias. Puedes leer sobre la crisis de fe de un apóstol (antes de llegar a ser un apóstol) en sus propias palabras.
Una crisis de fe llega a ser una prueba para fortalecer tu fe.
Para aquellos que se han sentido desconcertados, conmocionados o devastados por sentimientos de duda y confusión, les digo: Yo he estado allí. Muchas personas también. Dios respeta y aprecia tu búsqueda de la verdad, siendo consciente de la angustia que se requiere a veces como parte del viaje.
Mientras buscas la verdad, no te olvides de la fórmula de Nefi, y por favor no excluyas la posibilidad de que José Smith es el profeta de la restauración de este evangelio de Cristo.
Es mi testimonio de que sí lo es.
Este artículo fue escrito originalmente por Dustin Phelps y publicado en happines-seekers.com, con el título “Nephi had a crisis of faith, too”