Algunas personas creen que el mormonismo fue creado por un hombre. Otros creen que fue organizado por Dios. Así que mi objetivo fue averiguar si esta organización estaba más allá del alcance de un hombre.
Yo siempre he sido el tipo de persona que le gusta llegar al fondo de todas las cosas, y me gusta investigar por mi propia cuenta. Esa mentalidad no es diferente a José Smith, Brigham Young y otros líderes grandes de la iglesia.
La fe ciega nunca ha sido lo mío. Los líderes de la iglesia que más admiro de todas las épocas, nunca se conformaron con lo que decían otras personas.
Ellos usaron una combinación de lógica y fe para llegar a su testimonio, y después de eso nunca dejaron de cultivar su testimonio. Ellos nunca “dejaron” de recibir su testimonio.
A menudo atribuimos que el testimonio de Brigham Young vino a través de un hombre sin elocuencia llamado Eleazar Miller, quien le compartió su testimonio puro y sincero de la veracidad del evangelio, pero en realidad fueron dos años de cuidadosa observación y de estudio que hicieron que el corazón de Brigham fuera movido por un simple testimonio. La fe y la lógica finalmente se entrecruzaron.
Creo firmemente en lo que el Presidente J. Reuben Clark dijo una vez:
“si tenemos la verdad, ésta no puede ser perjudicada por la investigación. Si no tenemos la verdad, ésta siempre será perjudicada”.
Nunca he sentido que Dios quiere que alguien tenga una fe ciega. Algunas veces citamos a Adán cuando dijo “no sé, sino que el Señor me lo mandó” (Moisés 5:6) e insinuamos que eso es un ejemplo de tener una fe ciega. Pero la obediencia y la fe de Adán estaba muy lejos de ser ciega. Él estaba allí en la presencia del Padre Celestial y Jesucristo y fue desterrado del jardín del Edén.
Él tenía todos los eventos frescos en su mente. Él experimentó la existencia y la realidad de Dios. Muchos de nosotros no hemos tenido la misma experiencia de Adán. Estamos constantemente buscando piezas de información y evidencia para construir nuestra fe. Es esa evidencia combinada con fe y humildad que hace que nuestro testimonio sobreviva en los momentos de dificultad.
El 22 de diciembre fue el día antes de que José Smith naciera. Ese día se llama “el solsticio de invierno” o conocido más comúnmente como el “día más corto” del año. Ese día tiene la menor cantidad de luz, convirtiéndolo en uno de los días “más oscuros” de todo el año. El amanecer del día siguiente, el 23 de diciembre, marca el comienzo de los “días más brillantes”. Ese día es un símbolo de nuevos comienzos y una mayor luz.
¡Imagínate! José Smith nació en uno de los días del calendario que corresponde al día más brillante que iluminó toda la tierra de su región.
Pero vayamos más a fondo. La mujer que trajo a José al mundo se llamaba Lucy. El nombre Lucy proviene del latín que significa “luz” o “portador de luz”. Así que esta “portadora de luz” trajo a un niño a este mundo llamado José. ¿Se habrá dado cuenta cuando llamó a su quinto hijo José que su nombre tenía un significado hebreo que es “Dios dará en aumento” ó “Dios agregará”.
El apellido del niño sería Smith. ¿Qué significado tiene “Smith”? Smith es alguien que forja y construye algo nuevo con materiales viejos y crudos. Pero vayamos más lejos. José Smith tenía un hermano mayor que estuvo a su lado hasta el día de su muerte. Su nombre era Hyrum. El nombre Hyrum en hebreo significa “mi hermano es exaltado” ó “hermano del exaltado”.
Esta cosa que llamamos la restauración, es mucho más elaborada de lo que la mayoría de la gente supone. Fue organizada por alguien. Si fue organizada por el hombre, entonces fue el engaño más complejo y completo que jamás ha existido.
Pero tú tienes que preguntarte, ¿existe alguna manera de que todo esto haya sido organizado por un hombre sobre todo cuando hay tantas “coincidencias” mucho antes de que alguno de estos personajes haya nacido? ¿Los padres de Lucy le dieron el nombre de Lucy y se aseguraron de que su tercer hijo fuera llamado Hyrum, de modo que pudiera estar al lado de su quinto hijo que se llamaba José, quien de alguna manera nació en el solsticio de invierno, del año que codificó más exactamente lo que un profeta de una nueva dispensación haría: traer una nueva luz. ¿Podrían haberlo sabido? ¿Es humanamente posible? No puedo imaginarme cómo sería eso.
Pero ese es sólo el comienzo de todo el milagro.
Ahora era el turno del ángel Moroni de proveer un poco de evidencia para sorprendernos en nuestros estudios. José Smith informó que Moroni lo visitó inicialmente y posteriormente le mostró un primer vistazo de las planchas de oro el 21 de Septiembre de 1823.
Esa fecha coincide con el festín de los tabernáculos. El festín de los tabernáculos fue instituido por Dios como una manera para que los israelitas conmemoren y recuerden la liberación de Dios en los tiempos pasados.
De todas las épocas del año, ¿podría haber habido un mejor día para que Dios revelara un libro que marcaría el comienzo de la liberación y la reunión final de Dios en los últimos días?
¿Podrían José, Lucy, los padres de Lucy o alguien más, tener la oportunidad de planear todo de esta manera? ¿Son académicamente capaces de este tipo de organización y planificación histórica?
Si miras la importancia de los nombres, las fechas y el escenario de la restauración de estos últimos días, puedes concluir lógicamente que hay mucho más que solamente coincidencia en toda esta labor. También podrás concluir de que no hay manera de que todo esto haya sido organizado por cualquier ser humano.
Ningún ser humano es capaz de establecer tantas coincidencias ANTES de que hayan nacido. Pero esto es solamente la punta del iceberg. Podríamos hablar sobre la importancia de la declaración de Malaquías, las fechas de la organización de la iglesia y la aparición milagrosa de Elías en el templo de Kirtland en la fecha exacta en la que los judíos alrededor del mundo estaban poniendo una mesa para la comida de pascua, dejando una silla vacía para el regreso de Elías. Y así podríamos continuar sucesivamente.
Una de las más grandes evidencias en mi mente de que José Smith es un profeta, es el hecho de que hay muchas coincidencias asociadas con la aparición del Libro Mormón y los eventos entorno a la restauración. Una cosa es hacer una profecía y luego cumplir esa profecía, pero otra cosa es tener pruebas significativas alineadas para probar tu profecía antes de que tu nazcas.
En el pasado, sólo los profetas de la biblia nacían en este tipo de símbolos y presagios. Éstas cosas nos daban evidencia de un Creador y apuntaban nuestras mentes a Cristo. Eran cosas que sólo podían ser preparadas para ellos desde la fundación del mundo y no por cualquier ser humano en este mundo terrenal. “Dios tiene una obra para ti”, dijo el ángel a José Smith, “y que entre todas las naciones, tribus y lenguas se tomaría su nombre para bien y para mal, o sea, que se iba a hablar bien o mal de él entre todo pueblo”. ¿Quién dice eso y realmente sucede?
Dios nos pide que estudiemos las cosas en nuestras mentes para dar un paso adelante y le preguntemos a Él si eso es verdad, antes de aceptar o comprometernos a algo.
Nunca me he encontrado con ninguna enseñanza del Señor en la que Él no nos pida que usemos nuestros cerebros. Siento que nuestro intelecto es mucho más importante de lo que le hemos dado crédito en el pasado.
Dios nos dijo “ he aquí, hablaré a tu mente y a tu corazón por medio del Espíritu Santo que vendrá sobre ti y morará en tu corazón”. (DYC 8:2-3). Pasamos mucho tiempo hablando sobre cómo “seguir a nuestros corazones” ó “que debemos escuchar a nuestros corazones”.
Dios nos habla primero a nuestra mente, y luego nuestra mente transmite paz a nuestros corazones. Es la sensación de luz que se adhiere a la luz que ilumina nuestros cuerpos y nos da la paz en nuestro corazón.
José Smith dijo una vez “cuando sientes que la inteligencia pura fluye hacia ti, y tienes ideas repentinas, todas esas cosas fueron presentadas a vuestras mentes por el Espíritu de Dios”. De lo que José Smith está describiendo aquí, nuestra mente y nuestro intelecto dado por Dios está en el núcleo de nuestro progreso eterno.
No es nuestro intelecto quien nos engaña. Es nuestro albedrío, la rebeldía y el rechazo de los sentimientos que han sido transmitidos a nuestro corazón a través de nuestro cerebro y el espíritu. El intelecto sólo transmite. Es el corazón el que acepta o rechaza.
Los seres humanos son propensos a olvidar. Por esa razón creo que los profetas tienen que enfatizar la importancia de la palabra “recordar” a lo largo de los años.
Es fácil olvidar las cosas que sabemos que son “absolutamente ciertas”. Por lo tanto, necesitamos buscar, escudriñar y recordar las cosas que trajeron paz a nuestros corazones, continuamente a través de nuestras mentes para que podamos permanecer fuertes en estos últimos días.
Me he dado cuenta de que si miras lo suficiente, podrás ver que la creación y la organización de la restauración del evangelio tiene evidencia lógica que refuerza nuestra fe. Mucho antes de que José Smith pusiera sus pies en la tierra, ésta organización tuvo lugar. Sólo tenemos que verlo, reconocerlo y atribuirlo a la fuente correcta.
Este artículo fue escrito originalmente por Greg Trimble, y fue publicado en gregtrimble.com, con el título “Wait… Did You Think The Mormon Church Was Orchestrated by a Man?”