“Sin la primera visión, no tendríamos el sacerdocio y sus ordenanzas, no tendríamos el don del Espíritu Santo para testificarnos de la verdad.”
Pregunta
¿Es necesario tener un testimonio de la primera visión? He oído decir que el Evangelio restaurado recae o se basa en la primera visión, pero ¿es sensato decir que el Evangelio se apoya o recae en una de las experiencias de José Smith?
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Respuesta
Cada vez que el Señor introduce una nueva dispensación, llama a los profetas de una manera similar, a través de visiones y visitaciones divinas. Este siempre ha sido el patrón. Para que ocurra una restauración, es natural que tal visita sea el primer paso. De la misma manera sucedió con José Smith.
“Una de las experiencias de José Smith” podría significar cualquier cosa, entre experiencias comunes y sencillas. Tampoco creo que dependiera de lo que aprendió al ser un granjero.
Entonces, no, no depende de “una de las experiencias de José”. Se basa en las experiencias espirituales más poderosas dadas al Profeta de la Restauración.
Estamos hablando de una teofanía muy profunda. Fue uno de los pocos casos en la historia del mundo donde el Padre mismo habló con un hombre. Fue la primera vez en siglos (posiblemente más de un milenio) que el Salvador se paró frente a un hombre y habló con él cara a cara como cuando un hombre habla con otro.
Fue la primera vez que los cielos se abrieron tan claramente en más de 1,000 años.
Fue la base principal para muchos otros acontecimientos muy importantes de la restauración. No fue una piedra angular, pero la base de la misma.
Sin la primera visión, José no hubiera recibido la visita de Moroni.
“Fui culpable de levedad, y en ocasiones me asociaba con compañeros joviales, etc., cosa que no correspondía con la conducta que había de guardar uno que había sido llamado por Dios como yo…
Como consecuencia de estas cosas, solía sentirme censurado a causa de mis debilidades e imperfecciones.
De modo que, por la noche del ya mencionado día veintiuno de septiembre, después de haberme retirado a la cama, me puse a orar, pidiéndole a Dios Todopoderoso perdón de todos mis pecados e imprudencias; y también una manifestación para saber de mi condición y posición ante él; porque tenía la más absoluta confianza de obtener una manifestación divina, como previamente la había tenido.” – JS-H 1: 28-29
Sin la visita de Moroni, nunca hubiéramos recibido el Libro de Mormón. Sin el Libro de Mormón, la autoridad del sacerdocio no se hubiera descubierto ni restaurado.
“Y el Señor le dijo: Te doy poder para que bautices a los de este pueblo cuando yo haya ascendido al cielo otra vez.
Y además, el Señor llamó a otros, y les habló de igual manera, y les dio poder para bautizar. Y les dijo: De esta manera bautizaréis; y no habrá disputas entre vosotros.” 3 Ne 11: 21-22
La traducción de esta parte del Libro de Mormón condujo a la siguiente revelación.
“El mes siguiente (mayo de 1829), encontrándonos todavía realizando el trabajo de la traducción, nos retiramos al bosque un cierto día para orar y preguntar al Señor acerca del bautismo para la remisión de los pecados, del cual vimos que se hablaba en la traducción de las planchas.
Mientras en esto nos hallábamos, orando e implorando al Señor, descendió un mensajero del cielo en una nube de luz y, habiendo puesto sus manos sobre nosotros, nos ordenó, diciendo:
Sobre vosotros, mis consiervos, en el nombre del Mesías, confiero el Sacerdocio de Aarón, el cual tiene las llaves del ministerio de ángeles, y del Evangelio de arrepentimiento, y del bautismo por inmersión para la remisión de pecados; y este sacerdocio nunca más será quitado de la tierra, hasta que los hijos de Leví de nuevo ofrezcan al Señor un sacrificio en rectitud.” -JS-H 1: 68-69
Sin el sacerdocio, no podríamos tener los principios y ordenanzas del Evangelio. Sin los principios y ordenanzas del Evangelio, no podríamos participar de la expiación de Jesucristo. Sin la Expiación, nuestras vidas en esta tierra no tendrían sentido.
Y sin el sacerdocio, todo lo que vino después de la restauración no hubiera sido posible (DyC 110).
Entonces, considera el hecho de que sin la primera visión, no tendríamos el complemento total de las escrituras. Y sin el sacerdocio y sus ordenanzas, no tendríamos el don del Espíritu Santo para enseñarnos el verdadero significado del testimonio de todos los profetas antiguos.
Entonces, podemos ver que sin la primera visión, no hubiera habido una restauración.
Por lo tanto, digo que sí, la primera visión fue más que una experiencia simple y común que, si bien podemos elegir ignorarla o no, es mucho más que eso, lo es todo.
Este artículo fue escrito y fue publicado originalmente por askgramps.org bajo el título “Is it necessary to have a testimony of the first vision?”