Cuando llueve en Paraguay, llueve a cántaros. La lluvia convierte las calles de tierra de los pueblos pequeños, en ríos de barro, haciendo que todas las personas permanezcan en sus casas y el transporte queda detenido.
Pero alrededor de las nueve de la mañana, un pequeño grupo de personas caminan por las calles inundadas hacia la capilla SUD local. Los hombres empapados con sus camisas blancas, corbatas y botas de lluvia, sujetan los paraguas contra el viento. Las mujeres sostienen sus faldas y llevan sus zapatos en sus manos, mientras cargan a sus niños pequeños.
Sus vecinos los ven pasar y piensan que están locos, y aunque estos Santos de los Últimos Días llegan a la capilla empapados y temblando, tienen sonrisas radiantes y corazones cálidos. Ni siquiera la lluvia los puede detener de reunirse juntos en el día de reposo.
Aquí les comparto 5 hechos de la iglesia en Paraguay.
1. El templo de Asunción Paraguay tomó el lugar donde se ubicó el primer centro de reuniones en Paraguay
Tom Hale de Gilbert, Arizona, fue uno de los primeros misioneros en proselitar en Paraguay. Con la ayuda de varios conversos, él y su compañero convirtieron una pequeña casa en Asunción en una capilla, pusieron un letrero de bienvenida y contrataron un camión que usualmente vendía un pan tradicional llamado chipa, para anunciar el lanzamiento de la rama.
Al llegar el domingo, la casa estaba llena con 40 personas curiosas de aprender más sobre la nueva capilla. Una semana después, con el camión de chipa anunciando la casa abierta, había una fila de personas que abarcaba dos cuadras de largo, esperando para dar un recorrido por la nueva capilla.
Tom Hale vio el maravilloso progreso en Paraguay en el corto tiempo que estuvo allí. Actualmente esa pequeña casa fue reemplazada con el templo de Asunción Paraguay.
2. Algunas tribus remotas conocían las historias del Libro de Mormón antes de conocer a los misioneros.
Si el establecimiento de la iglesia en las ciudades parece fácil, el desafío es predicar el evangelio a aquellos que viven en las regiones lejanas de Paraguay. En las praderas y las selvas, las personas viven en comunidades dispersas y algunas tribus tienen sus propios idiomas.
Sin embargo, algunas de esas tribus remotas han conservado sus tradiciones orales nativas que se remontan a los eventos del Libro de Mormón, preparando a su pueblo para el evangelio.
En 1980, una tribu nativa de Nivaclé de 200 personas, se convirtió al evangelio cuando los misioneros les contaron la historia del Salvador cuando vino a las Américas. El líder de la tribu reconoció la historia porque había sido transmitida por sus ancestros y supo que estaba escuchando verdades restauradas.
Actualmente, esa tribu tiene una comunidad de 40 familias SUD y han dado a su población el nombre de Abundancia.
3. Los miembros de la iglesia son extraordinariamente humildes y amigables
La obra misional continúa siendo un gran éxito en Paraguay. El país es usualmente llamado, “el corazón de Sudamérica”, y ese corazón definitivamente, es uno muy valioso.
Faith Goimarac, quien sirvió recientemente en la misión Asunción Paraguay Norte, dijo, “los paraguayos aman incondicionalmente. Ellos son felices de dar de su tiempo, de su comida, o su silla para que usted pueda sentarse. Son verdaderamente semejantes a Cristo en cuanto amar a todos”.
Una mujer dijo “los paraguayos son tan sociales como las hormigas”. Si alguna vez ves una fila de hormigas que van y vienen de una fuente de alimento, verás que cada vez que dos hormigas se cruzan se detienen por un momento para reconocerse. Los paraguayos son muy parecidos, ellos se aseguran de detenerse y decir “adiós”, a todo el que se les cruza por el camino. Así que aunque los misioneros en Paraguay tengan dificultades para encontrar a aquellos que están listos para aceptar el evangelio restaurado, rara vez tienen problemas para encontrar a gente amable con la que pueden hablar y aprender de ellos.
La iglesia tiene una fuerte presencia ya que los misioneros son reconocidos fácilmente y las capillas son frecuentadas con visitantes. Y debido a que las capillas SUD son usualmente los edificios más grandes y más bonitos de la comunidad, cuando hay algún edificio en el área todas las personas lo conocen.
4. Los miembros entienden lo que significa “Sión”
Debido a su cultura unificada, el materialismo en Paraguay es algo que la mayoría de las personas sólo ve en la televisión, ya que todos, ricos y pobres, viven en comunidades cercanas. La gente tiene una personalidad diversa y colorida, pero a la vez, son como su adorno tradicional llamado “ñandutí” que significa “telaraña”. Tiene una fuerte cultura de trabajar duro y ayudarse el uno al otro, tanto a sus familiares como a sus vecinos.
En la iglesia, las diferencias sociales y económicas no existen. Si alguien no tiene ropa bonita para usar en la reunión sacramental, los miembros son lentos en juzgar y rápidos en ofrecer lo que tienen.
Cuando los investigadores visitan la capilla por primera vez, están dispuestos a presentarles a cada persona de la rama, y saludan a todos los que entran al salón. Muchos miembros son conversos, así que son pacientes y felices de responder preguntas y aclarar dudas.
Adicionalmente, los miembros disfrutan de reunirse con sus comunidades para jugar fútbol, hacer asados, y también sentarse en un círculo, para compartir tereré, una bebida típica, que todos toman del mismo vaso. Las capillas SUD tienen canchas de fútbol, por lo que son buenos lugares para reunirse. Los miembros invitan a sus amigos que no son miembros para jugar o conversar, y eso hace que sea más fácil iniciar conversaciones sobre el evangelio.
“Los miembros consideran a todas las personas parte de sus familias y siempre están dispuestos a hablar con extraños”, dijo Tiffany Devries, quien sirvió su misión en Paraguay en el 2011.
5. Los miembros de Paraguay siempre ponen su fe primero
No es fácil ser miembro de la iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Paraguay. El clima subtropical intenso y el mal estado de las vías, hacen que viajar sea difícil, y las capillas son muy pocas y se encuentran a distancias lejanas. Muchos tienen familias grandes, y es difícil llegar con todos los hijos a la capilla y algunos necesitan permiso de los padres o los cónyuges para poder asistir.
El empleo es difícil de conseguir y algunos que encuentran trabajo tienen que enfrentar la responsabilidad de tener que trabajar el domingo o perderán sus empleos.
El presidente de la rama de la ciudad de Concepción, Juan Ángel Gómez, algunas veces ha tenido desafíos para ayudar a los miembros de la rama cuando tan a menudo él también necesita ayuda. La pobreza es frecuente en el país y muchas familias necesitan la ayuda de la iglesia para poder sobrevivir.
Una vez, el presidente dio algunas libras de fríjol a su vecino, y después gastó sus últimas monedas para comprar un par de huevos para alimentar a su familia de 7 integrantes.
“Pero he visto las bendiciones que vienen al sacrificarnos para vivir el evangelio”- dice Gómez. “Podemos estar más hambrientos que nuestros vecinos, pero el Señor siempre nos da algo”.
Este artículo fue escrito originalmente por Carly M. Springer y fue publicado en ldsliving.com con el título “Tribe Knew Book of Mormon Stories Before Missionaries Arrived + 4 More Facts About the Church in Paraguay”