El presidente George Albert Smith, uno de los Presidentes de la Iglesia, enfrentó una depresión profunda y angustiosa mientras servía como apóstol. En ese tiempo, la depresión no era tan conocida como lo es hoy en día, y en los registros que encontramos sobre el Elder Smtih, es común encontrar otras palabras como fatiga, desánimo o tristeza.
En un discurso, Elder Jeffrey R. Holland habló sobre la depresión del presidente Smith:
“… En cualquier situación, todos podemos sentirnos inspirados por aquellos que, en las palabras del profeta José, “[escudriñaron] y [contemplaron] el abismo más oscuro” y perseveraron a través de él; entre ellos grandes personas como Abraham Lincoln, Winston Churchill y el élder George Albert Smith, siendo el último uno de los hombres más generosos y cristianos de nuestra dispensación que luchó con depresión recurrente por varios años antes de llegar a ser el universalmente amado octavo profeta y Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.”
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El presidente George Albert Smith sufría de ansiedad y depresión severa. Sus nietos contaron que a veces no podía recomponerse por lo que permanecía en cama durante varios días. A veces su depresión y ansiedad se volvían tan intensas que pasaba mucho tiempo en cama o fuera de Salt Lake para poder recuperarse.
Durante la mayor parte de su vida, George Albert Smith no tuvo una buena salud física. Aunque le gustaba nadar, montar a caballo y otras actividades físicas, su cuerpo era frágil y a menudo débil.
“Además de sus problemas crónicos de la vista, el élder Smith sufrió de dolores estomacales y de la espalda, fatiga constante, problemas del corazón y muchas otras enfermedades a lo largo de su vida.
El estrés y la presión de sus muchas responsabilidades también le afectaron, y al principio no estaba dispuesto a disminuir su ritmo ocupado de vida a fin de proteger su salud. Como resultado de ello, desde 1909 hasta 1912 luchó contra una enfermedad de tal gravedad que lo mantuvo en cama y no le permitió cumplir con sus deberes del Quórum de los Doce.
Fue un tiempo muy difícil para el élder Smith, que deseaba desesperadamente reanudar su servicio. La muerte de su padre en 1911 y una gripe muy grave que afectó a su esposa hicieron que la recuperación del élder Smith fuera aún más difícil.” – “Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: George Albert Smith”
La mayor parte de la depresión del Elder Smith ocurrió en su tiempo de apóstol, sin embargo los historiadores reconocen que el presidente Smith todavía tuvo algunos momentos de depresión en su periodo como Presidente de la Iglesia, no obstante, su vigor espiritual fue impresionante en esta etapa de su vida.
¿Qué hizo el Elder Smith para sobrellevar su depresión? Él simplemente siguió cumpliendo con su deber día tras día de la mejor manera en que podía. El dijo:
“Toda la felicidad que he tenido en la vida, ha sido resultado de mi compromiso de guardar los mandamientos de Dios y de vivir dignamente de las bendiciones que Él le ha prometido a quienes le temen y guardan sus mandamientos.” -“Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: George Albert Smith”
Quizás su experiencia con la depresión le permitió desempeñar el papel de Presidente de la Iglesia en uno de los momentos más tristes y difíciles de la historia humana.
El servicio de George Albert Smith como Autoridad General cubrió la mayor parte de la primera mitad del siglo XX. Durante este período, hubo muchos acontecimientos devastadores y tumultuosos en el mundo, incluida la Gran Depresión y las dos guerras mundiales.
Estas calamidades, junto con lo que él consideraba una degradación generalizada de la moral en la sociedad, hicieron que el presidente Smith dijera en más de una ocasión: “Este mundo está en estado crítico”. El presidente Smith se desempeñó como presidente de la Iglesia durante la Segunda Guerra Mundial.
Muchos sintieron que los talentos y experiencias del presidente Smith se adaptaban especialmente a su llamamiento. Una de las Autoridades Generales expresó esa confianza poco después del sostenimiento del Presidente Smith:
“Con frecuencia se dice que el Señor ha levantado a un hombre en particular para realizar cierta misión…
No está en mí decir qué misión en particular le espera al presidente George Albert Smith. Sin embargo, lo que sí sé es que en este momento en particular de la historia del mundo, no se había necesitado tanto el amor entre hermanos tan desesperadamente como se necesita en la actualidad.
Además, lo que sé es que no hay hombre alguno que yo conozca que ame a la familia humana, en forma colectiva e individual, más profundamente que el presidente George Albert Smith” -“Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: George Albert Smith”
Años después, el presidente Smith compartió:
“…Cuando pienso en la persona tan débil y delicada que soy, y que fui llamado a ser el líder de esta gran Iglesia, me doy cuenta de cuánta ayuda necesito. Con gratitud reconozco la ayuda de mi Padre que está en los cielos, así como el ánimo y la compañía que durante mi vida me han dado los mejores hombres y mujeres que se puedan encontrar en cualquier parte del mundo, tanto aquí como en el extranjero.”
El presidente Smith testificó cómo podemos hacer frente a nuestros dificultades, incluida la depresión:
“Aunque el mundo esté lleno de angustia, los cielos se oscurezcan, los relámpagos atraviesen el firmamento y la tierra tiemble desde su mismo centro, si sabemos que Dios vive y si nuestra vida es recta, seremos felices y tendremos paz indescriptible porque sabremos que el Padre aprueba nuestra vida.” -“Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: George Albert Smith
Cuando el presidente Smith murió a la edad de 81 años, el Elder Matthew Cowley, quien también era miembro del Quórum de los Doce y amigo cercano del presidente Smith, le rindió homenaje en el funeral de la siguiente manera:
“Todo el que estuviera angustiado, todo el que estuviera afligido con enfermedades u otro tipo de adversidad, todo el que entrara en la presencia de este hijo de Dios, obtenía de él virtud y fuerza. Estar en su presencia equivalía a ser sanado, si no era físicamente, entonces sin duda espiritualmente…
…Dios atrae lo divino, y estoy seguro de que el viaje más corto que este hombre de Dios realizó entre todos sus viajes fue el que acaba de emprender. Dios es amor. George Albert Smith es amor. Su amor es divino y Dios se lo ha llevado con Él.” -Matthew Cowley, Conference Report, abril de 1951, 168–169
Dios no libró a su profeta de la depresión, sino que lo ayudó a superar esta dificultad día tras día, y convirtió ese desafío en una bendición para él y para toda la Iglesia y el mundo.
Este artículo fue escrito originalmente por Lucas Guerreiro y fue publicado originalmente por maisfe.org bajo el título “Veja como um profeta de Deus enfrentou a Depressão”