Ayer, el élder Dieter F. Uchtdorf del Cuórum de los Doce Apóstoles compartió una experiencia personal acompañado de una contundente enseñanza sobre cómo ver con claridad nuestra vida y seguir adelante:
“Por muchos años, mi médico me instó a tener cirugía de implante de lente intraocular de mis ojos para aumentar la calidad de mi visión. Como piloto militar y profesional, tuve una visión excelente durante toda mi vida.
Me asustaba bastante tener que someterme a una cirugía en los ojos. El hablar con amigos, que pasaron por la misma experiencia, me ayudó mucho a ganar valor y confianza. Esa fue la decisión correcta que tomé e influiría en mi visión por el resto de mi vida. Ya que vivimos en el año 2020, ¿qué mejor tiempo para recuperar una visión de 20/20?
El médico realizó primero la cirugía en un ojo y me preguntó que comparara la visión con el otro sin operar. Al hacerlo, me di cuenta de que, con el ojo sin operar, todo se veía más oscuro, como si viera por medio de un filtro marrón.
Por medio del ojo restaurado, podía ver con más claridad, brillo y color real. Con la ayuda del médico, se quitó algo de mis ojos que se había desarrollado lentamente a lo largo de muchos años y que había limitado mi visión sin que yo en verdad me diera cuenta. Todavía me asombro y me siento agradecido que ahora disfruto de mi habilidad recuperada para ver las cosas como realmente son. Gracias a todos los que me ayudaron a dar ese paso importante.
Creo que ese paso también ocurre cuando por primera vez aprendemos acerca del evangelio de Jesucristo, o cuando decidimos volver a calibrar nuestra vida a la manera del Señor. El sendero de arrepentimiento y perdón a veces puede parecer un poco aterrador y difícil. El Salvador es el Maestro Sanador. Su divino sacrificio y amor por nosotros son la senda para recuperar la visión clara y verdadera de las cosas como realmente son. Por el poder y el don del Espíritu Santo, se quitan las obstrucciones y vemos con claridad la manera de decidir y seguir adelante en nuestra vida.
Es solo después de que se aclara nuestra visión que nos damos cuenta de lo que nos habíamos perdido antes. Oremos el uno por el otro, ayudémonos mutuamente y caminemos juntos por la senda del Señor. Envío mi amor e invito a cada uno de nosotros a permitamos que Él abra nuestros ojos para que podamos ver las cosas como realmente son. #Escúchalo”