A lo largo de la historia de la Iglesia, han habido muchas personas llamadas por Dios para ayudar a guiar a Sus hijos aquí en la Tierra. Al estudiar sus enseñanzas y métodos, se hace evidente que todos ellos son diferentes.
Desde que se fundó la Iglesia, algunos líderes han sido acusados de ser demasiado duros, insensibles o autoritarios. Reconocemos el dolor real que eso puede traer. Tal dolor trae la siguiente pregunta, ¿por qué Dios llamó a estas personas en primer lugar?
Aquí hay una defensa para los apóstoles ofensivos de Dios.
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No tienen el lujo de enseñar verdades fáciles
Cuando el Señor manda que se enseñe algo, Sus líderes deben tener la fe para hacerlo, independientemente de cómo piensan que será recibida tal enseñanza. A menudo no es fácil de hacer.
El 16 de febrero de 1832, el profeta José Smith y Sidney Rigdon recibieron la conocida revelación que se encuentra en Doctrina y Convenios 76, comúnmente conocida como “la Visión”.
En ese momento, la gran mayoría de los miembros de la Iglesia eran conversos de religiones protestantes que predicaban la doctrina ampliamente aceptada de un lugar en el cielo para aquellos que eran justos y el infierno para aquellos que eran inicuos.
La idea de que hubiera múltiples reinos en el cielo y que la salvación podría estar disponible para todos no resonó bien con muchos de los miembros, lo que provocó que algunos apostataran.
Incluso el futuro Presidente de la Iglesia, Brigham Young, admitió que al principio “no podía entenderlo”. Sin embargo, él y muchos otros eventualmente oraron para comprender la voluntad del Señor y recibieron un testimonio confirmador por parte del Espíritu de que realmente era una revelación dada por Dios.
Podemos aprender una valiosa lección del ejemplo de Brigham Young aquí. Cuando un líder de la Iglesia dice algo que nos puede parecer ofensivo o difícil de escuchar, es bueno dar un paso atrás y dedicar algo de tiempo para procesarlo todo.
Si las enseñanzas de un apóstol inicialmente parecen ser confusas o algo dolorosas, lo que hay que hacer es orar a Dios pidiéndole entendimiento, el cual promete darnos en Su tiempo.
Su reputación los precede
Tanto en el pasado como en el presente, ciertas Autoridades Generales han desarrollado una reputación al elegir enfatizar doctrinas específicas que, si bien son verdaderas, se consideran controversiales o difíciles de aceptar. Esto puede cambiar como los vemos.
Cuando uno mira todas sus obras en un todo, ponemos en contexto su pasión y enseñanzas, lo que hace que sea mucho más difícil acusarlos de ser intencionalmente ofensivos.
Es importante entender que Dios llama a personas imperfectas a dirigir Su Iglesia. El Elder Neil A. Anderson describió esto en una Conferencia General:
“Los líderes de la Iglesia son hombres honrados pero imperfectos. Recuerden las palabras de Moroni: ‘No me condenéis por mi imperfección, ni a mi padre… más bien, dad gracias a Dios que os ha manifestado nuestras imperfecciones, para que aprendáis a ser más sabios de lo que nosotros lo hemos sido.’”
Esto no le da a los líderes una licencia para abusar de su oficio, sino que nos permite ser más indulgentes. Lo que se dice acerca de un apóstol no es tan importante como lo que dice un apóstol.
Personalidad, cultura y estilo de enseñanza
Incluso si una enseñanza dada es más general, otros factores, como las diferencias de cultura, personalidad y estilo de presentación, todavía pueden presentar a un apóstol como ofensivo.
Estas preocupaciones fueron expresadas por Enoc. Cuando el Señor lo llamó a ser un líder en Su Iglesia, Enoc protestó diciéndole al Señor:
“No soy más que un jovenzuelo, y toda la gente me desprecia…”
El Señor respondió diciendo que le daría a Enoc el poder de predicar el Evangelio. Como el presidente Thomas S. Monson enseñó una vez: “A quien el Señor llama, Él capacita.”
Los atributos que están poco desarrollados en un líder pueden ser perfeccionados y, en última instancia, vencidos por el poder que el Señor les dará. Las debilidades de Sus líderes no son suficientes como para obstaculizar Su obra.
Dios llama a Sus profetas
Los apóstoles y los profetas no son llamados por casualidad. El Señor en verdad los elige. ¿Por qué lo hace? Esa es la forma en que establece Su reino en la tierra. Su reino contiene doctrinas y ordenanzas divinas que manifiestan el poder del Señor y están diseñadas para exaltar el alma humana.
Los hombres que son llamados al Santo Apostolado reciben una medida de autoridad divina para comprender y enseñar tanto la doctrina como administrar las ordenanzas del reino. Si Dios realmente llamó a un hombre determinado a tal oficio, y ellos agradan a Dios con su servicio, entonces nosotros deberíamos estar igual de satisfechos con lo que hacen.
Cómo lidió el Salvador con la ofensa
Uno de los líderes más conocidos llamados por Dios fue el apóstol Pedro. Pedro fue amado y odiado. Alabado y denigrado. Él era verdaderamente un discípulo de Jesucristo, pero hubo un tiempo en que Pedro ofendió al mismo Jesucristo.
“Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer mucho a manos de los ancianos, y de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.
Y Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reprenderle, diciendo: Señor, ten compasión de ti mismo. ¡En ninguna manera esto te acontezca!
Entonces él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! Me eres tropiezo, porque no entiendes lo que es de Dios, sino lo que es de los hombres.” (Mateo 16: 21-23).
¿Cómo actuó el Salvador ante un apóstol ofensivo? Él lo amó y continuó manteniendo sus esfuerzos para hacer la obra de ministración.
“Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, fortalece a tus hermanos.” (Lucas 22: 31-32).
Aunque puede ser difícil, seguir el ejemplo del Salvador es verdaderamente el mejor camino que podemos seguir.
Este artículo fue escrito originalmente por Tanner Willes y Erik Parry fue publicado originalmente por ldsliving.com bajo el título “In Defense of the Offensive Apostle”