Thomas S. Monson, de 90 años, quien falleció el martes (de la semana pasada), fue profeta y cabeza de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días durante casi 10 años.
No habrá humo blanco en la chimenea de la capilla. No habrá una convención de la iglesia, ningún cabildeo ni elección.
Los mormones no se hacen dramas por la sucesión. Cuando el líder de su iglesia muere, como lo hizo Thomas S. Monson el martes, el próximo líder es elegido entre los de mayor rango, basados estrictamente en la antigüedad. El sistema pretende evitar cualquier atisbo de inestabilidad o intriga, pero prácticamente garantiza que el presidente será un anciano, incluso muy anciano.
El presidente Monson tenía 90 años y había servido como profeta y cabeza de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días durante casi 10 años. Siguiendo una tradición que data de los primeros años de la iglesia, debe ser sucedido por el miembro que más tiempo lleva en el cuerpo de gobierno de la iglesia conocido como el Cuórum de los Doce Apóstoles.
En este momento, ese hombre es el presidente Russell M. Nelson, un ex cirujano cardíaco, que tiene 93 años. El siguiente en la fila después de él es Dallin H. Oaks, ex presidente de la Universidad Brigham Young y juez de la Corte Suprema del estado. Tiene 85. Tienes que pasar a cuatro personas más en la línea de sucesión antes de llegar a alguien que haya nacido después de la Segunda Guerra Mundial.
“Parece muy predecible y regular, y hay cierta consuelo que proviene de ese nivel de estabilidad”, dijo Brian Q. Cannon, ex presidente de la Asociación de Historia Mormona y director del Centro Charles Redd de Estudios Occidentales en la Universidad Brigham Young, la universidad insignia de la iglesia mormona.
Es improbable que el presidente Nelson se desvíe mucho del curso conservador del presidente Monson, dijo el profesor Cannon. Los dos hombres son de la misma generación, moldeados en la misma cultura. Pero las prioridades del presidente Nelson en el cargo pueden ser algo diferentes, dado su historial en medicina, su experiencia en la formación de cirujanos cardíacos en China y su fluidez en mandarín.
“No preveo ningún cambio radical, ningún cambio revolucionario, pero podría haber diferencias de énfasis”, dijo el profesor Cannon.
El presidente Nelson ya ha utilizado su posición como el apóstol mayor de la iglesia para respaldar las enseñanzas del presidente Monson como divinamente inspiradas. Los mormones creen que el presidente de su iglesia es un profeta viviente que recibe revelaciones de Dios.
En un discurso a la generación de los mormones millenials en 2016, el Presidente Nelson defendió una política de la iglesia controvertida establecida por el presidente Monson declaró que las parejas homosexuales mormonas eran apóstatas, y prohibió a sus hijos de la mayoría de los ritos religiosos hasta que cumplan los 18 años.
“Los profetas ven más adelante: ven los peligros angustiosos que el adversario ha colocado, o aún colocará, en nuestro camino”, dijo el presidente Nelson. “Los profetas también prevén las grandes posibilidades y privilegios que esperan los que escuchan con la intención de obedecer”.
El funeral del presidente Monson se programó para el viernes 12 de enero en Salt Lake City.
El jueves el Presidente Trump y la primera dama, Melania Trump ofrecieron sus condolencias.
Con 187 años de historia, el presidente siempre ha sido sucedido por el miembro más longevo en el servicio en el Cuórum de los Doce Apóstoles (quien no es necesariamente el apóstol de mayor edad), dijeron los historiadores de la iglesia en entrevistas.
La primera vez fue difícil. Cuando Brigham Young sucedió al fundador de la iglesia, José Smith hijo, en 1847, asumió la presidencia solo después de una lucha de poder de tres años. Pero con el tiempo el proceso de sucesión se codificó para evitar que algo como eso ocurriera hoy, dijeron los historiadores eclesiásticos.
Según el sitio web de la iglesia: “El nombramiento de un nuevo presidente de la Iglesia sucede de manera ordenada, notablemente en el mundo actual, evitando cualquier rastro de cabildeo interno por posición o rango. Considerado por los miembros como un proceso divinamente revelado, está desprovisto de electoralismo ya sea detrás de escena o en público”.
La gerontocracia en la parte superior de la iglesia tiene la ventaja de la experiencia, pero también hay desventajas obvias. Algunos bloggers mormones han comentado en los últimos años que el presidente Monson parecía estar desorientado o daba discursos desgarbados en apariciones públicas. La iglesia anunció en octubre que ya no iba a la oficina y no apareció ese mes en la reunión internacional semestral de la iglesia, su conferencia general. El presidente Nelson es mayor que el presidente Monson, pero los observadores dicen que él es física y mentalmente fuerte para un hombre de su edad. “El presidente Nelson está notablemente sano”, dijo Eric Hawkins, vocero de la iglesia. “Tan recientemente como la temporada pasada, todavía estaba esquiando en la nieve”.
Este artículo fue escrito originalmente por LAURIE GOODSTEIN y fue publicado en New York Times.com, con el título For Mormons, Succession Drama Is Against Their Religion Español © 2017