por Terrie Lynn Bittner
Con el anuncio del retiro del papa católico, algunos se han preguntado si los profetas mormones alguna vez se retiran. Mormón es un apodo usado a veces para describir a los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Los profetas mormones sirven de por vida. Hasta el momento en que se escribieron estas líneas, ninguno se ha retirado. Sin embargo, ellos cuentan con el apoyo de dos consejeros y de doce apóstoles, así como de líderes en los niveles adicionales. Cuando un profeta no tiene la salud para llevar a cabo sus funciones normales,la mayor parte del trabajo puede ser hecha por las personas que trabajan con él. Los apóstoles también son profetas, videntes y reveladores, a pesar de no cumplir con el papel del presidente de la Iglesia. En raras ocasiones, han habido tres consejeros para ayudar con la carga de trabajo.
Cuando un profeta muere, el método para elegir a un nuevo profeta es muy diferente del utilizado por la mayoría de las iglesias. No hay elecciones. Ninguno hace una campaña para el cargo. Nadie postula para ello. Hay una procesión armónica y ordenada. Al estudiar la Biblia, notamos que Dios siempre escogía a los profetas y no había duda entre la gente de fe en cuanto a quién sería esa persona.
De la misma manera, no hay preguntas en cuanto a quién será el próximo profeta mormón. De hecho, los mormones saben hoy en día quién será si él todavía está vivo cuando llegue el momento. Si él no lo está, ellos saben quién está en la fila detrás de él.
Como se mencionó anteriormente, el profeta mormón tiene dos consejeros. Estos tres constituyen la Primera Presidencia, que es la máxima autoridad en el liderazgo de la iglesia. Por debajo de ellos en autoridad están los doce apóstoles. Los consejeros y el profeta también son apóstoles, haciendo un total real de quince apóstoles. Cada uno tiene una antigüedad asignada en función a cuando se les llamó a la función de apóstol.
La persona con mayor antigüedad es el profeta. El Presidente Monson, el actual profeta mormón, ha servido en el papel de apóstol más que cualquiera de los otros. El segundo apóstol más antiguo es el presidente del Quórum de los Doce Apóstoles. Si él está sirviendo como consejero, el siguiente en antigüedad llena la vacante como el presidente del quórum en funciones.
Cuando un profeta muere, la Primera Presidencia es automáticamente disuelta y los consejeros regresan a su puesto habitual en sus quórums. Los apóstoles llevan la iglesia como un cuerpo con igual autoridad hasta que el nuevo profeta haya sido oficialmente apartado. Los apóstoles se reúnen en el templo lo antes posible y dos cuestiones se les presentan a ellos. Ellos se preguntan si la Primera Presidencia debería reorganizarse en este momento o si la iglesia debería continuar funcionando con el Quórum de los Doce Presidente.
Después de discutir las cuestiones, se hace y se acepta una moción formal. Entonces, si se ha decidido reorganizar en ese momento, se toma una decisión unánime para aceptar al mayor apóstol por antigüedad en el cargo como el nuevo profeta y cada uno da su testimonio de la persona que Dios ha escogido. El apóstol más antiguo se convierte en el profeta, pero es importante que los apóstoles oren y lo confirmen personalmente antes de que la transición se haga. Esto deja la selección en las manos de Dios ya que Él controla la vida y la muerte y ya que Él puede enviar su testimonio por medio del Espíritu Santo.
Una vez que el nuevo profeta ha sido apartado, se celebra una asamblea solemne que permite a los miembros de la Iglesia sostener al nuevo profeta. Hoy en día, éstas se transmiten. Sostener no significa votar en el sentido temporal, incluso cuando se refiere a ella como tal. Los mormones no votan sobre quién va a ser el profeta. Al sostener a su profeta o a cualquier otra persona sirviendo en una posición de la iglesia—ellos están de acuerdo en apoyar a esa persona en esa posición. Están prometiendo a Dios que van a honrar y a apoyar a esta persona en su función.
El nuevo profeta ora en busca de inspiración para elegir a sus nuevos consejeros. Cuando muere un apóstol, por inspiración, no por elección, se elige al nuevo apóstol también. De esta manera, la Iglesia avanza de manera ordenada y pacífica, sin el drama y el suspenso que se encuentra en muchas otras religiones, pero también sin la especulación y la controversia.
Después de que José Smith fue asesinado, había confusión sobre quién debería dirigir la iglesia. Un número de hombres hicieron campaña por la posición, causando disensión y división en la iglesia. Sin embargo, hubo muchos que entendieron lo que Dios les había enseñado sobre este tema y un milagro confirmó esto para aquellos que tenían fe. Estas personas continuaron con la iglesia, mientras que los que sólo buscaban el poder y el honor siguieron su propio camino para fundar sus propias iglesias, la mayoría de los cuales no duraron mucho tiempo.
“Los hombres no obtienen cargos en esta Iglesia porque ellos lo buscan. Si se supiera que un hombre tiene la ambición de desempeñar un cargo determinado en la Iglesia, este hecho lo llevaría a la derrota porque su deseo no se concedería a él. Este es el caso de los oficiales de esta Iglesia. … [Ellos] son responsables ante Dios. Dios los eligió y los nombró a [ellos], y es Él quien debe enderezar[los] si [ellos] hacen el mal. “(George Q. Cannon, en Deseret Weekly, 21 de mayo de 1898, p. 708.)
Desde entonces, el proceso ha continuado ininterrumpido, y los miembros de la Iglesia están plenamente informados de cómo funciona.
Esta publicación fue escrita por
Terrie Lynn Bittner