Vivimos en la era en la que la vida de todo el mundo es perfecta. O al menos se ve así. Desde las fotos de las modelos, a las fotos en las redes sociales, todos y todo en la vida, el perro y la familia se ven impecables. A veces incluso se siente como que todos en la iglesia son perfectos. Tienen cónyuges increíbles, hijos fieles y testimonios impresionantes. Hace que los que no tienen una vida perfecta sientan que no pertenecen.
El mes pasado estuve visitando un barrio en la zona rural de Utah y en la reunión de testimonios una señora se puso de pie y dijo: “No pertenezco aquí, mi vida no es perfecta. Mis hijos no son misioneros retornados casados en el templo …” Ella entonces comenzó a llorar, y continuó: “Mis hijos están actualmente en la cárcel. Yo no pertenezco aquí”.
He pensado mucho sobre este testimonio durante las últimas dos semanas. Y cómo el esfuerzo por la perfección hace que muchos se sientan incómodos, y sientan que no pertenecen.
El problema no viene con las personas que se esfuerzan por ser mejores. Viene de una creencia cultural de que si tu vida no es perfecta, entonces eres un mal mormón. La cultura mormona dice cosas como: “Si tus hijos son menos activos, no eres un buen mormón”. “Si tu hijo lucha con la atracción del mismo sexo, entonces no eres un buen mormón”. O “si todos tus hijos no sirven en misiones de tiempo completo y se casan en el templo, no eres un buen mormón”.
Aquí hay una simple verdad. Cualquiera puede cumplir con los estándares del Evangelio. Nadie puede estar a la altura de los estándares culturales. Incluso Dios el Padre no sería considerado un ” buen mormón” de acuerdo con la cultura, después de todo, Él no tuvo solo un hijo menos activo, sino un tercio entero.
Hay una gran diferencia entre el Evangelio enseñado por Jesucristo y Sus Profetas y Apóstoles y la cultura. Aquí hay sólo tres ejemplos:
Ser Perfecto Vs Ser Completo.
Mientras que la Cultura dice: “aparenta hasta que lo logres”. O, “si no eres perfecto, no vives el Evangelio”. Jesucristo enseñó:
“Sed, pues, vosotros perfectos, así como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto“. (Mateo 5:48)
Hay dos cosas que debes notar de este mandamiento:
En primer lugar, el significado de la palabra perfecto que Jesucristo usó no fue “impecable, sin error y sin nunca cometer un error”, la GEE explica que “perfecto” es “completo, íntegro, plenamente desarrollado“…
En segundo lugar, y mucho más importante es lo que sucede cuando miramos el mismo sermón dado unos años después a los nefitas, cuando Jesucristo dice:
“Por tanto, quisiera que fueseis perfectos así como yo, o como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto“. (3 Nefi 12:48)
Después de que Cristo resucitó, Él fue completo, íntegro y plenamente desarrollado. Sólo con un cuerpo inmortal y glorificado declaró que se hizo como “yo o como vuestro Padre Celestial”.
El mandamiento de ser perfecto es mal entendido si pensamos que significa ser perfecto ahora. El mandamiento se entiende mejor como una invitación y un desafío: Desarrollar la fe en Jesucristo, arrepentirse, entrar en las aguas del bautismo, recibir el Espíritu Santo y perseverar hasta el fin. Entonces tu recompensa será la exaltación y vidas eternas, o en otras palabras, ser completo, íntegro y plenamente desarrollado.
“ La perfección es inminente; llegara en su totalidad únicamente después de la resurrección y sólo por medio del Señor; esta en espera de todos los que le aman a El y guardan Sus mandamientos; abarca tronos, reinos, principados, potestades y dominios“.
Presidente Russell M. Nelson
Un Evangelio de arrepentimiento no de perfección.
Dentro de la Iglesia a menudo miramos a nuestros líderes y pensamos que son perfectos. La simple verdad es que no lo son. No sólo pensar que los demás son perfectos nos hace sentirnos inferiores, sino que cuando actúan imperfectamente, sacudirá nuestros testimonios. Las escrituras realmente nos enseñan cómo los líderes poderosos del sacerdocio alcanzaron su estatus, en Alma 13:10 se lee
“Pues como decía respecto al santo orden, o sea, este sumo sacerdocio, hubo muchos que fueron ordenados y llegaron a ser sumos sacerdotes de Dios; y fue por motivo de su fe excepcional y arrepentimiento, y su rectitud ante Dios, porque prefirieron arrepentirse y obrar rectamente más bien que perecer”…
El evangelio es un evangelio de arrepentimiento. Nuestros líderes no son perfectos, son pecadores como nosotros. Jesucristo es la única persona perfecta que caminó por la tierra.
Mientras que nuestros líderes no son perfectos, a menudo son extremadamente buenos en el arrepentimiento. La diferencia entre un santo y un pecador es el arrepentimiento.
“Si no lo intentamos, sólo somos pecadores de los últimos días; si no perseveramos, somos inconstantes de los últimos días y si no permitimos que los demás lo intenten, sólo somos hipócritas de los últimos días“. Dale G. Renlund
Los santos son pecadores que siguen intentando.
La vida no es perfecta, algunos días llorarás, algunos días será difícil seguir adelante. Y está bien, ¡sólo sigue adelante! Incluso Jesús lloró. Está bien si todavía aún eres soltero, está bien si no sabes lo que quieres que sea tu especialidad.
En lugar de enfatizar los aspectos de tu vida que aún están en desarrollo, más bien enfócarte en vivir el evangelio y ser un discípulo de Jesucristo. No necesitamos sentirnos inadecuados por no estar tan lejos en el camino como alguien más.
El élder Neal A. Maxwell explicó que todo el mundo tiene días buenos y malos, y que no es donde estamos, sino a dónde vamos lo que importa, Él dijo “¡es la dirección primero, luego la velocidad!”
Honestamente, él da uno de los discursos más importantes y poderosos acerca de los sentimientos de inadecuación dentro de la iglesia.
Conclusión.
La comparación es la herramienta fundamental del diablo para desalentarnos. La carrera no es contra nuestros hermanos y hermanas sino contra Satanás. Date cuenta de que no necesitas ser perfecto ahora, sólo tienes que continuar intentándolo. Tener fe, arrepentirte, hacer y mantener y cuando sea necesario reparar y renovar convenios. Eso es todo lo que Dios requiere de nosotros. Si verdaderamente tratamos, seremos recompensados con vida eterna.
Bruce R. McConkie fue citado por el élder L. Tom Perry en la conferencia general de octubre de 2006 cuando dijo:
“…Todo miembro de la Iglesia que se halle en el sendero estrecho y angosto, que se esfuerce, luche y desee hacer lo correcto, aun cuando esté lejos de la perfección en esta vida, si fallece mientras se halla en ese sendero estrecho y angosto, tendrá la vida eterna en el reino de su Padre”.
Este artículo fue escrito originalmente por Jeremy y fue publicado en mylifebygogogoff.com, con el título “You Don’t Need To Be Perfect To Be A Good Mormon” Español © 2017