REXBURG, Idaho – “Reduzcan la velocidad y tómense el tiempo para reflexionar mientras buscan orientación y guía para sus vidas”, dijo el Obispo W. Christopher Waddell del Obispado Presidente a los graduados durante la graduación del semestre de otoño de la Universidad Brigham Young-Idaho el viernes, 15 dic.
Celebrado en el Centro del Campus BYU-Idaho de Rexburg, Idaho, el evento honró a 2,322 graduados que obtuvieron 1.794 grados de licenciatura y 553 títulos de asociado. De los graduados, 585 eran estudiantes en línea y 371 comenzaron su educación en el programa Pathway.
“A medida que continúan este increíble viaje mortal, con todos sus altibajos, giros y vueltas, pueden olvidarse de algunas de las cosas que aprendieron en una o dos de sus clases, pero sobrevivirán perfectamente”, dijo el Obispo Waddell. “Sin embargo, con el fin de cumplir con el máximo propósito de sus vidas, y regresar exitosamente a la presencia de Dios, no pueden darse el lujo de olvidarse de buscar y confiar … en el poder que debe estar en ustedes, el poder de Su Espíritu”.
El obispo Waddell habló de una de las mayores hazañas de la navegación de mar abierto. Compartió la historia de Sir Ernest Shackleton, quien en 1916 viajó más de 800 millas en un bote salvavidas de 22 pies en el Atlántico Sur después de que su barco, el Endurance, fue aplastado por la presión de la capa de hielo.
El obispo Waddell explicó cómo usar un sextante, un instrumento de mano utilizado para navegar en el mar, Shackleton pudo encontrar su camino. También ayudó a todos los miembros de su tripulación de forma segura a su destino final.
“Así como Shackleton nunca había hecho el viaje … y necesitaba un sextante para mantenerlo en curso, ninguno de nosotros ha viajado antes en este viaje mortal y también necesitamos ayuda para guiarnos a casa, nuestra propia versión de un sextante”, él dijo.
El desafío de hoy, el líder enseñó, es buscar la compañía, la guía y la dirección del Espíritu para determinar una posición adecuada y mantener el rumbo.
“Hoy, están acostumbrados a tener todo ahora, al alcance de su mano, en sus teléfonos inteligentes y tabletas”, dijo. “La información nos rodea y nunca se rinde. Nuestro desafío, su desafío, es aprender cómo aprovechar y controlar todo lo que nos llega, aparentemente sin parar. Incluso cuando filtremos la inmundicia y la violencia que ofenden al Espíritu y dañan nuestras almas, queda un desafío significativo”.
El Obispo Waddell advirtió que “el adversario gana, no solo cuando cedemos a la tentación, sino también cuando estamos tan atrapados en muchas cosas ‘buenas’ que no nos damos cuenta de lo esencial”.
Por eso, la guía y la compañía del Espíritu es esencial.
El obispo Waddell compartió cuatro “lugares” a los que una persona puede acudir para “escapar del desorden y permanecer tranquilos, a fin de meditar y buscar la guía y la dirección que necesitamos”.
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Oración
“El primer lugar, disponible para nosotros donde sea que estemos, de día o de noche, es la oración”, dijo. “Tómense el tiempo, todos los días, para orar fervientemente y buscar la ayuda de Dios. Abran sus corazones y mentes a Él regularmente. Al acercarnos a Él, se nos enseña que Él se acercará a nosotros”.
“El mandamiento más frecuentemente dado en las Escrituras es el mandamiento de orar. Él quiere escucharnos, Él quiere bendecirnos … pero hay algunas bendiciones que nos obligan a preguntar, como condición para su otorgamiento. La revelación personal es una de esas bendiciones”.
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Las Escrituras y las palabras de los profetas vivientes
Recordando las palabras del presidente Thomas S. Monson en su último discurso, el obispo Waddell recordó a los oyentes la súplica de los profetas para que los miembros lean el Libro de Mormón.
“En 2 Nefi 31:20 se nos anima a ‘deleitándoos en la palabra de Cristo’ y deleitarse requiere tiempo. … No podemos apresurar al Señor, no podemos acelerar la revelación. Tómense el tiempo para reflexionar”.
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Asistir a la Iglesia
“El tercer lugar donde vamos a reflexionar es en la Iglesia, todos los domingos, recordando que es el día de reposo, no el día del reposado”, dijo. “Mientras nos preparamos para participar dignamente de la Santa Cena cada domingo, nos colocamos en una situación en la que recibimos dirección y guía”.
El obispo Waddell compartió una sugerencia del élder Quentin L. Cook, del Cuórum de los Doce Apóstoles, quien alentó a los miembros a guardar sus dispositivos electrónicos durante toda la reunión, “para que no rompamos el mismo convenio que acabamos de renovar mientras participamos de la Santa Cena”.
“Este es un momento para reflexionar, un momento para considerar, un momento para meditar, un momento de revelación”, dijo el Obispo Waddell.
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La Casa del Señor
A partir de las Escrituras, el Obispo Waddell enseñó que el templo es un lugar para que “el ‘Hijo del Hombre se manifieste a su pueblo” tanto física como espiritualmente.
“El templo es un lugar de instrucción, un lugar de revelación e iluminación para todos los que entrarán dignamente para dejar atrás el mundo y meditar”, dijo.
El obispo Waddell les dijo a los graduados:
“Tienen tanto que ofrecer al mundo mientras extienden sus alas y salen de Rexburg y demostrar cómo los verdaderos discípulos de Cristo viven sus vidas. A medida que avanzan, los invito y animo a que reduzcan la velocidad y se tomen el tiempo para meditar mientras buscan guía y orientación para sus vidas”.
El presidente de BYU-Idaho, Henry J. Eyring, condujo y habló durante el evento, y Mark B. Woodruff , asistente del comisionado de Educación de la Iglesia, también habló.
Este artículo fue escrito originalmente por Marianne Holman Prescott y fue publicado en DeseretNews.com, con el título Bishop W. Christopher Waddell encourages grads to ‘slow down’ and ponder Español © 2017