En honor al mes del amor y la amistad, he aquí un vistazo a las citas del Presidente Nelson y el Quorúm de los Doce Apóstoles sobre lo que dijeron de sus compañeras eternas.
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En una charla dada en el Congreso Mundial de las Familias en Ámsterdam en el 2009, el Presidente Russell M. Nelson dijo de su esposa, la hermana Wendy Nelson:
“También sé lo que es ser bendecido nuevamente por mi Padre Celestial al casarme por segunda vez, con una mujer de compasión y generosidad de espíritu, que una vez más ha completado mi círculo familiar. Nada, absolutamente nada, se compara a la compañía de un marido y una mujer.”
En un devocional de BYU del 2002 llamado “Tiempo”, el Elder Dallin H. Oaks habló de su difunta esposa, la hermana June D. Oaks, y de su segunda esposa, la hermana Kristen M. Oaks.
“Cuando tenía 66 años, mi esposa June murió de cáncer. Dos años después, hace un año y medio, me casé con Kristen McMain, la compañera eterna que ahora está a mi lado.
No sabía por qué recibí un ‘no’ a mis oraciones por la recuperación de mi esposa durante muchos años, pero el Señor me dio un testimonio de que esa era Su voluntad y Él me dio la fuerza para aceptarlo. Dos Años después de su muerte, conocí a la maravillosa mujer que ahora es mi esposa por toda la eternidad. Y sé que esta también fue la voluntad del Señor.”
Al dirigirse a los líderes religiosos en una cumbre matrimonial en el Vaticano en el 2014, el Presidente Henry B. Eyring dijo de su esposa, la hermana Kathy J. Eyring:
“Me he convertido en una mejor persona, porque he amado y vivido con [mi esposa]. Nos hemos complementado más allá de lo que hubiera podido imaginar. En lugar de dividirnos, nuestras diferencias nos unieron.”
En un artículo de lds.org, se cita al Presidente M. Russell Ballard, Presidente interino del Quórum de los Doce Apóstoles, diciendo esto de su difunta esposa, la hermana Barbara B. Ballard:
“Le digo en broma que el haberla convencido de que se casara conmigo fue el mejor argumento que jamás he presentado.”
Durante la Conferencia General de octubre de 2018, el Presidente Ballard dijo que era un gran consuelo saber que él y su esposa podrán volver a estar juntos.
“Estoy muy agradecido de saber dónde está mi adorada Barbara y de que estaremos juntos de nuevo con nuestra familia para toda la eternidad.”
En el discurso de la Conferencia General de octubre de 2016, titulado “El cuarto piso, la última puerta”, el Elder Dieter F. Uchtdorf elogió a su esposa, la hermana Harriet R. Uchtdorf:
“Mi amada esposa, Harriet, de quien me enamoré la primera vez que la vi”.
Más adelante en su discurso, continuó, diciendo:
“Y la encantadora jovencita, la que le había suplicado a su mamá que escuchara a los misioneros, lleva el hermoso nombre de Harriet. Cuando me acompaña en mis viajes, todo el que la conoce la llega a querer. Ha bendecido la vida de muchas personas por medio de su amor por el Evangelio y su personalidad tan alegre. Ella, en verdad, es la fuente de alegría en mi vida.”
En un devocional de BYU en el 2000, titulado “How Do I Love Thee” El Elder Jeffrey R. Holland habló de su esposa, la hermana Patricia T. Holland:
“Lo que aprendí sobre el romance y la belleza del matrimonio lo aprendí de la hermana Holland. Me siento honrado de ser su esposo… Como dije una vez de ella, parafraseando lo que dijo el Adán de Mark Twain sobre Eva: ‘Dondequiera que ella estaba, allí estaba el Edén.’”
Más adelante dijo en su discurso:
“Impedirle o detenerla de alguna manera en favor de mi beneficio o vanidad o dominio emocional sobre ella me hubiera descalificado inmediatamente de poder ser su esposo.”
En su discurso en la Conferencia General de 1993 “Cuando el Señor llama, el Señor capacita”, el Elder Neil L. Andersen dijo:
“Me siento muy agradecido por Kathy, mi compañera eterna. La bondad emana de ella con facilidad, y la pureza de su espíritu logra que nuestra familia mantenga su mira en las verdades simples, pero a la vez salvadoras del evangelio.”
En un artículo de lds.org, el Elder Quentin L. Cook dijo sobre su esposa Mary G. Cook:
“Sería difícil hallar en el mundo entero una persona tan buena, tan correcta y tan inteligente como ella. Tiene además un fabuloso sentido del humor…
Fuimos amigos mucho antes de llegar a ser algo más. La admiré antes de enamorarme de ella, y la decisión de casarme con ella fue la mejor que he tomado.”
En la Conferencia General de octubre de 2004, el Elder David A. Bednar dio un discurso titulado “En la fuerza del Señor”, donde felicitó a su esposa, la hermana Susan R. Bednar:
“Mi esposa, Susan, es una mujer virtuosa y una madre recta. Rápidamente notarán ustedes que la pureza y la bondad se hacen evidentes en su rostro. La amo y aprecio más de lo que se puede expresar con palabras. Le agradezco ser la mujer que es, las lecciones que me ha enseñado y el amor que compartimos.”
En su discurso “Sé en quién he confiado” de la Conferencia General de abril de 1993, el Elder D. Todd Christofferson dijo:
“Aquellos que conocen a mi Kathy han observado que ella es muy superior a mi, conclusión con la que estoy totalmente de acuerdo. Nuestro matrimonio es gratificador, y carezco de las palabras apropiadas para expresar mi amor.”
En un artículo de lds.org, el Elder Dale G. Renlund dijo de su esposa:
“Aparte de la decisión de permanecer activo en la Iglesia, casarme con Ruth ha sido lo más extraordinario de mi vida.”
En un artículo de lds.org, el Elder Ronald A. Rasband dijo de su esposa, la hermana Melanie T. Rasband:
“Mi esposa me ha tomado como se toma la arcilla para hacer de mí algo que realmente importa… Es su influencia espiritual la que ha hecho posible que reciba no solo este llamamiento hermoso y especial, sino todo lo que he hecho en el aspecto espiritual.”
En su discurso “Verdades claras y preciosas” en la Conferencia General de octubre de 2015, el Elder Gary A. Stevenson dijo de su esposa, la hermana Lesa H. Stevenson:
“Ella es la fuente de alegría en mi vida y una hija extraordinaria de Dios. El servicio desinteresado y el amor incondicional por todos caracterizan su vida. Me esforzaré para mantenerme digno de la bendición que significa nuestra unión eterna.”
El Elder Gerrit W. Gong ha dicho de su esposa, la hermana Susan L. Gong:
“[Ella] es una persona extraordinaria. Creo que es justo decir que algunas de las oportunidades que hemos tenido han sido por ella y por su disposición a probar cosas nuevas y conocer gente nueva. Estoy agradecido por eso. Ella va a todas partes y hace de todo. La gente la ama y ella los ama.”
El Elder Ulisses Soares dijo esto de su esposa, la hermana Rosana F. Soares:
“Cualquier cosa buena que ocurre en nuestra vida es debido a mi esposa fiel y amorosa. Ella es devota a Jesucristo y a Su Iglesia… Ella es nuestra mentora y bendición.”
Este artículo fue escrito originalmente por Emmy Gardiner y fue publicado originalmente por thechurchnews.com bajo el título “‘The sunshine of my life’: 15 of the sweetest quotes from President Nelson, Apostles about their wives”