El presidente Russell M. Nelson y otros líderes de la Iglesia de Jesucristo rinden honor a todas las madres en sus redes sociales
El presidente Russell M. Nelson, el Élder D. Todd Christofferson, el Élder Ronald A. Rasband, la presidenta Bonnie H. Cordon y la hermana Michelle D. Craig compartieron mensajes de gratitud, tributo y amor a todas las mujeres en conmemoración por el Día de la Madre en sus redes sociales.
Los líderes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días destacaron los muchos dones, talentos y poder únicos que las mujeres brindan a sus familias, comunidades y el mundo para el bien de todos.
También expresaron su profunda gratitud hacia todas las mujeres de todo el mundo que participan en las muchas facetas únicas y diversas de la maternidad, señalando los desafíos que a menudo acompañan este papel divino.
También te puede interesar: “Marcas en la piel: El llamamiento divino de una mujer“
Presidente Russell M. Nelson
“En mi vida, hoy y todos los días, estoy agradecido por la guía de mujeres fuertes y valientes. Mi madre, mis hermanas, mis hijas, mis nietas, mi esposa fallecida, Dantzel, y mi amada esposa, Wendy, han influenciado mi vida de maneras sorprendentemente maravillosas.
Hace muchos años, la Primera Presidencia emitió una declaración que ha tenido una profunda y duradera influencia en mí: “La maternidad”, escribieron, “está cerca de la divinidad. Es el servicio más elevado y más santo que puede emprender el ser humano, y pone junto a los ángeles a la mujer que honra su santo llamamiento y servicio” (Conferencia General de octubre de 1942).
Yo creo que esta declaración no solo hace referencia a las mujeres que han dado a luz o han adoptado niños en esta vida, sino que también hace referencia a todas las hijas adultas de nuestros Padres Celestiales. ¡Toda mujer es una madre por virtud de su eterno destino divino!
Sería imposible medir la influencia que tienen las mujeres, no solo en la familia, sino también en la Iglesia del Señor, como esposas, madres y abuelas; como hermanas y tías; como maestras y líderes; y, en especial, como devotas defensoras de la fe.
Queridas hermanas, les digo tal como lo he dicho antes: ¡las necesitamos! Necesitamos de su fortaleza, su conversión, su convicción, su capacidad para dirigir, su sabiduría y sus voces. Las amo y oro por ustedes cada día.”
Élder D. Todd Christofferson
“En muchos países alrededor del mundo es el Día de la Madre, un día donde celebramos y honramos a las mujeres y madres. Las mujeres traen consigo al mundo una cierta virtud, un don divino que las hace expertas en inculcar cualidades como la fe, valor, empatía y refinamiento en las relaciones y en la cultura.
He sido notablemente bendecido por la influencia moral de las mujeres, en particular la de mi madre y mi esposa. Ya sea que estés soltera o casada, ya sea que hayas tenido hijos o no, ya sea que seas de edad avanzada, joven o en el medio de ambas, tu autoridad moral como mujer es vital, y quizá la hemos comenzado a dar por sentado.
Ciertamente, existen tendencias y fuerzas obrando que podrían debilitar e incluso eliminar tu influencia, que podrían perjudicar a las personas, familias y la sociedad en general. Tanto los hombres como las mujeres tienen la obligación de ejercer una fuerte influencia moral para bien y ayudarse mutuamente a fortalecer y preservar ese poder en los demás.
Queridas hermanas, confiamos en la fuerza moral que traen al mundo, al matrimonio, a la familia, a la Iglesia. Confiamos en las bendiciones que traen del cielo con sus oraciones y su fe. Oramos por su seguridad, bienestar y felicidad y para que su influencia se mantenga. En este día especial y siempre, les apreciamos y honramos.”
Bonnie H. Cordon
“Puede ser difícil imaginar a nuestras madres como mujeres jóvenes. Aquí está la mía en 1949. Me encanta verla reír con amigas. Me recuerda una cita de nuestro querido profeta, Russell M. Nelson, “El gozo que sentimos tiene poco que ver con las circunstancias de nuestra vida, y tiene todo que ver con el enfoque de nuestra vida.” (Conferencia General de octubre de 2016).”
Ronal A. Rasband
“Todos los años espero con ansias este día, el día en que honramos a las mujeres y madres de todas las procedencias y circunstancias. Cuando viajo, a menudo expreso mi amor por aquellos que están congregados haciendo un corazón con mis manos. Hoy les envío a ustedes, queridas mujeres y hermanas de todo el mundo, todo el amor de mi corazón.
Cuando pienso en las personas que me han ayudado a convertirme en quien soy, pienso primero en mi dulce y desinteresada compañera eterna, Melanie. A través de los años, ella me ha ayudado a moldearme como la arcilla del alfarero en un discípulo más refinado de Jesucristo. Ella sabe cómo hacer que cambie de parecer, me calme y comprenda mejor las cosas.
También estoy agradecido por mis hijas y nietas, que también influyen en mí de manera positiva y amorosa. También pienso en mi madre, quien fue una líder amorosa en nuestra familia y que inculcó mi amor por las Escrituras. Es debido a su influencia que tengo una fe profundamente arraigada en nuestro Padre Celestial y Jesucristo.
Queridas hermanas, las amamos. Tienen una profunda influencia en las familias y en el mundo. Por favor, sepan que son apreciadas y amadas. #Día de la Madre”
Michelle D. Craig
“Cada etapa de nuestras vidas trae diferentes desafíos, diferentes bendiciones. Recuerdo un momento en que mis hijos estaban todos pequeños y mi esposo estaba en la universidad, con un trabajo de tiempo completo, y un ocupado llamamiento en la Iglesia. Sentí que él estaba progresando y aprendiendo, mientras que yo me sentía sin energía, haciendo las cosas por inercia.
Una noche, cuando me fui a la cama, recordé que no había leído mis Escrituras y, francamente, no tenía muchas ganas. Estaba cansada y sentía un poco de lastima por mí misma. Me quedé allí sintiéndome culpable, así que abrí mis escrituras y me dije a mí misma que leer solo un versículo estaría bien y “cumpliría” con leer mis escrituras ese día.
El Señor me bendijo esa noche mientras me encontraba sentada al borde de mi cama; abrí mis escrituras en un versículo que desde entonces se ha convertido en uno de mis favoritos… En “DyC 64:33: “Por tanto, no os canséis de hacer lo bueno, porque estáis poniendo los cimientos de una gran obra. Y de las cosas pequeñas proceden las grandes”. Nunca olvidaré la sensación que tuve al leer y releer ese versículo, mi corazón se enterneció.
El Espíritu me susurró que la ‘gran obra’ de la que habló el Señor podría ser mi vida, podría ser mi familia, si continuaba haciendo las cosas pequeñas, eso al final marcaría una gran diferencia, incluso si en ocasiones me sentía cansada. Lo mismo es cierto para cada uno de nosotros.
Puse esa escritura en mi refrigerador donde la veía muchas veces al día; me sirvió como un recordatorio visual para seguir haciendo esas cosas pequeñas y sencillas que eran de mayor importancia en mi pequeña familia y en mi adoración y desarrollo personal. Las cosas pequeñas y aparentemente sencillas como la oración personal y familiar, la noche de hogar y el estudio de las Escrituras. Cosas pequeñas y simples que han hecho, y todavía siguen haciendo toda la diferencia en mi vida.”
Fuente: Ldsliving.com