SANTO DOMINGO, República Dominicana – El Presidente Russell M. Nelson estaba a solo días de su 94 cumpleaños, pero su gran entusiasmo para invitar a otros a venir a Cristo también funciona como una alarma espiritual.
“No puedo esperar para salir de la cama todas las mañanas y ver qué sucederá en las reuniones”, compartió él a una concurrida audiencia de misioneros el 1 de septiembre durante su reciente visita al Caribe.
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El Presidente de la Iglesia y los miles de misioneros del Área del Caribe con los que habló, ya sea en persona o por transmisión en vivo, trabajan en el recogimiento de la casa de Israel que ha sido profetizada durante miles de años.
invitando a otros a Cristo en la congregación de Israel, dijo, “es una gran oportunidad, y no se detendrá cuando terminen la misión. No se detendrá cuando lleguen a los 93 años. Esto continuará hasta que el Gran Jehová diga: ‘El trabajo está hecho’”.
La reunión de dos horas brindó a los jóvenes Elderes y hermanas una verdadera misión con un consejo sabio. Cada uno probablemente regresó a sus apartamentos con sus cuadernos repletos de consejos y aliento. En total, cuatro Autoridades Generales y cinco Presidentes de misión se dirigieron a los misioneros, junto con varias de sus esposas.
Después de la reunión, el Elder Logan Hess de Cheyenne, Wyoming, se maravilló de su buena fortuna. Apenas unos días de empezar su servicio misional, se encontró en la compañía del decimoséptimo Presidente de la Iglesia y otros líderes.
“Fue increíble poder escuchar al Profeta en la primera semana de mi misión”, dijo el Elder Hess, que servirá en la Misión Santo Domingo Este de la República Dominicana después de completar su entrenamiento en el CCM local.
“Me recordaron hoy que necesitaba perderme en la obra y poner todo mi esfuerzo y mi corazón en ella. Necesito darlo todo y no preocuparme por mí mismo.”
El Presidente Nelson estaba feliz de estar con misioneros. Él y el Elder Dale G. Renlund, del Quórum de los Doce Apóstoles, se dieron el tiempo para estrechar la mano de todos los misioneros que asistieron al evento en el centro de reuniones de Santo Domingo. Uniéndose a los hermanos, estuvieron la Hermana Ruth Renlund, junto con el Elder Walter F. González y el Elder José L. Alonso, y sus esposas, la Hermana Zulma González y la Hermana Rebecca Alonso.
El Presidente Nelson dijo que se despertó a las 2 de la mañana días atrás con una impresión que no podía ignorar: Ir a República Dominicana.
La gente dominicana, le dijo a los misioneros, naturalmente se siente atraída por el espíritu. “Hay algo muy especial aquí. …La gente ama al Señor Jesucristo, sin embargo, ellos realmente no lo entienden. Es por eso que están aquí, para hacer esa conexión, para que puedan volver al Señor que aman.”
El Salvador está ansioso por que los dominicanos y otros en el Caribe se conviertan en su pueblo del convenio, agregó. Los misioneros aquí juegan un papel esencial en la reunión de Israel en este rincón del mundo.
El Presidente Nelson les pidió a los misioneros que anticiparan el futuro en el que elegirían alguien co quien casarse.
A las hermanas misioneras les dijo: Cuando su “Príncipe Azul” venga y pida su mano, digan no “a menos que él les pruebe que ama primero al Señor.”
Y a los Élderes les dijo: “Asegúrense de que la joven con la que quieren sellarse ame al Señor primero.”
Las misiones en toda República Dominicana y el Área del Caribe tienen Elderes y hermanas de diferentes países y culturas. Cada misionero tiene el deber de servir y ayudar a su compañero.
El Presidente Nelson alentó a los misioneros de habla inglesa a que enseñen a sus compañeros de habla hispana su lengua materna. Dio a los misioneros de habla hispana una invitación similar, de enseñarle a sus compañeros que hablan inglés su primer idioma.
“Ayúdense unos a otros: enseñen, enseñen, enseñen”, dijo el Profeta.
Compartir el evangelio e invitar a las personas a venir a Cristo sigue siendo uno de los propósitos centrales de la Iglesia. Hace miles de años, el Señor dispersó a Su pueblo a causa de su desobediencia. Pero los Profetas, tanto antiguos como modernos, han revelado el convenio de Dios para reunir el linaje de Abraham en los últimos días.
Ahora, en el año 2018, “ustedes y yo podemos participar [de este recogimiento]. No somos espectadores… Es muy emocionante.”
Con la dulzura de un abuelo cariñoso, el Presidente Nelson reconoció que muchos de los misioneros probablemente estaban luchando contra un sentimiento de nostalgia. Extrañan y, a veces, se preocupan por sus familias que viven lejos.
“Lo mejor que pueden hacer por sus familias es servir bien su misión. Al hacer eso, el Señor cuidará de sus familias. Él hará un mejor trabajo.”
El Presidente Nelson concluyó sus comentarios al realizar una bendición apostólica sobre los “amados misioneros” para que sean cuidados mientras “se alimentan de las palabras” del Señor y aplican Sus enseñanzas en sus propias vidas.
El Elder Renlund hizo referencia a la experiencia, hace casi nueve meses atrás, cuando él y sus compañeros apóstoles pusieron sus manos sobre la cabeza de Russell M. Nelson y lo apartaron como el Presidente de la Iglesia.
“Sabía que el Presidente Nelson era el Profeta de Dios en la tierra. Lo sé con todo mi corazón y mente… Cada vez que miro al Presidente Nelson, mi corazón salta de alegría.”
Los misioneros que sirven en República Dominicana y en otras partes del Caribe viven en una era de “revelación sin precedentes”, dijo él. Cada misionero tiene el derecho de pedir revelación para sí mismo.
El Señor ama ayudar a todos los que necesitan sanidad. “Él es el único que puede hacer que alguien sea sanado.”
Sin embargo, muchos no saben que necesitan el alivio ofrecido que sólo viene por el Evangelio de Cristo. “Necesitan saber la alegría del Evangelio. Necesitan experimentar el gozo de la redención.”
También necesitan saber que son hijos e hijas de Dios.
El amor de Dios por Sus hijos es perfecto y omnipresente. “Si no lo sienten, o si las personas a las que enseñan no lo sienten, eso no significa que haya un problema con el amor de Dios. Su amor es perfecto.”
En cambio, el problema es con los “receptores” espirituales de cada persona.
Afortunadamente, existen métodos para remediar aquellos receptores silenciados y sentir el amor de Dios, dijo el Elder Renlund: “Oren para obtener el Espíritu; purifiquen su corazón; guarden los mandamientos; atesoren diligentemente la obra de Dios; y enseñen para que otros entiendan su mensaje y sean edificados.”
Enseñar el Evangelio permite a los misioneros mejorar sus propios receptores espirituales. “Cuando hemos arreglado nuestros receptores, tenemos el deseo de hacer la voluntad de Dios”, dijo.
Cuando los misioneros confían en Dios y pueden sentir Su amor, “aprendemos que nuestras misiones no se trata de nosotros. Se trata del Salvador y de los hijos del Padre Celestial.”
La hermana Renlund, el Elder y la hermana Alonso, el Elder y la hermana González, el Presidente de la Misión de República Dominicana de Santo Domingo, Bret Smith, y la hermana Jeanette Smith, el Presidente de la Misión de la República Dominicana de Santo Domingo, José Santos, la hermana Madeline Santos y el Presidente del Centro de Capacitación Misional de República Dominicana, Richard M. Gulbrandsen y la hermana Karen Gulbrandsen, ofrecieron otros breves comentarios y testimonios.
Los ex Presidentes de misión Don H. Staheli y Mark B. Woodruff también compartieron sus percepciones y testimonios personales.
Este artículo fue escrito originalmente por Jason Swensen y fue publicado por ldschruchnews.com bajo el título de “An unmistakeable impression: What led President Nelson to visit with missionaries in the Dominican Republic“