El presidente Dallin H. Oaks nació el 12 de agosto de 1932 en Provo, Utah.
Fue llamado como miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en 1984.
Antes de ser llamado como apóstol, el presidente Dallin H. Oaks sirvió como juez de la Corte Suprema de Utah.
Se casó con June Dixon el 24 de junio de 1952, y juntos tuvieron seis hijos. Después de la muerte de June, el 21 de julio de 1998, el presidente Oaks conoció a Kristen M. McMain. Los dos contrajeron matrimonio el 25 de agosto de 2000.
Estas son algunas de nuestras citas y fotos favoritas en homenaje a este querido apóstol en su cumpleaños N.º 91.
1. Un matrimonio celestial
“Un buen matrimonio no requiere un hombre o una mujer perfectos; sólo requiere un hombre y una mujer dispuestos a esforzarse juntos por alcanzar la perfección”.
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2. La bendición de compartir
“La palabra compartir afirma que tenemos algo extremadamente valioso y deseamos darlo a los demás para su beneficio y bendición”.
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3. Las cosas que en verdad importan
“Afirmamos la verdad absoluta, incluyendo la existencia de Dios y el bien y el mal establecidos por Sus mandamientos. La existencia de Dios y la necesidad de la verdad absoluta son fundamentales para la vida en esta tierra, ya sea que la mayoría lo crea o no”.
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4. Las leyes de Dios
“Las leyes del hombre no pueden convertir en moral lo que Dios ha declarado inmoral. El compromiso hacia nuestra mayor prioridad, la de amar y servir a Dios, exige que consideremos Su ley como nuestra norma de conducta”.
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5. Lo bueno, lo mejor y lo excelente
“Debemos abandonar algunas cosas buenas a fin de elegir otras que son mejores o excelentes porque desarrollan nuestra fe en el Señor Jesucristo y fortalecen a nuestra familia”.
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6. Seguidores de Cristo
“Seguir a Cristo no supone un ejercicio ocasional o casual, sino una dedicación continua y una manera de vivir que se aplica en todo tiempo y en todo lugar”.
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7. Algo valioso y viviente
“Un matrimonio, tal como una vida humana, es algo valioso y viviente. Si nuestro cuerpo está enfermo, nos preocupamos por sanarlo; no nos damos por vencidos.
Siempre que exista posibilidad de vida, buscamos ser sanados, una y otra vez. El caso debería ser el mismo con nuestro matrimonio, y, si buscamos al Señor, Él nos ayudará y nos sanará”.
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8. Juzgar no está en nosotros
“Debemos abstenernos de cualquier cosa que parezca ser un juicio final para cualquier persona… solo el Señor tiene la capacidad de juzgar… Y, en todo esto debemos recordar el mandamiento de perdonar”.
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9. Aprender a vivir con las diferencias
“Las diferencias políticas no tienen que conllevar ataques personales… Todos debemos deshacernos de las comunicaciones llenas de odio y practicar el civismo hacia las diferencias de opinión”.
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10. En quienes nos convertimos
“Como la vida mortal de la que forman parte, las adversidades son temporales. Lo que es permanente es en lo que nos convertimos debido a la forma en que reaccionamos ante ellas”.
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