Para los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, conocidos también como mormones, la Conferencia General es uno de los eventos más importantes en el año, ya que en esta reunión, reciben instrucción, consuelo, respuestas a sus oraciones, bendiciones y más, a través de los líderes generales de la Iglesia.
¿Quiénes son estas personas?
Los líderes de la Iglesia son personas llamadas bajo inspiración de Dios, sostenidas y apartadas por el Sacerdocio. Estos líderes consagran su vida al discipulado. Al igual que en los tiempos antiguos el Señor, sigue escogiendo a Sus hijos para dirigirse a nosotros a través de ellos. En palabras del presidente Dieter F. Uchtdorf:
“Hoy en día tenemos de nuevo apóstoles, videntes y reveladores que son los atalayas en la torre, mensajeros de la verdad sanadora y divina. Dios se dirige a nosotros por medio de ellos. Ellos son plenamente conscientes de las diversas circunstancias en las que nosotros como miembros vivimos; ellos están en este mundo, pero no son de él”.
¿Qué esperan de nosotros?
Los líderes de la Iglesia esperan que los sostengamos, ellos llevan muchas semanas preparando sus discursos para el día de la Conferencia. ¿De qué manera sostenemos a los líderes de la iglesia? El élder Ronald A. Rasband, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó:
“Hoy estoy aquí como testigo de Dios el Eterno Padre y de Su Hijo Jesucristo. Sé que el Salvador vive y nos ama, y que dirige a Sus siervos, a ustedes y a mí, para cumplir con Sus grandes propósitos en esta tierra.
Al seguir adelante y elegir seguir el consejo y las advertencias de nuestros líderes, elegimos seguir al Señor mientras que el mundo está yendo en otra dirección. Elegimos asirnos a la barra de hierro, ser Santos de los Últimos Días, cumplir el mandato del Señor y ser llenos ‘… de un gozo inmenso’.”
Estamos a pocos días de reunirnos otra vez con esos líderes de La Iglesia, ya sea de manera presencial o por algún otro medio de comunicación, lo importante es que otra vez, escucharemos a los siervos especiales de Dios. Veámoslo así, con humildad y amor. Sigamos en consejo del presidente Uchtdorf:
“Con humildad y fe renovemos nuestra dedicación y devoción de seguir a los profetas, videntes y reveladores con toda diligencia. Demos oídos y seamos instruidos y edificados por aquellos que poseen todas las llaves del reino. Y al asistir a esta conferencia, rogamos que se realice un cambio en nuestros corazones, que haya un gran deseo de hacer lo bueno (véase Alma 19:33), y que seamos pioneros en la edificación de un fundamento espiritual que establezca la Iglesia en la región del mundo donde vivamos.”