Después de dedicar el Templo de Hong Kong del 26 al 27 de mayo de 1996, el presidente Gordon B. Hinckley y su esposa, la hermana Marjorie Hinckley, visitaron Shenzhen, China, un “centro cultural asociado” al Centro Cultural Polinesio de la Iglesia en Hawai. Un estallido de confeti se sumó a la bienvenida festiva que recibieron. Fue la primera vez que un presidente de la Iglesia visitó China continental.
El presidente Gordon B. Hinckley es el único presidente de la Iglesia que ha visitado la República Popular de China, a menudo denominada “China continental”. Los apóstoles han visitado la nación, pero no un presidente en funciones de la Iglesia.
El presidente Hinckley hizo la visita en 1996 después de dedicar el Templo de Hong Kong, más tarde llamado Templo de Hong Kong, China, en siete sesiones, cuatro el domingo 26 de mayo y tres el lunes 27 de mayo. Después de las sesiones del lunes, él y su Su esposa, la hermana Marjorie Pay Hinckley, viajó al otro lado de la frontera con Shenzhen, en la esquina sureste de China continental.
Una alfombra roja fue literalmente desenrollada a la entrada del Hotel Shenzhen Bay a su llegada. Fue un homenaje apropiado al hombre que, de acuerdo a un investigador de BYU, Spencer J. Palmer, declaró ser “el padre de la Iglesia en Oriente”.
En 1960, dos años después de haber sido llamado como Asistente del Cuórum de los Doce Apóstoles, se asignaron al élder Hinckley para supervisar el trabajo de la Iglesia en Asia. En varias ocasiones, fue reasignado a ese deber. Como asistente de los Doce Apóstoles, miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, consejero de la Primera Presidencia y luego como presidente de la Iglesia, realizó docenas de viajes a Asia, visitando Hong Kong muchas veces.
Mientras estaba en Hong Kong para la dedicación del templo, comentó acerca de la “maravillosa oportunidad” que había tenido a lo largo de los años de trabajar “entre este maravilloso pueblo chino, los hijos e hijas de Dios”.
Mencionó que en 1960, cuando visitó primero Hong Kong y otras partes de Asia, la Iglesia no poseía una sola propiedad, a excepción de un pequeño centro de reuniones en Japón. En la oración dedicatoria del Templo de Hong Kong, señaló que la Iglesia en Hong Kong “ahora llega a la plena madurez con la dedicación de este templo sagrado”.
Después de que concluyeron los dos días de eventos dedicatorios y nos dirigimos a China continental, le pregunté al presidente Hinckley sobre sus pensamientos sobre despedirse de los miembros en Hong Kong.
“No dije ‘hasta pronto’“, dijo. “Dije ‘zai jian’ – cantonés para ‘adiós, queridos amigos‘. Eso es lo que era: adiós. Fue una experiencia emocional que tuvimos en la dedicación de ese templo, al mirar a los rostros de miles de nuestros amigos chinos, así como a aquellos que vinieron de lugares tan lejanos como Singapur, Tailandia y Taiwán a un gran costo para participar en el servicios dedicatorios del templo”.
El presidente Hinckley llevó su afecto por el pueblo chino a la ciudad continental de Shenzhen. Otras tres Autoridades Generales lo acompañaron: el presidente Thomas S. Monson, entonces primer consejero en la Primera Presidencia; El élder Neal A. Maxwell y el élder Joseph B. Wirthlin, ambos del Cuórum de los Doce Apóstoles; y el élder Kwok Yuen Tai, un Setenta de la Autoridad General. Acompañaban a sus esposos las Hermanas Marjorie Hinckley, Frances Monson, Colleen Maxwell, Elisa Wirthlin y Hui Hua Tai.
El presidente Hinckley y los demás fueron a Shenzhen en un intercambio cultural, representando el Centro Cultural Polinesio propiedad de la Iglesia en Hawai. Las autoridades chinas crearon una atracción al estilo de un centro cultural, Chinese Folk Villages, con pueblos e intérpretes con trajes representativos de los ciudadanos de las provincias y monumentos de China para dar una idea de las vastas regiones geográficas de la nación.
Durante mi carrera de 45 años en Church News, tomé miles de fotos. No creo que ninguna esté a la altura de la foto que tomé del presidente y la hermana Hinckley y de otros subiendo los escalones a “Windows of the World” en medio de una ráfaga de confeti. A los lados y en el fondo, hay bailarines disfrazados y otros intérpretes que formaban pasillos en las aldeas populares visitadas por el presidente Hinckley y su grupo. Los artistas se reensamblaron a lo largo de la pasarela y los escalones que conducen a un edificio donde el presidente Hinckley iba a ser honrado en un almuerzo. La colorida escena y el entorno único se convirtieron en una oportunidad de fotografía perfecta.
Nos habían transportado a través de las aldeas populares en pequeños vehículos eléctricos similares a los carros de golf, con el presidente y la hermana Hinckley en el vehículo principal y yo en uno de los últimos. Como tenían una ventaja en su acercamiento, tuve que tomar mi cámara y mi bolso, correr detrás de las filas de los artistas y subir los escalones. Llegué a la cima con el tiempo justo para apuntar, enfocar y disparar una, dos, tres imágenes rápidas, fortuitamente mientras el presidente Hinckley miraba hacia arriba.
Fue un viaje extenso que llevó al presidente Hinckley a Japón, Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong, la República Popular de China, Camboya, Vietnam y Filipinas, esta imagen del momento en el tiempo muestra a “el padre de la Iglesia en Oriente”.
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Este artículo fue escrito originalmente por Gerry Avant y fue publicado en DeseretNews.com, con el título A prophet’s visit to China Español © 2017
