La primera vez que asistí al templo me dieron tantas nauseas y nervios que vomité. Lo mismo me sucedió en mis siguientes visitas.
Como podrán imaginarse, tengo ansiedad y eso hace que estar atrapada dentro de una habitación me de pánico y nervios.
Mi cerebro dice que estoy bien, pero mi cuerpo no lo escucha.
Esto es solo un ejemplo de lo que es tener ansiedad y, como fiel Santo de los Últimos Días, es frustrante.
Gracias a esta experiencia, he pensando en 6 consejos que pueden ayudar a personas con ansiedad a tener una experiencia más inspiradora en la Casa del Señor.
Visita los jardines del templo
Tanto el exterior como el interior del templo están consagrados. Puedes dedicar un tiempo para concentrarte en tus pensamientos y llevar tus preocupaciones al Señor.
Cuando te sientas abrumado y no deseas entrar a la Casa del Señor, puedes disfrutar de los alrededores del templo. Él te escuchará y bendecirá tus esfuerzos.
Haz bautismos por los muertos
El hecho de que ahora puedas hacer una sesión, no significa que estés obligado a hacerla.
Si los bautismos te hacen sentir menos ansiedad, entonces participa de ellos.
Personalmente, los bautismos me recuerdan mis días en las Mujeres Jóvenes cuando solía visitar el templo con mis amigas.
Tengo buenos recuerdos de esos momentos y me ayudan a tener un mejor control de mi ansiedad.
Si este es tu caso, ponlo en práctica. Sin importar las ordenanzas que efectúes, aún recibirás las bendiciones prometidas por el Señor.
Asiste en familia o con tus amigos más cercanos
Cada vez que voy al templo con un familiar o un amigo cercano, es más probable que tenga una experiencia pacífica que al asistir en grupo.
Si experimentas ansiedad social, este también puede ser tu caso.
Sin embargo, algunos pueden sentirse más cómodos al asistir con personas que conoces, otros lo hacen mejor solos.
Busca cuál es tu preferencia y adáptate a ella en cuanto puedas.
Planifica tu tiempo
Lo que más me causa ansiedad es perder el tiempo.
Ya sea esperar en fila, estar atorada en el tráfico o no poder ver un reloj, mi cerebro presiona el botón de pánico.
¿Eso quiere decir que asistir al templo es una pérdida de tiempo? ¡Claro que no!
Pero, tiendo a desesperarme cuando me toca ir en días donde hay mucha gente y ruido, a pesar de estar en el templo.
Debido a esto, cuando es momento de visitar el templo, planifico el día y la posible afluencia de personas y trato de no tener nada más para ese día a fin de disfrutar de las creaciones del Señor.
El propósito es lo primordial
Cuando voy al templo con un propósito, es menos probable que la ansiedad aparezca.
Un ejemplo es cuando hago ordenanzas por mis antepasados.
También he encontrado otro propósito como buscar respuestas a mis preocupaciones, lo cual tiende a ser más motivador.
Encuentra un propósito que te motive a visitar el templo y enfócate en eso.
Se paciente y busca ayuda
No me refiero a la ayuda profesional (pero puede ser buena en algunos casos), estoy hablando de buscar ayuda de Dios (quien, técnicamente, es ÉL profesional). Él desea que ames Su casa y te sientas a salvo allí.
Esfuérzate por mejorar y ten paciencia contigo mismo y brinda tu confianza en Él.
Fuente: Third Hour