Para los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos, los templos son los lugares más sagrados que pueden existir sobre la faz de la Tierra. Son literalmente la Casa del Señor.
En ellos los miembros de la Iglesia pueden hacer convenios con Dios y recibir ordenanzas sagradas, como el bautismo por los muertos, el matrimonio eterno y la investidura; y actualmente la Iglesia tiene más de 160 templos en todo el mundo en funcionamiento.
Templos en el Mileno
Asimismo, sabiendo que la construcción de los templos es vital para la salvación de todos los seres humanos ¿la construcción de templos se limita a esta vida terrenal o también continuará durante el Milenio?
Durante el milenio solo los justos resucitarán y Dios reinará sobre la tierra:
“Porque con poder y gran gloria me revelaré desde los cielos, con todas sus huestes, y moraré en rectitud con los hombres sobre la tierra mil años, y los malvados no permanecerán”. (Doctrina y Convenios 29:11)
Además, habrá una comunicación directa con los cielos, y se revelarán todos los nombres y datos concernientes a aquellos que están preparados para recibir el bautismo y son dignos de ello, tal como enseñó el élder LeGrand Richards.
Esto significa que habrá una gran cantidad de trabajo por hacer para bautizar a los muertos, y se necesitarán más templos para llevar a cabo esta obra.
Además, si bien todas las personas de la Tierra serán buenas y justas durante el Milenio, muchas no habrán recibido la plenitud del Evangelio, por lo tanto, los miembros de la Iglesia participarán en la obra misional.
Estos nuevos miembros también necesitarán templos para hacer convenios sagrados y recibir las ordenanzas de salvación.
Incluso los seres resucitados nos ayudarán a corregir los errores que hayamos cometido durante la investigación de datos de nuestros antepasados fallecidos y a encontrar la información que necesitemos para completar nuestros registros (Doctrina de Salvación Tomo II, págs. 157–158, 237–238).
En consecuencia, la construcción de templos durante el Milenio será una parte importante de la obra de la Iglesia.
Se construirán templos según se necesiten, a medida que vaya creciendo la obra, hasta que los vivos se hayan bautizado por todos los muertos dignos que hubieren aceptado el evangelio en el mundo espiritual.
Por ello, la construcción de los templos durante el Milenio será necesario para la salvación de los antepasados fallecidos y para las nuevas personas que reciban la plenitud del evangelio y deseen efectuar las ordenanzas de salvación como las investiduras y el sellamiento por la eternidad.
Es maravilloso saber que todos tendremos una oportunidad más incluso después de que Jesucristo regrese.