Templo de Manila Filipinas
El siguiente artículo fue escrito originalmente en inglés en LDSLiving.com y fue traducido al español por Mariela Viernes para mormonsud.org
El viernes 1 de diciembre de 1989, rebeldes en Manila, Filipinas, intentaron derrocar al presidente filipino Corazon Aquino. El templo fue atacado durante una semana de enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes en Manila.
En un artículo publicado en la revista Ensign de junio de 2001, Élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, abordó el tema de los milagros, al compartir una historia personal sobre la protección milagrosa del Templo de Manila, Filipinas. Él contó que alrededor de las 3 pm, el sábado 2 de diciembre, soldados rebeldes rompieron las puertas del templo y ocuparon los terrenos del templo intercambiando disparos con las fuerzas gubernamentales que se encontraban en una instalación militar cercana llamada Campo Aguinaldo.
El domingo 3 de diciembre, las fuerzas gubernamentales informaron que estaban planeando expulsar a los rebeldes de los terrenos del templo a las 11 pm con vehículos blindados, morteros pesados y 150 soldados. Se esperaba gran daño en las instalaciones del templo.
Élder Oaks, se enteró de este informe por medio del Élder George I. Cannon, miembro de los Setenta y quien era presidente de la Iglesia en la Filipinas.
Élder Oaks dijo: “a las 8 de la mañana, el 3 de diciembre de [1989] sólo 30 minutos después de recibir ese alarmante informe de Manila, la Primera Presidencia y el Quórum de los Doce se inclinaron en oración y rogaron al Señor que intervenga para proteger su casa. Mientras orábamos, ya eran las 11 pm del domingo por la noche en Manila, la hora designada para el ataque”.
El ataque nunca ocurrió. Veinte minutos después de la oración, el Presidente Cannon llamó a la sede de la Iglesia para informar que el comandante militar había decidido de forma inesperada no atacar al templo. A la mañana siguiente, el Presidente Hogan llamó por teléfono para informar que los rebeldes habían huido durante la noche.
Mormón 9:19 dice: “Y si entonces se hicieron milagros, ¿por qué ha dejado Dios de ser un Dios de milagros y sigue siendo todavía un ser inmutable? Y he aquí, os digo que él no cambia; si así fuese, dejaría de ser Dios; y él no cesa de ser Dios, y es un Dios de milagros”.
El profeta Alma explicó por qué la fe es necesaria para los milagros cuando resumió cómo funcionaba la Liahona.”Y obró en ellos según su fe en Dios; por tanto, si tenían fe para creer que Dios podía hacer que aquellas agujas indicaran el camino que debían seguir, he aquí, así sucedía; por tanto, se obró para ellos este milagro, así como muchos otros milagros que diariamente se obraban por el poder de Dios”. (Alma 37:40).
Al considerar cómo ocurren los milagros, debemos tener en cuenta el poder de Dios o el poder del sacerdocio. En las escrituras, en la historia de la Iglesia y en las vidas de los Santos de los Últimos Días, podemos ver la existencia de los milagros realizados por el sacerdocio. Élder Oaks explicó en su discurso sobre los milagros, que el “medio” que se describen en Mosíah 8:18 es el poder del sacerdocio: “Así Dios ha dispuesto un medio para que el hombre, por la fe, pueda efectuar grandes milagros”.
El presidente Thomas S. Monson dijo: “los milagros se pueden encontrar en todas partes cuando se magnifican los llamamientos en el sacerdocio. Cuando la fe reemplaza la duda y el servicio desinteresado elimina el egoísmo, el poder de Dios hace que sus propósitos se hagan realidad”. (Conferencia General 2006,“ Nuestra sagrada responsabilidad del sacerdocio”).