Cuando el élder D. Todd Christofferson era un joven en Pleasant Grove, Utah, nunca imaginó que el terreno donde trabajaba cada otoño en la granja de bienestar de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, cosechando maíz y hierbas, algún día se convertiría en un lugar sagrado.
“Recuerdo haber venido aquí temprano en la mañana”, dijo. “Nuestros grupos de voluntarios se turnaban para venir a trabajar. Nunca preví el glorioso propósito que este lugar tendría en el futuro”. Ese mismo terreno ahora alberga el majestuoso Templo de Monte Timpanogos, Utah, un símbolo de fe y dedicación.
Élder D. Todd Christofferson en su juventud. Imagen: Church News
El élder Christofferson compartió estos recuerdos durante su discurso en el Campamento Nacional de los Hijos de los Pioneros de Utah en 2024, en American Fork, Utah. Acompañado por su esposa, Kathy Christofferson, y su hermano Greg, el élder reflexionó sobre cómo los sacrificios de los pioneros moldearon el futuro de las generaciones que vinieron después.
“Me pregunto”, dijo, “si hubiera tenido la valentía, la devoción y la resistencia para lograr lo que ellos hicieron”. Aunque esa pregunta no tiene respuesta en este momento, expresó su deseo de que, si se encontrara en esa situación, su respuesta sería afirmativa.
Élder Christofferson y su esposa, la hermana Kathy Christofferson, hablan con los asistentes al evento de los Pioneros de Utah en American Fork. Créditos: Laura Seitz, Deseret News
Los pequeños actos de fe que transforman el futuro
El élder Christofferson destacó que, al igual que los pioneros, cada uno de nosotros es responsable de usar su albedrío para tomar decisiones correctas, por pequeñas que parezcan.
“No creo que muchos de ellos pensaran que estaban haciendo algo grandioso en el momento. Solo daban un paso tras otro, pero qué hermosa cosecha espiritual produjeron”.
Citando al presidente Joseph F. Smith, quien en 1905 expresó: “Esas cosas que llamamos extraordinarias, notables o inusuales pueden hacer historia, pero no hacen la vida real. Después de todo, hacer bien aquellas cosas que Dios ordenó como destino común de la humanidad es la verdadera grandeza”, el élder Christofferson subrayó la importancia de los pequeños actos cotidianos en la creación de grandes bendiciones.
Lamentablemente, agregó, este enfoque de vida basado en las cosas simples y los pequeños medios está siendo desafiado por una cultura que valora el placer instantáneo.
“Ahora prevalece la idea de que esta vida es todo lo que hay… Muchas de las generaciones emergentes piensan que cualquier cosa que no dé placer es una forma de opresión”. Sin embargo, el élder Christofferson expresó la esperanza de que las personas puedan aprender de aquellos que les precedieron, y enseñar esas lecciones a las generaciones futuras.
La importancia de los convenios: Uniendo generaciones
Parte de esa enseñanza, explicó el élder Christofferson, incluye la creación de esperanza para el futuro al hacer y mantener convenios sagrados que nos conectan con las generaciones anteriores y las que vendrán. Citando al presidente Russell M. Nelson, recordó:
“Una vez que hacemos un convenio con Dios, dejamos un terreno neutral para siempre. Dios no abandonará su relación con aquellos que han forjado tal vínculo con Él”.
Estos convenios, según el élder Christofferson, son mucho más que compromisos. Son un medio que el Padre Celestial y Jesucristo utilizan para profundizar su relación con nosotros, brindándonos un poder que no sería posible de otra manera.
Templo de Mount Timpanogos
Lecciones de fe en lugares inesperados
Además de reflexionar sobre los pioneros del pasado, el élder Christofferson compartió algunas lecciones que aprendió recientemente durante su asignación ministrando en el Área de Eurasia de la Iglesia. En Kazajistán, Armenia, Georgia, Rusia y Bielorrusia, tuvo la oportunidad de conocer a miembros actuales de la Iglesia que, como los pioneros de antaño, enfrentan grandes desafíos.
“Me elevó y alentó su voluntad de seguir adelante con buen ánimo. Creo que eso es lo que los convenios hacen por nosotros”, concluyó.
Este poderoso mensaje del élder Christofferson nos invita a reflexionar sobre nuestro propio camino de fe, y a recordar que, al igual que los pioneros, nuestros pequeños actos de devoción diaria tienen el potencial de generar grandes frutos espirituales en el futuro.
Fuente: Church News
