Para los miembros de la Iglesia de Jesucristo el templo es la casa del Señor y las ceremonias que se realizan en su interior son sagradas.
Debido a ello, se preguntan qué es lo que deben o no decir fuera del templo. Afortunadamente, en el Manual General de la Iglesia encontrarán una gran guía.
En la Sección 27.2 encontramos detalles sobre el templo, incluidos los cinco convenios que los miembros hacen cuando reciben la investidura:
“En la investidura se invita a los miembros a hacer los convenios sagrados de:
- Vivir la ley de la obediencia y esforzarse por guardar los mandamientos del Padre Celestial.
- Obedecer la ley de sacrificio, lo cual significa sacrificarse a fin de apoyar la obra del Señor y arrepentirse con un corazón quebrantado y un espíritu contrito.
- Obedecer la ley del evangelio de Jesucristo, que es la ley mayor que Él enseñó mientras estuvo en la tierra.
- Guardar la ley de castidad, lo cual significa que el miembro tiene relaciones sexuales únicamente con la persona con la que él o ella esté legal y legítimamente casado de acuerdo con la ley de Dios.
- Guardar la ley de consagración, la cual implica dedicar su tiempo, sus talentos y todo con lo que el Señor los haya bendecido con el fin de edificar la Iglesia de Jesucristo en la tierra.
A cambio de ello, el Padre Celestial promete a aquellos que se mantengan fieles a sus convenios del templo que serán investidos ‘con poder de lo alto’ (Doctrina y Convenios 38:32, 38; véanse también Lucas 24:49; Doctrina y Convenios 43:16)”.
En el manual también se detalla qué es la investidura y qué bendiciones ofrece:
“La palabra investidura significa ‘dádiva’. La investidura del templo es, literalmente, una dádiva de Dios mediante la cual Él bendice a Sus hijos, y solo se puede recibir en el santo templo. Algunas de las dádivas que los miembros reciben mediante la investidura del templo son:
- Mayor conocimiento de los propósitos y las enseñanzas del Señor.
- Poder para hacer todo lo que el Padre Celestial desea que hagan Sus hijos.
- Dirección divina al servir al Señor, a su familia y a los demás.
- Mayor esperanza, consuelo y paz.
Todas las bendiciones que se prometen con la investidura tienen vigencia en esta vida y por la eternidad. Su cumplimiento depende de la fidelidad al evangelio de Jesucristo.
La investidura se recibe en dos partes. En la primera, la persona recibe una ordenanza preliminar llamada iniciatoria, la cual también se conoce como el lavamiento y la unción (véase Éxodo 29:4–9), e incluye bendiciones especiales relacionadas con el legado y el potencial divinos de la persona.
Durante la iniciatoria se autoriza al miembro para que se ponga el gárment del templo, el cual representa su relación personal con Dios y su compromiso de obedecer los convenios hechos en el templo. Si los miembros son fieles a los convenios y visten el gárment de forma apropiada a lo largo de la vida, este les sirve de protección. En 38.5.5 se ofrece información sobre cómo ponerse el gárment y cuidar de él.
En la segunda parte de la investidura se enseña sobre el Plan de Salvación, incluso la Creación, la caída de Adán y Eva, la expiación de Jesucristo, la Apostasía y la Restauración. Los miembros también reciben instrucción sobre cómo volver a la presencia del Señor”. (Manual General 27.2.)
Si bien se comparte esta información, el Manual General señala en la sección 27.0 que hay información que se da en el templo que los miembros prometen específicamente no revelar, incluidos ciertos símbolos:
“Los convenios y las ordenanzas del templo son sagrados. No se debe hablar de los símbolos que se relacionan con los convenios del templo fuera de este. Tampoco debemos hablar sobre la información sagrada que en el templo prometemos no revelar. Sin embargo, podemos hablar de la doctrina y los propósitos fundamentales de los convenios y las ordenanzas del templo, y de los sentimientos espirituales que tenemos en su interior”.
En la Conferencia General de abril de 2019, el élder Bednar habló sobre lo que debemos o no decir sobre el templo:
“Hay dos pautas básicas que nos pueden ayudar a lograr el debido entendimiento [sobre qué decir sobre el templo]:
Pauta nro. 1. Debido a que amamos al Señor, siempre debemos hablar sobre Su santa casa con reverencia. No debemos revelar ni describir los símbolos especiales relacionados con los convenios que recibimos en las sagradas ceremonias del templo. Tampoco debemos hablar sobre la información sagrada que específicamente prometemos en el templo que no revelaremos.
Pauta nro. 2. El templo es la Casa del Señor. Todo en el templo nos dirige hacia nuestro Salvador, Jesucristo. Podemos hablar sobre los propósitos básicos, así como de la doctrina y los principios relacionados con las ordenanzas y los convenios del templo”.
Continuó:
“A través de las generaciones, desde el profeta José Smith hasta el presidente Russell M. Nelson, los líderes de la Iglesia han enseñado de manera extensa los propósitos doctrinales de las ordenanzas y de los convenios del templo.
Existe una gran reserva de recursos impresos, de audio, video y otros formatos para ayudarnos a aprender sobre las ordenanzas iniciatorias, las investiduras, los matrimonios y otras ordenanzas selladoras.
También hay información disponible sobre seguir al Salvador al recibir y honrar los convenios para guardar la ley de obediencia, la ley del sacrificio, la ley del Evangelio, la ley de castidad y la ley de consagración.
Todos los miembros de la Iglesia deben familiarizarse con los excelentes materiales disponibles en temples.churchofjesuschrist.org”.
Fuente: LDS Living