Poco después de que Dios sacó a los hijos de Israel de Egipto, Él le ordenó a Moisés que construyera un tabernáculo, un templo portátil, el cual se apartaría para ceremonias solemnes. El diseño fue dado en detalle a través de la revelación, y cada habitación dentro del tabernáculo sirvió para un propósito específico. En el centro del tabernáculo se encontraba el “Lugar Santísimo”, conocido también como “Lugar más Sagrado del Santuario” o el “Lugar Santo”.
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El Arca del Convenio
Según la Enciclopedia del Mormonismo, el “Lugar más Sagrado del santuario” fue designado como el depósito de un cofre llamado Arca del Convenio.
“Este cofre, construido de madera oblonga recubierta de oro, era el lugar donde se encontraban las tablas de piedra inscritas por la mano de Dios, y el lugar de descanso para el propiciatorio.”
El Arca del Convenio era el objeto más sagrado en el tabernáculo, y también se llamaba Arca del Testimonio o arca del Señor. Según lds.org, “el Arca se colocó con las segundas tablas de piedra, que incluían los Diez Mandamientos”. La tapa del Arca se llama el propiciatorio, está hecho de oro y presenta dos querubines uno frente al otro. De vez en cuando otros objetos sagrados también eran guardados allí, incluido el maná y la vara de Aarón.
El Arca del Convenio era un recordatorio continuo de la Expiación. Cada año, en el Día de la Expiación, el sumo sacerdote de los levitas entraba al Lugar Santísimo y rociaba la sangre del sacrificio sobre el propiciatorio como expiación por los pecados de Israel. El arca era llevada a la cabeza del pueblo del Señor durante los viajes y las guerras. Los Israelitas perdieron El arca muchas veces, y la última vez que se menciona el Arca en las escrituras es durante los días de la reforma del rey Josías.
El simbolismo del Lugar Santísimo
Según lds.org, el antiguo tabernáculo estaba dividido en tres partes: el atrio exterior, el lugar santo y el Lugar Santísimo, el cual uno debía atravesar para alcanzar la presencia de Dios. Cuando el sumo sacerdote entraba en el Lugar Santísimo, debía pasar por el velo, que estaba bordado con querubines o ángeles, lo que significa que sólo el gran Sumo Sacerdote, Jesucristo, puede separar el velo entre nosotros y Dios. El Lugar Santísimo representa nuestro objetivo final de vivir en la presencia del Señor, en el mundo celestial. Dios le dijo a Moisés:
“Y allí me reuniré contigo, y hablaré contigo desde el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, de todo lo que yo te mande para los hijos de Israel.” (Éxodo 25:22).
El Lugar Santísimo en los últimos días
Según el Elder James E. Talmage en su libro “La Casa del Señor”, el Lugar Santísimo es la parte más sagrada del templo, y está reservada para la ordenanza máxima del sacerdocio. Ese tipo de habitación designada como el Lugar Santísimo sólo se puede encontrar en el Templo de Salt Lake, sin embargo cada templo tiene un salón de sellamiento que puede funcionar como un Lugar Santísimo.
El Elder Talmage describió:
“Está en la parte central de las tres pequeñas habitaciones conectadas con el Salón Celestial, situada al costado del cuarto de Sellamientos. Es de todas las habitaciones, dentro de las paredes del Templo, la más hermosa, sin embargo, su belleza es de espléndida simplicidad más no de suntuoso esplendor.”
El élder Boyd K. Packer compartió en su libro “El Templo Sagrado” lo siguiente sobre el Lugar Santísimo:
“Es el lugar en donde el Presidente de la Iglesia puede acudir cuando está agobiado por pesadas decisiones y buscar una entrevista con Aquel de quien es la Iglesia. El profeta tiene las llaves, las llaves espirituales y la llave real de esa puerta en ese edificio sagrado.”
La función principal del Lugar Santísimo es de ser el lugar para que el Presidente de la Iglesia busque revelaciones y visitaciones celestiales con respecto al bienestar de la Iglesia.
“Los templos, con las palabras “Santidad al Señor” escritas en ellos, están entre los lugares más santos de la tierra y son una evidencia del amor de Dios por todos Sus hijos, pasados y presentes.” Dennis B. Neuenschwander
Verdaderamente, desde el tiempo de Moisés hasta los últimos días, Dios siempre tiende la mano a Sus hijos, mostrándonos el objetivo celestial que podemos obtener viviendo fielmente en el Evangelio y persevenrando hasta el fin.
Este artículo fue escrito originalmente por Yvone Liu y fue publicado por ldsliving.com bajo el título: “What the Church Has Said About the Holy of Holies”