Si bien, a veces, escuchamos acerca de edificios de la Iglesia que sobrevivieron milagrosamente a desastres naturales, no siempre es así. En 2010, poco más de una semana antes de Navidad, el histórico Tabernáculo de Provo se incendió. El interior del edificio se quemó y solo sobrevivieron las paredes exteriores del tabernáculo.
Sin embargo, el incendio que destruyó gran parte del tabernáculo se convirtió en una bendición cuando el Presidente Monson anunció en la Conferencia General de octubre de 2011 que el tabernáculo demolido se convertiría en el sitio del Templo del centro de la ciudad de Provo.
Asimismo, hubo veces en que la tragedia de la destrucción de un templo debido a un incendio se ha convertido en una bendición para los Santos de los Últimos Días.
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El incendio del Templo de Apia, Samoa
El 09 de julio de 2003, alrededor de las 6:30 p.m., los trabajadores que estaban renovando el Templo de Apia, Samoa, detectaron un incendio al interior del edificio. Aunque intentaron apagarlo, el incendio se extendió rápidamente por todo el templo.
Un miembro samoano, Mika Lolo, acababa de cenar cuando vio pasar los camiones de bomberos. Cuando siguió los camiones, pudo ver las llamas provenientes de la parte delantera del templo y pudo sentir el calor a medida que el fuego quemaba el templo hasta el suelo.
“Me quedé sin palabras y lloré como un bebé”, dijo Lolo, según rsc.byu.edu.
Los Santos en Samoa estaban devastados por el incendio. Las renovaciones del templo estaban casi terminadas y muchas personas esperaban con ansias que finalmente se abrieran las puertas del templo otra vez en octubre.
Cuando el Presidente Gordon B. Hinckley dedicó el templo en 1983, oró, “Que la estructura en todos sus aspectos sea preservada de los estragos de la naturaleza y de cualquier vandalismo o corrupción del hombre”, (“Oración dedicatoria: Templo de Apia, Samoa”, 05 de agosto de 1983).
Sin embargo, por algún milagro, no todas las partes del templo se destruyeron. El ángel Moroni de fibra de vidrio sobrevivió, a pesar del hecho de que la fibra de vidrio es una sustancia muy inflamable.
La Iglesia nunca anunció la causa exacta del incendio, según rsc.byu.edu. Sin embargo, el domingo después del incendio, los líderes locales leyeron esta profunda declaración para los Santos en Samoa:
“Hemos sufrido una gran pérdida en la estaca, hemos sufrido una gran pérdida en Samoa, hemos sufrido una gran pérdida en la Iglesia y hemos sufrido una gran pérdida en el mundo debido al incendio que destruyó el Templo de Samoa. No obstante, lo que es importante para nosotros es lo que no se quemó. Cada ordenanza que se hizo en ese templo todavía es válida y sigue viva; los registros todavía están disponibles. No los perdimos. No sabemos si el profeta va a darnos otro templo o no, pero tuvimos veinte años para hacer muchas obras por nuestro pueblo y todo está ahí y está bien.”
Una semana después del incendio del templo, la Primera Presidencia anunció planes de reconstrucción. En octubre, el mismo mes en que se suponía se abriera el templo para el uso de los miembros, la Iglesia dio la primera palada.
Durante dos años, los Santos en Samoa esperaron con ansias tener un templo nuevamente en Apia.
Luego, un desastre natural amenazó el Templo de Apia otra vez en febrero de 2005. En ese momento, el templo tenía un techo temporal a prueba de agua pero no a prueba de viento y las ventanas, demasiado grandes para cubrirlas, se quedaron abiertas. A medida que el Huracán Oaf, una tormenta de categoría 5, se acercaba a Apia, parecía que el templo y los habitantes de la isla estaban en peligro. Luego, en el último segundo, el huracán se desvió de su curso, salvando la isla y el templo de grandes daños.
El 04 de setiembre de 2005, el Presidente Hinckley dedicó el templo una vez más. En la oración dedicatoria, el Presidente Hinckley dijo:
“Nuestro Eterno Padre Celestial, nos regocijamos en el conocimiento de que nuevamente en estas islas favorecidas de Samoa existe una casa sagrada según tu naturaleza divina… Ahora, Padre, oramos para que cuides esta estructura sagrada y la preserves del tipo de fuerza destructiva que derribó su edificio anterior. Santifícalo para que todos los que entren aquí puedan hacerlo sabiendo que están en Tu morada santa” (Presidente Gordon B. Hinckley, “Oración Dedicatoria: Templo de Apia, Samoa”, 04 de setiembre de 2005).
Incendio del Templo de Nauvoo, Illinois
En 1845, después de una intensa persecución, los Santos en Nauvoo, Illinois, tomaron la difícil decisión de abandonar Nauvoo.
El templo, que aún no estaba terminado, quedaría atrás.
Como resultado, se dedicó el ático del templo y se realizaron las sesiones de investidura durante todo el día. Brigham Young, que planeó originalmente abandonar Nauvoo el 04 de febrero de 1846, retrasó su partida dos semanas cuando vio a los miembros reunirse afuera del templo, que todavía no estaba terminado, para recibir sus investiduras.
Antes de que los Santos abandonaran Nauvoo, 5615 miembros pudieron recibir sus investiduras en el Templo de Nauvoo, según history.lds.org.
El 09 de octubre de 1848, el Templo de Nauvoo se incendió.
“Alrededor de las 3 a.m., en punto, se descubrió fuego en la cúpula. Había avanzado muy poco cuando se vio por primera vez, pero se extendió rápidamente y en un periodo muy corto, la aguja más elevada [del edificio] era una masa de llamas, que disparaba al aire e iluminaba gran parte del país. Se veía a millas de distancia. Los ciudadanos se reunieron alrededor, pero no se pudo salvar la estructura. Era completamente de madera, excepto las paredes, y nada podría haber detenido el progreso de las llamas. En dos horas, antes de que el sol cayera, la orgullosa estructura, levantada a un costo muy alto, una anomalía en la arquitectura, y un monumento de celo religioso, se alzaba y solo quedaban cuatro paredes ennegrecidas y humeantes” (Andrew Jenson, “El Templo de Nauvoo,” Registro Histórico, junio de 1889, 872–873).
Solo las paredes exteriores sobrevivieron al incendio, pero también se destruyeron después de que el tornado de 1850 dejara todo excepto la cara oeste destruida y algunas de las piedras se rescataron para otros edificios.
En 1937, la Iglesia comenzó a comprar lentamente la tierra del bloque original del templo hasta octubre de 1999, cuando el Presidente Hinckley anunció que se reconstruiría el Templo de Nauvoo.
En la ceremonia de coronación de la piedra angular, el Presidente Boyd K. Packer dijo:
“El templo se destruyó e incendió, y las piedras del templo se dispersaron como los huesos cremados. Y, el templo, en efecto, estaba muerto… Así que el templo murió. Pero, ahora, hoy, ha llegado a la resurrección. El templo está aquí nuevamente”, (R. Scott Lloyd, “Bonding with an Earlier Era,” Church News, 11 de noviembre del 2000).
Este artículo fue escrito originalmente por Katie Lambert y fue publicado en ldsliving.com con el título “2 Times Temples Were Not Saved from Fire + What It Teaches Us About Blessings.”