Nota de autor: La foto de portada fue extraída de ldstemples.pic y fue tomada por Richard Webb.
Con tantos desastres naturales en el mundo, no es imposible creer que alguna vez alguno de los 170 templos dedicados de la Iglesia haya resultado afectado por algún tipo de tormenta o catástrofe.
Afortunadamente, los templos se construyen con un estándar de construcción increíblemente alto. En la mayoría de los casos, resisten los vientos, los terremotos y las tormentas de la Tierra, incluso cuando las estructuras circundantes y las ciudades a su alrededor pueden caer.
Aquí hay 11 ejemplos de templos Santos de los Últimos Días en todo el mundo que resistieron tormentas y se mantuvieron firmes.
Templo de Salt Lake en 2020
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Cuando un terremoto de 5,7 sacudió Utah en marzo de 2020, el Templo de Salt Lake, en el que ya habían comenzado las renovaciones y las mejoras sísmicas, experimentó daños menores.
El más notable fue la pérdida de la trompeta de la estatua del ángel Moroni, junto con el desplazamiento de varias agujas más pequeñas.
Templo de Houston, Texas, en 2017
En 2017, las inundaciones provocadas por el huracán Harvey devastaron Texas y el Templo de Houston, Texas, sufrió algunos daños.
Las aguas de la inundación entraron al templo, inundaron el anexo del templo, el sótano y el piso principal.
Después de un breve cierre para reparar los daños, se volvió a abrir el templo en abril de 2018.
Templo de Gila Valley Arizona en 2017
En junio de 2017, Gila Valley Central compartió una foto de Jon Johnson que mostraba el incendio de Frye en Arizona detrás del Templo de Gila Valley, Arizona.
Según el Eastern Arizona Courier, dicho incendio fue uno de los muchos incendios forestales en Arizona que hicieron que el gobernador declarara el estado de emergencia.
Templo de Suva Fiji en 2016
En febrero de 2016, el presidente Henry B. Eyring volvió a dedicar el Templo de Suva, Fiji.
La noche anterior, el ciclón Winston había devastado la zona, con vientos que alcanzaban las 175 millas por hora. Sin embargo, la mañana amaneció clara y tranquila, lo que permitió que continuaran los planes de rededicación.
Templo de Bountiful Utah en 2016
En mayo de 2016, un rayo cayó sobre el ángel Moroni en lo alto del Templo de Bountiful, Utah, arrancó parte de la cabeza de la estatua y le dejó un agujero en la espalda. La estatua fue reemplazada en junio de 2016.
Templo de Santiago de Chile en 2010
Un terremoto de 8,8 sacudió todo Chile en febrero de 2010, murieron más de 140 personas y hubo alerta de tsunami.
Si bien gran parte del país, incluidos muchos residentes Santos de los Últimos Días y misioneros de tiempo completo, experimentó cierto nivel de angustia o destrucción durante y después del terremoto, no se informó sobre daños significativos en el Templo de Santiago de Chile.
El único daño percibido en el templo fue la caída de la trompeta de la estatua del Ángel Moroni, según Church News.
Templo de Tokio Japón en 2005
Según lo informado por ChurchofJesusChristTemples.org, el 23 de julio de 2005, un terremoto de magnitud 5,9 sacudió Tokio. Felizmente el templo no sufrió daños importantes. Sin embargo, dicho terremoto provocó que la trompeta de la estatua del ángel Moroni, se cayera.
Según una fuente, debido a los incidentes en Japón y Chile además de otras estatuas que sufrieron daños durante tormentas y terremotos, otras estatuas nuevas del ángel Moroni tienen la trompeta atornillada a su mano derecha a través de la palma.
Templo de Manti, Utah, en 2002
El 8 de septiembre de 2002, un tornado azotó Utah. Al pasar por Manti, se acercó al templo y marcó su silueta. Sin embargo, el templo resultó ileso.
Templo de Oaxaca, México, en 1999
Dos grandes terremotos pusieron a prueba la construcción del Templo de Oaxaca, México, incluso antes de que se culminara.
El primero, un sismo de 6,5 grados con epicentro a 200 millas al norte de Oaxaca, ocurrió en julio de 1999, cuando se colocaban los cimientos del templo. Luego, en septiembre, cuando los muros exteriores del templo estaban a punto de terminarse, se produjo un terremoto de 7,6 grados que duró tres minutos.
El terremoto dejó más de 100 edificios destruidos o dañados al grado de ser declarados en ruina.
Después del desastre, se utilizaron instrumentos para revisar cada ángulo y línea del templo.
“Cuando terminamos, descubrimos que el templo no se había movido ni un milímetro fuera de la escuadra o de la plomada. Fue un milagro”, dijo el director de proyectos del templo, Jay Erekson.
Templo de Apia Samoa en 1991
En diciembre de 1991, una de las peores tormentas tropicales de la historia reciente azotó las islas de Samoa Occidental y Americana.
Durante cinco días, el huracán Val azotó las islas y destruyó más del 65% de las viviendas en las islas.
Cuando terminó la tormenta, los 69 centros de reuniones de la Iglesia en Samoa Occidental sufrieron algunos daños y la mayoría de los centros de reuniones en Samoa Americana sufrieron daños importantes.
A pesar de los estragos que se produjeron a su alrededor, el Templo de Apia Samoa recibió una cantidad relativamente pequeña de daños por agua.
Además, debido a los generadores eléctricos de emergencia, una luz en la torre del templo brilló intensamente durante la tormenta.
Un miembro le dijo a Church News en ese momento: “Era casi la única luz en todo el extremo de la isla. Se destacaba como un faro en la tormenta”.
Templo de St. George Utah en 1878
A principios de 1876, incluso antes de que se dedicara el Templo de St. George, Utah, Brigham Young le dijo a su hijo que el campanario parecía “entre 2 y 5 metros más bajo” y que se arreglaría en el futuro.
Luego, en octubre de 1878, una fuerte tormenta eléctrica azotó el sur de Utah y un rayo cayó y destruyó la torre del Templo de St. George, Utah, solo un año y medio después de su dedicación.
No resultó dañada ninguna otra parte del templo. No obstante, la torre se sometió a reparaciones durante años antes de que los Santos decidieran aumentar el campanario y, en consecuencia, darle al templo el aspecto que prefería Brigham Young.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Haley Lundberg y fue publicado en LDS Living con el título “11 stories of temples surviving natural disasters”.