El siguiente artículo fue escrito en inglés por Marlene Bateman Sullivan para LDSLiving.com y fue traducido al español por Wendy Vianey Almazán Cano, el contenido del artículo no representa necesariamente una posición oficial de La Iglesia de Jesucristo con respecto a este tema, todo comentario es responsabilidad de los autores originales.
El mundo de los espíritus
Job planteó la pregunta de todas las épocas cuando preguntó: “Si el hombre muriere,¿volverá a vivir?” (Job 14:14)
Jesucristo respondió, diciendo, “porque yo vivo, vosotros también viviréis” (Juan 14:19). Así como el nacimiento, la muerte es un paso necesario en nuestra progresión eterna, una puerta que nos conduce a la siguiente vida. Los relatos escritos que tenemos de los primeros Santos de Los Últimos Días visitando el mundo de los espíritus se prestan como testigos de que la vida no termina con la muerte. Cuando el Salvador vino a la tierra, murió, y se levantó otra vez, Él abrió las puertas de la salvación, rompiendo las ligaduras de la muerte de modo que podamos vivir.
Brigham Young dijo:
“Nuestro cuerpo está compuesto de materia visible y tangible… Lo que es comúnmente llamado muerte no destruye el cuerpo, sólo causa la separación del cuerpo del espíritu, pero el principio de la vida, inherente en el su elemento primitivo, del cual el cuerpo está compuesto, aún continúa (Discourses of Brigham Young, compiled by John A. Widstoe, Salt Lake City: Deseret book 1954, pp. 368-369).
Ya que ninguno de nosotros ha muerto, la muerte sigue siendo desconocida y poco familiar. Sin embargo, unas cuantas personas han visitado el mundo de los espíritus durante sus experiencias cercanas a la muerte, sueños, y visiones. Nosotros podemos aprender acerca de la muerte y de la siguiente vida por medio de sus relatos.
No Se Nos Deja Solos Cuando Morimos
Una revelación que aprendemos de esos relatos es que en los primeros momentos después de la muerte, espíritus recién salidos usualmente se encuentran con guías quienes los escoltan al mundo de los espíritus.
Lorenzo Dow Young, quien tuvo una experiencia cercana a la muerte al inicio de los 1800’s, dijo:
“En un momento estaba afuera del cuerpo, y completamente consciente de que había habido un cambio. Inmediatamente, un mensajero celestial, o guía, estaba conmigo. Pensaba y actuaba con tanta naturalidad como lo había hecho en el cuerpo, y todos mis sentidos parecían tan completos con o sin él”. Fue a decir “El personaje que estaba conmigo iba vestido en el blanco más puro. Mi guía, por como voy a llamarlo, dijo “Ahora vámonos” (Marlene Bateman Sullivan, Gaze Into Heaven; Near-death Experiences in Early Church History, Springville, Utah: Cedar Fort, Inc., 2013, pp 27-30).
Tom Gibson, quien tuvo una experiencia cercana a la muerte seguida a un ataque cardiaco, compartió que su amigo Daniel vino a escoltarlo al mundo de los espíritus. Él escribió:
“El mundo era diferente de éste. No estoy seguro cómo llegué ahí… Yo sólo seguí a Daniel. Parecía que todo lo que tenía que hacer era pensar en dónde quería estar, y podía ir ahí a la velocidad que deseara… Continuamos caminando por un rato y noté a alguien en el camino delante de nosotros… Al irnos acercando al individuo en el camino, pude ver y sentir que era una persona magnífica , y era él… Y me sentí agobiado mientras lo miraba. Él estaba bañado en luz. Daniel me preguntó si sabía quién era, y le respondí, Sí; es Jesucristo.
“Cuando estuvimos cerca del Salvador, sentí un tremendo amor emanando de Él. Es difícil de describir, pero pude sentirlo alrededor de Él, y sentí de manera similar un enorme amor por él. Caí ante sus pies, no porque pensara en ello, sino porque no me pude mantener en pie” ( Marlene Bateman Sullivan, Gaze Into Heaven; Near-death Experiences in Early Church History, op cit. pp. 89-90).
Es reconfortante saber que nuestros seres amados o ángeles nos recibirán cuando dejemos nuestros cuerpos mortales, y nos ayudarán a saber a dónde ir.
El Mundo De Los Espíritus Será Glorioso Pero Familiar
Es natural sentir curiosidad sobre cómo será el mundo de los espíritus. Algunas personas que lo han visitado han dado descripciones claras y vívidas, tal como el hermano Pettersson, quien dijo que se parecía al mundo que conocimos en la tierra. Él escribió:
“Había ciudades y pueblos, lagos y ríos, campos y jardines, casas y mansiones, templos y palacios, flores y animales de gran belleza y variedad. La gente estaba ocupada. Algunos estaban en edificios y otros estaban plantando, otros estaban cosechando ( Marlene Bateman Sullivan, The Magnificent world of Spirits; Eye Witness Accounts of Where We Go When We Die, Springville, Utah; Cedar Fort, Inc., 2016, pp 87-92).
En 1867, John Powell escribió:
“Mi espíritu entonces dejó mi cuerpo y fui con mi guía… Miraba a los habitantes. Las casas y árboles eran hermosos a la vista. estaba tan asombrado y maravillado que le solicité a mi guía si me permitía quedarme y habitar ahí, por todas las cosas que estaban muy adelantadas a este mundo”.
Tom Gibson, de quien su experiencia cercana a la muerte fue mencionada antes, también describió este entorno:
“Daniel en seguida me llevó a la ciudad. Era una ciudad de luz similar a las ciudades de la tierra en ellas había caminos y edificios; pero los caminos y edificios parecían construidos de materiales los cuales consideramos preciosos en la tierra. Parecían como… que ellos tuvieran la apariencia de mármol, y oro, y plata, y otros materiales preciosos, sólo eran diferentes las calles y edificios parecían tener brillo, o un resplandor. La escena entera era indescriptiblemente hermosa…
“Había otro sentimiento que lo acompañaba. En la tierra parece que siempre tienes que ser algo… Tú sabes cuánto importan las cosas aquí, siempre hay un problema preocupándote. Eso faltaba allí. Me sentí completamente en paz, como si allí no hubiera problemas de los cuales preocuparse. No era como si ahí no hubiera desafíos, es sólo que cualquier cosa parecía bajo control. Era una hermoso sentimiento que nunca quisiera perder” (Marlene Bateman Sullivan, Gaze Into Heaven; Near-death Experiences in Early Church History, op cit, pp. 89-90).
No Habrá Extraños
El Presidente Spencer W. Kimball nos enseñó que las relaciones familiares y amistades forjadas en la tierra continuarán en la siguiente vida. Él dijo:
“Para los no creyentes la muerte es el final de todo, asociaciones terminadas, relaciones terminadas, recuerdos que desaparecen pronto en la nada. Pero para aquellos que tienen el conocimiento y fe en las promesas del Evangelio de Jesucristo, el significado de la muerte es… un cambio de un estado de acción en una esfera más amplia de serenidad; eso significa el comienzo de la vida eterna” (Edward Kimball, Compiled and edited, Teachings Of Spencer W. Kimball, Salt Lake City: Bookcraft, 1982).
Thomas S. Thomas también testificó que las relaciones perdurarán más allá de esta vida. Él declaró:
“El primer gran recibimiento que recibes es por parte de un pariente cercano padre, madre, hermano, y hermanas, y todos aquellos cercanos y queridos para ti quienes pararon por la vida terrenal y arribaron al más allá antes que tú”
Él continúa: “Me di cuenta de que no había extraños en el recibimiento de millones de espíritus ahí… Había dos grupos de espíritus que conocí ahí. Un grupo era de aquellos que habían estado en la tierra y partido antes que yo de allá, y el otro grupo era de aquellos que estaban esperando su turno para ir a la tierra. Ninguno de cualquiera de ambos grupos eran desconocidos para mí; los había conocido de siempre” (Marlene Bateman Sullivan, Gaze Into Heaven; Near-death Experiences in Early Church History, op, cit., 98-102).
La Muerte No Es Una Cosa A La Que Debamos Temer
Necesitamos no temer a la muerte, cuando dejemos esta vida, seremos liberados de las penas terrenales y seremos llenados de gran gozo. Brigham Young dijo:
“ Vamos a dar la vuelta y consideraremos la muerte y pensaremos, cuando la haya cruzado, por qué este es el gran avance de toda mi existencia, he pasado de un estado de tristeza, de dolor, de luto, aflicción, miseria, pena, angustia, y decepción en un estado de existencia donde puedo disfrutar la vida en mayor medida por lo que se puede hacer sin un cuerpo” (Brigham Young, Journal of Discourses, vol 17, 26 volumes, Liverpool, 1854-86, 142).
Así como una madre olvida el dolor del alumbramiento una vez que el bebé está en sus brazos, así nosotros olvidaremos las penas de la vida en la tierra y encontraremos consuelo y felicidad.
Thomas S. Thomas también habló de esto:
“Toda facultad mental fue restaurada. Los buenos recuerdos del pasado regresaron… tú espíritu está dotado de sabiduría y conocimiento y lleno de amor eterno… La distancia no es una barrera para transmitir pensamientos sin instrumentos, o para viajar bajo tu propio poder. Tu visión es magnificada allí; Eres maestro de ti mismo; La inteligencia es la llave para todos los reinos que hace y sin fie el recorrido a todo progreso y es el lugar de cumplimiento y felicidad para el espíritu… Para el espíritu… El tiempo está basado de manera diferente que en la vida terrenal” (Marlene Bateman Sullivan, Gaze Into Heaven; Near-death Experiences in Early Church History, op, cit., 98-102).
La Muerte Trae Consigo Esperanza, Luz Y Amor
Tal vez la cosa más importante que podemos aprender de aquellos quienes han visitado el mundo de los espíritus es que Nuestro Padre Celestial y Su Hijo, Jesucristo, son Seres divinos quienes nos observan y nos aman y que podremos vivir con ellos nuevamente si seguimos el ejemplo de nuestro Salvador, Jesucristo, y obedecemos los mandamientos de Dios.
Estas experiencias también nos enseñan que nuestros momentos en la tierra son sólo eso, momentos, y que la eternidad se extiende ante nosotros. Leyendo estos relatos infunde en nuestra mente la importancia de hacer más productivo el uso de nuestro tiempo en la tierra. Podemos reevaluar nuestras prioridades a dirigir nuestro tiempo y energía en crecer y dominarnos a nosotros mismos. Cada uno tiene pecados de los cuales arrepentirse, fallas que puede cambiar en fortalezas, debilidades que superar.
“Porque he aquí, esta vida es cuando debe prepararse para comparecer ante Dios; sí, el día de esta vida es el día en que el hombre debe ejecutar su obra… he aquí que si no mejoramos nuestro tiempo durante esta vida, entonces viene la noche de tinieblas en la cual no se puede hacer obra alguna” (Alma 34:32-33).
Estos relatos dan consuelo a nuestro espíritu con el conocimiento de que en la siguiente vida, podremos vivir en paz. Para alcanzar este estado bendito, haríamos bien en seguir la admonición de Nefi:
“Por tanto, debéis seguir adelante con firmeza en Cristo, teniendo un fulgor perfecto de esperanza y amor por Dios y por todos los hombres. Por tanto, si marcháis delante, deleitándoos en la palabra de Cristo, y perseveráis hasta el fin, he aquí, así dice el Padre: Tendreís la vida eterna” (2 Nefi 31:20).