¿Alguna vez te han preguntado, qué es ser un miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos Días y no supiste cómo responder? A continuación podrás enterarte cuáles son las preguntas más frecuentes y las respuestas basadas en las escrituras que puedes usar la próxima vez que te pregunten alguna de ellas.
Pregunta #1 ¿Eres Cristiano?
Respuesta breve:
“Sí, por supuesto. Creo en Dios El Padre, en su Hijo Jesucristo, y en el Espíritu Santo. Creo que Jesús es mi Salvador personal, así como el Salvador de toda la humanidad y que sólo a través de su gracia seremos capaces de volver a vivir con Él”.
Los puntos esenciales que querrás remarcar son:
- Aunque no creemos en la Trinidad como un ser de tres en uno, si creemos en la Deidad como tres seres separados: Dios el Padre, Jesucristo y el Espíritu Santo. Los dos primeros tienen un cuerpo.
- Tú has aceptado a Jesucristo como tu Salvador personal.
- Tu reconoces a Cristo como el Salvador de toda la humanidad.
- Tu entiendes completamente que es sólo a través de la gracia (la Expiación) de Jesucristo seremos capaces de progresar aún después de esta vida.
Algo menos que estos cuatro puntos te dejará vulnerable a las críticas de que los Santos de los Últimos Días no son cristianos, pero la buena noticia es que éstas cuatro doctrinas son plenamente aceptadas por la Iglesia.
BASE DOCTRINAL:
Generalmente queremos demostrar nuestra base de las verdades del evangelio con escrituras de la Biblia pero, en este caso, nuestra mejor base proviene de las escrituras de los últimos días. El Libro de Mormón es verdaderamente un segundo testimonios de Jesucristo.
2 Nefi 25:26: Y hablamos de Cristo, nos regocijamos en Cristo, predicamos de Cristo. . .
Moroni 10:32: Sí, venid a Cristo… entonces su gracia os es suficiente…
2 Nefi 33:6: Me glorío en mi Jesús, porque él ha redimido mi alma del infierno.
Doctrina y Convenios 76:22: Este es el testimonio… que nosotros damos de Él: ¡Que Vive!
Pregunta # 2: ¿Qué hace que tu iglesia sea diferente?
Resulta que me han preguntado esto más que cualquier otra pregunta. Por supuesto, es una pregunta completamente abierta. El problema con este tipo de preguntas es que nos llevan a respuestas muy largas, lo cual no será placentero para el receptor que recibe nuestro discurso largo y aburrido.
Pero aquí les doy una idea: Cuando me hacen esta pregunta, la cambio. Después de todo, si estamos intentando convencer al mundo de que somos cristianos, ¿por qué responder esta pregunta inmediatamente hablando de nuestras diferencias?, ¿por qué no hablar de nuestras similitudes? Probablemente tu amigo crea que esto es igualmente de interesante y posiblemente se sorprenda.
Respuesta breve:
“Bueno, en primer lugar, aunque tenemos algunas diferencias, tenemos más cosas en común de las que puedes imaginar. Creemos en Dios el Padre y Su Hijo Jesucristo, y en el Espíritu Santo. Creo que Jesucristo es mi Salvador personal, así como el Salvador de todo el mundo y que es sólo a través de su gracia que seremos capaces de volver a vivir con Él.
Sin embargo, sí tenemos algunas diferencias. Una de ellas es el Libro de Mormón. Creemos que es una escritura sagrada adicional, que da testimonio, al igual que la Santa Biblia, de que Jesús es el Cristo. ¿Alguna vez has oído hablar del Libro de Mormón?”
Bueno, bueno aunque esta respuesta es un poco larga podemos ver a dónde queremos ir. En primer lugar, de forma rápida haz hincapié en lo que tenemos en común. Luego menciona una sola diferencia (tal como el Libro de Mormón, la Restauración, templos, los profetas vivientes, la revelación continua, etc.) y mira hacia dónde va la conversación. Lo primordial es que tú hagas una pregunta como en el ejemplo anterior.
BASE DOCTRINAL:
Para nuestras similitudes, mira la lista de escrituras de la pregunta #1. Para apoyar el Libro de Mormón con referencias de la Biblia ver:
Ezequiel 37:16: El palo de José, el palo de Judá.
Juan 10:16: Tengo otras ovejas que no son de este redil . . .
Pregunta # 3: ¿Qué crees acerca de Jesús?
Una de las críticas a la Iglesia es, “bueno, ellos dicen que creen en Jesús, pero no es el Jesús que yo conozco”, y luego se centran en las diferencias que perciben entre cómo los Santos de los Últimos Días entienden a Cristo versus un punto de vista protestante más tradicional de Jesucristo. Aunque tenemos algunas diferencias doctrinales con las principales iglesias cristianas (por ejemplo, creemos que Cristo es literalmente nuestro hermano mayor, separado del Padre y que posee un cuerpo tangible), hay mucho más de lo que estamos de acuerdo que en lo que nos diferencia. No es deshonesto hacer hincapié en lo que tenemos en común en lugar de nuestras diferencias. No ocultamos nuestras diferencias, pero no es necesario exponerlas duramente.
Respuesta breve:
“Creemos que Jesucristo es el Salvador del mundo y es el Hijo de Dios el Padre. Creemos que Cristo vino a la tierra para pagar el precio de nuestros pecados. Creemos que mientras estuvo en la tierra, organizó Su iglesia, fue crucificado y resucitó al tercer día. Creemos que Él vive, que Él ha restaurado Su Iglesia, y que un día Él regresará con poder y gloria a la tierra”.
El punto: Aunque estemos haciendo hincapié en cómo concordamos en la doctrina del Salvador y Su papel en la salvación de la raza humana, también estamos plantando semillas al decir que Él organizó su Iglesia y la restauró en los últimos días y que regresará de nuevo para reclamar su Iglesia y su pueblo.
BASE DOCTRINAL:
Isaías 53:4-5: Ciertamente llevó él nuestras enfermedades . . . Mas él herido fue por nuestras transgresiones…
Mateo 16:15–19: Jesús: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Pedro: ¡Tú eres el Cristo! . . .
Juan 14:6: Yo soy el camino, la verdad, y la vida…
Juan 3:16: De tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito…
Hechos 1:11: Este mismo Jesús. . . Así vendrá como le habéis visto ir al cielo…
Pregunta #4: ¿Por qué ustedes dicen que “saben” que el Evangelio es verdadero?
Esta pregunta vendrá mayormente de alguien que no tiene conocimiento de las escrituras o que no tiene una base religiosa. Para el no creyente o escéptico, la idea de que se puede “saber” cualquier cosa referente a Dios puede resultar ilógica, y en el peor de los casos puede verse como un ejercicio de auto-engaño. Ellos aceptarán que tú tienes fe en algo o que crees que algo es verdad (esto es lo más probable, en su opinión, sin pruebas contundentes), pero la idea de que tú sabes que Dios vive de la misma manera en que sabes que saldrá el sol por la mañana, puede ser recibida por algunos con desinterés.
Sin embargo, si te hacen esta pregunta, tienes el privilegio de contestar. Si tu testimonio es recibido con incredulidad, puedes tomar en tu corazón estas palabras del Élder Holland:
“…en forma humilde, ha pasado a formar parte de un grupo muy distinguido de hombres y mujeres que, tal como Jacob, el profeta del Libro de Mormón, dijo que ‘[contemplaron la] muerte [de Cristo], y [sufrieron] su cruz, y [soportaron] la vergüenza del mundo“.
Así que si surge la pregunta, explica con todo el coraje y la cortesía que puedas cómo tú (y todos los demás) podemos saber las verdades del Evangelio por nosotros mismos.
Respuesta breve:
“Admito que suena como una declaración ficticia. Yo sólo puedo decir que he orado a Dios para saber si Él vive y si el Evangelio es verdadero, y en respuesta Él llenó, tanto mi mente como mi corazón con un estallido de conocimiento de una manera que jamás había sentido. Él continúa bendiciéndome de vez en cuando con este tipo de conocimiento. Decir algo menos que, “Yo sé que Dios vive” sería deshonrarlo y también deshonrar las experiencias sagradas que he recibido de Él y que continúo recibiendo. Y hay millones de personas que han tenido la misma experiencia. ¿Puedo compartir un versículo de las escrituras contigo, que me ayudó a comprender cómo se da esto?
El punto: Hemos cubierto mucho terreno en esta respuesta breve. Admitir estas cosas es difícil de entender si no te ha sucedido. Explica en pocas palabras lo que se siente al recibir “el ardor en el pecho” que el Espíritu Santo brinda. Explica que esto no fue para ti una experiencia aislada, sino que el Espíritu Santo continúa bendiciendo tu vida con éste conocimiento puro.
Hazle saber a tu amigo que éstas experiencias son sagradas. Testifícale que millones de personas han tenido la misma experiencia. Comparte con él o ella, la promesa de Moroni (Moroni 10: 3-5).
Para el escéptico, no tiene sentido compartir historias de las escrituras donde se da y se recibe la revelación. Si no acepta las escrituras, no aceptará sus historias. Lo mejor que puedes hacer es compartir Moroni 10: 3-5 e invitarle a poner el desafío de Moroni a prueba. Él podría aceptar el reto, o quizás no. O quizás aceptarlo finalmente en veinte años.
Pensamiento final – Hay otro tipo de personas que podría preguntarte cómo puedes conocer las cosas de Dios: [Esa clase de persona puede ser] el individuo sin base religiosa que está buscando la verdad en su vida. Para esta persona, la idea de que se puede llegar a conocer las verdades espirituales puede ser un concepto nuevo y extraño. Esta persona podría pensar: “¿Quién soy yo para conocer la verdad de Dios cuando tantas grandes mentes, a través de los siglos, han intentado y sólo llegado a la confusión?”
Si te encuentras con cualquiera de nosotros por ahí, y digo “nosotros” porque mi esposa y yo estábamos en ese grupo antes de conocernos, casarnos, y de unirnos a la Iglesia; entonces tienes una preciosa alma en tus manos. Comparte la promesa de Moroni, y dígales que allí hay una verdad que pueden conocer. Y luego invítalos, no a tomar tu palabra, sino a encontrarla por ellos mismos. Planta la semilla con cuidado, ámalos por tener corazones que buscan la verdad y luego confía en la cosecha del Señor.
BASE DOCTRINAL:
Moroni 10:3–5: Y cuando recibáis estas cosas… preguntéis a Dios el Eterno Padre, en el nombre de Cristo, si no son verdaderas estas cosas…
José Smith – Historia 1:25: Yo lo sabía y sabía que Dios lo sabía y no podía negarlo…
Doctrina y Convenios 76:22: Este es el testimonio…que nosotros damos de Él: ¡Que vive!
Pregunta # 5: ¿Eres salvo?
Estoy convencido de que a veces la gente nos pregunta si creemos que somos salvos sólo para vernos tropezar en nuestras palabras.
Pregúntale a un mormón si es salvo y es probable que obtengas una respuesta larga y aburrida, ya que tratará de ordenarse para explicar los tres grados de gloria, explicar las características de cada una, y explicar que, si bien todos ellos son mucho mejor que esta vida, él busca el reino celestial, y no está seguro todavía si va a obtenerlo, pero espera hacerlo, y si se trata de un reino menor, él no está muy seguro si estará feliz o no por ello.
Si le preguntas a un Cristiano de otra fe, si es salvo, Él dirá: “Sí”.
Nosotros no tenemos que preocuparnos por responder la pregunta de que si seremos salvos. La definición tradicional y general de la palabra “salvo” es una persona que ha aceptado a Jesucristo como su Salvador personal. Esta persona ha sentido el Espíritu Santo en su vida confirmar el poder de Cristo para lograr su salvación, y por lo tanto tiene una esperanza clara y viva (ver 1 Pedro 1: 3) de su eventual resurrección en un reino de gloria.
Todo lo antes mencionado me suena como una buena doctrina mormona.
Respuesta breve:
“Sí, y ¿no es maravilloso? He aceptado a Jesucristo como mi Salvador personal y estoy poniendo lo mejor de mi para vivir de acuerdo a sus enseñanzas. Y sé que cuando falle su gracia me guardará para no ser desechado”.
Hay, por supuesto, matices a esta doctrina y escrituras bíblicas que enseñan enfáticamente que llegar a ser “salvo” debe ser algo más que una experiencia aislada en la vida de un Cristiano. Considera la condena de Pedro por ser un creyente en retroceso: Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, y otra vez se enredan en ellas y son vencidos, su estado final viene a ser peor que el primero. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia que, después de haberlo conocido, apartarse del santo mandamiento que les fue dado.
BASE DOCTRINAL:
Mateo 10:22: El que persevere hasta el fin, éste será salvo…
Efesios 2: 8-9: Porque por gracia sois salvos… no por obras, para que nadie se gloríe…
2 Nefi 25:23: Sabemos que es por la gracia por la que nos salvamos, después de hacer cuanto podamos…
Moroni 10:32 Si os abstenéis de toda impiedad, y amáis a Dios… entonces su gracia os es suficiente…
Este artículo fue escrito originalmente por Chris Huston y publicado en ldsliving.com, con el título “Five Common Questions About Being LDS and How to Answer them”.
Español ©2016 LDS Living, A Division of Deseret Book Company | Englsih ©2016 LDS Living, A Division of Deseret Book Company.
Traducido por Nirza Verano.