Cuando Cristo llamó a sus discípulos a seguirlos, las nos Escrituras dicen que ellos “dejaron todo y le siguieron” (Lucas 5:11).
En la actualidad, tenemos la misma oportunidad.
A pesar de que no dejamos las redes de pesca y caminamos hacia Judea para seguir a Cristo, aún podemos entender diligentemente lo que significa dejar todo lo que nos rodea en nuestras vidas.
Aquí te comparto cinco ejemplos que debemos de reflexionar y considerar para ser parte del discipulado de Jesucristo. ¡Veamos!
El pecado
El arrepentimiento es un punto esencial en el Evangelio de Jesucristo y es por esto que debemos dejar de lado nuestras flaquezas.
Si nos esforzamos por dejar atrás el pecado, poco a poco aceptamos el deber de levantarnos una y otra vez cuando caemos.
Al inspeccionar nuestras vidas, debemos determinar qué precaución debemos de tomar para asegurarnos de no caer en tentación.
Para dejar el pecado, se requiere confiar plenamente en la gracia de Cristo y honestidad con nosotros mismos y Dios.
Nuestra voluntad
El élder Neal A. Maxwell enseñó:
“La sumisión de nuestra voluntad es la única cosa exclusivamente personal que tenemos para colocar sobre el altar de Dios”.
A menudo, Dios quiere ser co-creador en nuestras vidas y nos permite tomar decisiones ya sean buenas e importantes para nosotros mismos, asimismo también nos pide que sacrifiquemos nuestra voluntad por la suya.
Si en repetidas ocasiones, tratamos de seguir nuestro propio camino, en lugar del suyo, podemos detenernos en el camino y preguntarnos qué pasos debemos dar para seguir a Cristo.
¿Cómo podemos alinear lo que queremos con lo que Él quiere? ¿Qué sacrificios hay que hacer? ¿Podemos tener una actitud más humilde?
Las distracciones
Vivimos en un mundo lleno de distracciones, desde las redes sociales, los medios, la tecnología hasta una cultura de lujo y gratificaciones instantáneas.
Es fácil llenar nuestros deseos con cosas de poco o nada de importancia.
¿Estás dispuesto a hacer un tiempo en tu día para las cosas de Dios? ¿Realmente dimos todo lo que estaba en nuestras posibilidades para brindarle lo mejor?
Concéntrate en volverte más sensibles a las cosas de Dios y Su espíritu.
Los deseos terrenales
El Señor quiere que tengamos éxito. Sin embargo, el éxito que tenemos en mente puede ser diferente al éxito del mundo.
Al buscar un mejor trabajo o más dinero, ¿olvidamos poner primero nuestros deberes hacia Dios y nuestra familia? Para llegar a Cristo, tenemos que dejar atrás al mundo.
Si te has enfrascado demasiado en lo que piensa el mundo, piensa más en Dios.
Las cosas que Él quiere darnos son mejores que cualquier cosa que el mundo nos puede dar.
Salir de nuestra zona de Confort
A veces, Dios nos pide hacer cosas que no nos gustan. Puede ser tan pequeño como el hablar con alguien que no conocemos o contestar una pregunta difícil con respecto a la Iglesia.
Cuando ponemos nuestra confianza en Dios, también podemos salir de nuestra zona de confort para lograr cosas verdaderamente milagrosas.
Esto no quiere decir que siempre estaremos cómodos, sino que podemos actuar con confianza y valentía.
Fuente: LDS Daily