Eric D. Huntsman, profesor de BYU de Estudios del Oriente Antiguo, dio un discurso en el devocional de agosto de 2018 titulado “Hard Sayings and Safe Spaces: Making Room for Struggle as Well as Faith”. Este discurso destacó la importancia de ser respetuoso y amoroso con todos de los hijos de Dios, sin importar sus circunstancias.
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Vivimos en un tiempo donde los desafíos son inevitables. El profesor Huntsman explicó que Cristo tuvo muchos discípulos que exclamaron: “Este es un dicho difícil”, y porque ellos creían que las cosas que Cristo enseñaba eran demasiado difíciles de entender, había muchos que “ya no andaban con él” (Juan 6:60,66).
Estas “duras frases” pueden incluir desde las políticas de la Iglesia sobre la desigualdad de género y la raza hasta los desafíos puramente espirituales como el dolor de perder a un ser querido o una mala salud física, mental y emocional.
“Estos son desafíos que no desaparecen fácilmente. Por el contrario, a menudo son luchas con las que debemos lidiar a lo largo de nuestras vidas. Aunque idealmente todos, como Pedro, simplemente responderíamos con una fe aparentemente inmediata, la realidad es la que Moroni enseñó: ‘[No] recibimos ningún testimonio hasta después de la prueba de [nuestra] fe” (Éter 12:6).
Así como Jacob se esforzó con el ángel hasta el amanecer (ver Génesis 32:24-29) y Enós se esforzó toda la noche delante del Señor (ver Enós 1:2-6), para muchos de nosotros la prueba de nuestra fe a menudo incluye mucho tiempo, a veces desafíos de por vida. Debo decir que estas luchas son necesarias para nuestro progreso, pero no son luchas que deberíamos enfrentar solos.”
El Profesor Huntsman enfatizó nuestra necesidad de actuar y permitir que Cristo trabaje a través de nosotros para consolar a los demás. Somos las manos del Señor.
Aquí hay algunos puntos breves del discurso del Profesor Huntsman que hemos resaltado.
Ministrarse el uno al Uno
Las reacciones de Cristo se adaptaron perfectamente a las necesidades de cada persona con la que interactuaba. Después de la muerte de Lázaro, Cristo respondió a la emoción de Marta con su sincero testimonio de su poder sobre la muerte. Por el contrario, respondió al dolor de María llorando con ella y derramando lágrimas sinceras.
“En la versión de Marcos de la historia del joven rico (Marcos 10:17-22), Jesús demostró que su amor no se vio reducido cuando alguien no estaba dispuesto o se sentía incapaz de seguirlo. Después de que el joven había expresado su obediencia previa a los mandamientos, el narrador simplemente observó, “Entonces el Señor, mirándole, le amó” (Marcos 10:21). Si bien no tenemos idea de cuáles podrían haber sido las opciones futuras del joven, en esta vida o en el mundo de los espíritus, podemos estar seguros de que Jesús continuó amándolo.”
Creando espacios seguros durante nuestros desafíos
El Profesor Huntsman enfatizó la necesidad de que creemos entornos en los que no sólo podamos nutrir nuestros testimonios, sino también donde nuestros hermanos y hermanas puedan “preguntar, buscar comprensión y compartir su dolor” de manera segura. Debemos aprender a escuchar y apoyar a aquellos que están luchando
“El presidente M. Russell Ballard ha enseñado: ‘Necesitamos acoger a los hijos de Dios con compasión y eliminar cualquier prejuicio, incluido el racismo, el sexismo y el nacionalismo. Que se diga que realmente creemos que las bendiciones del Evangelio restaurado de Jesucristo son para cada hijo de Dios.’”
Espacios para el amor
En esta sección, el profesor Huntsman compartió la historia de Tom Christofferson como un ejemplo de crear espacio para el amor.
El Hermano Christofferson escribió “That We May Be One: A Gay Mormon’s Perspective on Faith and Family” que relata su experiencia con la homosexualidad y el Evangelio. A pesar de su separación de la Iglesia por un tiempo, su familia continuó amándolo incondicionalmente. La madre de Tom les explicó a sus hermanos y a su familia:
“Lo único en lo que realmente podemos ser perfectos es en amarnos unos a otros… La lección más importante que aprenderán sus hijos sobre cómo nuestra familia trata a su tío Tom es que nada de lo que puedan hacer los llevará fuera del círculo de amor de nuestra familia.”
Espacios para el testimonio
Después de leer un pasaje en 1 Timoteo, la joven hija del profesor Huntsman planteó la difícil pregunta: “Papá, ¿por qué a Nuestro Padre no le gustan tanto las niñas como a los niños?” En lugar de dar una respuesta profunda a su pregunta, él simplemente y “con lágrimas” testificó del amor de Dios por ella.
“En los años posteriores, me he esforzado por darle a mi hija y a mis estudiantes, hombres y mujeres, modelos de poderosas mujeres de fe y testimonio: profetisas del Antiguo Testamento como Miriam, Deborah, Hannah y Huldah; Discípulos del Nuevo Testamento como María, la madre de nuestro Señor, las otras Marías y Marta; y las mujeres de Cristo de los últimos días, como Emma Smith, Eliza R. Snow y mi propia madre… Todavía estoy aprendiendo que, además de mi propio testimonio, debo encontrar y compartir testigos fieles de todos los sexos, lenguas, pueblos y experiencias de la vida.”
Espacios para el luto y la comprensión
En este último año, el Profesor Huntsman tuvo una experiencia en la que una estudiante intentó expresar sus sentimientos en clase pero no pudo hacerlo claramente. Más tarde ese día, recibió un correo electrónico de esa estudiante explicando su lucha con una enfermedad mental que le abrió los ojos a la necesidad de prestar atención a las luchas y desafíos de quienes nos rodean.
“Cuando se nos pide que lloremos con aquellos que lloran, incluso cuando no están luchando con algo difícil y obvio como la raza, la enfermedad mental, el género o sexualidad, a veces simplemente tenemos que sentarnos con ellos para escuchar y amarles.”
Espacios para el albedrío
A menudo, suponemos que cuando la gente deja la Iglesia, lo hace por pereza o por algún pecado. Pero el profesor Hunstman explica que no es tan simple.
Aunque permitirles a las personas que usen su albedrío podría ser difícil para nosotros, debemos “honrar su derecho que tienen de adorar al Dios Todopoderoso de acuerdo al dictado de su propia conciencia, así como reclamamos ese privilegio para nosotros mismos.” (Dieter F. Uchtdorf, “Vengan, Únanse a Nosotros” Conferencia General de octubre de 2013).
“Se nos ha mandado amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, y cuando se trata del prójimo, no existen forasteros. Quizás aún más importante, incluso cuando nuestros hermanos santos se encuentren fuera de la confraternidad formal o de la membresía de la Iglesia, es que nunca deberían encontrarse fuera del círculo de nuestra amistad y el círculo de nuestro amor.”
Espacios para la alegría
En esta sección, el profesor Huntsman compartió la historia del diagnóstico de su hijo Samuel con autismo a la edad de cuatro años. A pesar de la angustia original que pasaron al ver que el aprendizaje y la capacidad de interacción de su hijo comenzaban a retroceder, eventualmente experimentaron una gran alegría cuando Samuel finalmente mejoró con la ayuda de especialistas capacitados y mucha oración.
“El salmista proclamó: ‘Porque por un momento será su furor; mas en su favor está la vida. Por la noche durará el llanto, y a la mañana vendrá la alegría.’ (Salmo 30: 5). Cada uno de nosotros tiene noches y días de llanto en esta vida. Todos experimentamos pérdida y dolor en sus diversas formas.
Casi todos nosotros hemos perdido a un ser querido; muchos de nosotros hemos perdido sueños y esperanzas. Todos nosotros corremos el riesgo de perder nuestra salud o habilidad. Sin embargo, aún en nuestra pérdida podemos experimentar paz y gozo.
Se nos promete ‘paz en este mundo’ así como ‘vida eterna en el mundo venidero’ (DyC 59:23). Cristo vino para que ‘tengamos vida’ y ‘la tengamos en abundancia’ (Juan 10:10).”
Este artículo fue escrito originalmente por Brittany Borchert y fue publicado por ldsliving.com bajo el título “BYU Professor Encourages Latter-day Saints to Make Room for Those Who Struggle”