Hace unos días, el élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles compartió parte de su mensaje en la Conferencia General a través de su cuenta en Facebook:
“Hermanos y hermanas, ¿cuánto tiempo aguardaremos para recibir alivio de las tribulaciones que nos sobrevienen? ¿Y qué me dicen de sobrellevar las pruebas individuales mientras esperamos y esperamos, y la ayuda parece tan lenta en llegar? ¿Por qué la demora, cuando las cargas parecen ser más de lo que podemos soportar?
Habrá momentos en la vida en los que aun nuestro máximo esfuerzo espiritual, y nuestras oraciones y súplicas fervientes no produzcan las victorias que hayamos anhelado, ya sea en cuanto a las grandes cuestiones globales, o a las pequeñas y personales. De modo que, mientras trabajamos y esperamos juntos la respuesta a algunas de nuestras oraciones, les ofrezco mi promesa apostólica de que estas son escuchadas y contestadas.
Aquel que jamás se adormece ni duerme se preocupa por la dicha y la exaltación postrera de Sus hijos por encima de todo lo demás que un ser divino tenga que hacer. Él es el amor puro personificado de manera gloriosa, y Su nombre es Padre Misericordioso.”