La difícil y hermosa forma de escenificar a Jesucristo en el cine

Se estima que 2.380 millones de personas, casi un tercio de la población mundial, tienen algún tipo de creencia en Jesucristo. A través de diversas denominaciones, muchos creyentes practican varias formas de culto diseñadas para acercar sus corazones y mentes al Salvador.

Mucho antes de las primeras películas de la década de 1880 o de la invención de la televisión en 1927, los cristianos se sentían atraídos por retratos dramáticos del ministerio y la vida de Jesús.

Las “obras de la Pasión”, que se hicieron prominentes a partir del siglo XV en Alemania y Austria, eran recreaciones teatrales de la última semana de la vida de Jesús originadas en el ritual católico.

Desde la primera película sobre Jesús en 1898, “La Passion du Christ” (La Pasión de Cristo), se han creado muchas representaciones cinematográficas, incluyendo al menos 34 películas sobre Jesús y 80 en las que el Salvador aparece de alguna manera.

En las últimas décadas, la producción cinematográfica de mayor calidad ha creado experiencias con un impacto profundo en los espectadores, que son testigos de lo que pudo haber sido la vida de Jesús y sus primeros seguidores.

Sin embargo, los actores que desempeñan el papel del Salvador tienen una experiencia mucho más intensa de inmersión y empatía en la vida de Cristo. ¿Cómo es esto para ellos y cómo afecta a sus vidas y a su fe?

Deseret News reunió comentarios publicados de seis actores que retrataron al Salvador en las últimas dos décadas, incluidos tres Santos de los Últimos Días y otros tres actores creyentes:

Tomas Kofod en “The Testaments of One Fold and One Shepherd” (2000) y “Finding Faith in Christ” (2003), Jim Caviezel en “La Pasión de Cristo” (2004), John Foss en “La Vida de Jesucristo” (2012-2014), Diogo Morgado en “La Biblia” (2013) y en “Hijo de Dios” (2014), Anthony Butters en “Cristo aparece en las Américas Antiguas” (2023) y Jonathan Roumie en “Los Elegidos” (2017-2024).

Elegir a la persona adecuada

“El casting de Jesús es increíblemente difícil”, comentó Rob Gardner, quien ayudó a producir el casting al aire libre de “Jesús el Cristo” en Mesa, Arizona. Es fácil perder a la mitad de la audiencia cuando dicen: “Ese (actor) no representa bien al Salvador”.

“Nunca había visto una representación del Salvador que me gustara”, dijo Gordon B. Hinckley, expresidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, mientras Kieth Merrill se preparaba para rodar “Los Testamentos”.

Como en la mayoría de las películas modernas, el proceso de casting es exhaustivo, reduciendo a cientos de candidatos a un grupo considerable de pruebas de pantalla. Incluso después de este proceso, los líderes generales de la Iglesia le dijeron a Merrill que “ninguna” de sus selecciones finales fue aceptada.

Esto llevó al equipo de cine hasta Dinamarca. Tomas Kofod, criado en una familia religiosa activa, fue bautizado a los 23 años después de comenzar la escuela de actuación en Europa. 

Poco después, rechazó papeles en dos obras que le habrían requerido actuar en escenas sexualmente explícitas. En pocas semanas, su esposa recibió una llamada sobre una oportunidad en Utah.

“En el momento en que colgamos”, dijo Kofod, “estaba totalmente abrumado por el Espíritu”. Sin saber que el papel era sobre Jesucristo, dijo: “Me senté en el sofá y lloré como un bebé”.

Jonathan Roumie dejó un trabajo seguro en Nueva York para buscar su camino como actor en Los Ángeles. Durante un tiempo, tuvo que conducir un viaje compartido y trabajar en catering para pagar las facturas.

Con solo 20 dólares y un día de comida, Roumie decidió entregar toda su vida y carrera a Dios. “El peso se levantó de inmediato”, dijo. Tres meses después, fue seleccionado para interpretar a Jesús en “The Chosen” (Los Elegidos).

Preparándose para el papel

“¿Cómo puedo, como un pequeño hombre inútil, irradiar el tipo de amor que hizo Jesús?” dijo Kofod a un periódico danés. 

Diogo Morgado también describió su pánico inicial al imaginarse interpretando a Jesús, sintiendo la responsabilidad del papel. Después de viajar a Jerusalén, Morgado sintió aún más “la importancia de la historia”. 

Jim Caviezel volvió a leer los Evangelios y estudió escritos cristianos para prepararse. 

Anthony Butters aprovechó el retraso de la pandemia para estudiar las palabras del Salvador, conociéndolas de memoria.

Morgado explicó que la clave era el amor. “Para mí, Él es amor”, dijo. “La forma más pura de amor”.

La experiencia de interpretar a Jesús

“Mi objetivo principal es retratar el corazón de Cristo y el amor por toda la humanidad”, dijo Roumie. Admitió que no es fácil y que a medida que su camino con Jesús se ha vuelto más intenso, también lo han hecho los ataques espirituales. 

“Cuando las cosas se ponen muy difíciles, empleo la triada: la oración, el ayuno y el arrepentimiento”.

“No quería que la gente me viera. Solo quería que vieran al Cristo”, dijo Caviezel. 

Morgado esperaba que para los creyentes, su interpretación de Jesús fuera “otra forma de expresar y ver en la pantalla grande al Jesús que aman”. 

Butters comentó: “Todo lo que puedo hacer es esencialmente reflejar lo que he experimentado”.

Experiencias espirituales durante el rodaje

Kofod recordó la filmación del Jardín de Getsemaní como la escena más espiritual para él. Pensó en su bautismo y las dificultades que enfrentó en su escuela de actuación, conectándose con la angustia de Cristo. 

Caviezel también describió momentos de gran presencia espiritual durante el rodaje, especialmente en la escena de la flagelación.

Durante la escena de la crucifixión, Morgado sintió una intensa soledad, mientras que Kofod describió la incomodidad física de llevar el travesaño y colgar en el arnés. Caviezel sufrió de neumonía y una infección pulmonar durante la escena, pero encontró consuelo en la oración.

Reflexiones finales

El director Kieth Merrill recordó el profundo espíritu presente durante el rodaje de “Los Testamentos”. Blair Treu, director de “Cristo aparece en las Antiguas Américas”, describió noches de insomnio preguntándose si su trabajo agradaría a Dios.

Al final, los actores describieron sus experiencias como humildes y transformadoras, encontrando una conexión más profunda con su fe y una mayor comprensión del sacrificio y el amor de Jesús.

Fuente: Deseret News

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