Cuando la vida se pone difícil, sigue creyendo en Cristo, Él es nuestra única esperanza en las tormentas de nuestra vida.
El Imperio reina, la república ha sido destruida. Leia de Organa lidera las fuerzas rebeldes, pero su situación es crítica. Con los planos recientemente adquiridos de la Estrella de la Muerte, envió a dos droides, R2-D2 y C3P0 al planeta desierto de Tatooine con un mensaje urgente para Obi-Wan Kenobi:
“Ayúdame, Obi-Wan Kenobi. Eres mi única esperanza.”
Como cualquiera que haya visto este clásico épico sabe, el mensaje de Leia avivó una “nueva esperanza” en toda la galaxia y, con Luke Skywalker a su lado, pudieron comenzar el proceso para derrotar al Emperador de una vez por todas.
Si bien hay muchos puntos en común entre Star Wars y los Santos de los Últimos Días, hoy quiero hablar sobre la Esperanza, y no sólo en el sentido de una galaxia muy, muy lejana.
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Esperanza en el evangelio
Predicad Mi Evangelio define esperanza como:
“La esperanza es una firme confianza en que el Señor cumplirá las promesas que le ha hecho, y se manifiesta a través de la tranquilidad, el optimismo, el entusiasmo y una perseverancia paciente.
Es creer y esperar que algo bueno va a ocurrir. Si usted tiene esperanza, sigue adelante a través de pruebas y dificultades con la confianza y la tranquilidad de que todas las cosas obrarán juntamente para su bien.”
Sin embargo, confiar en la promesa del Señor se parece mucho a la fe. Y aquí es donde muchos de nosotros entendemos mal la diferencia entre esperanza y fe.
Esperanza vs. Fe
Una de las razones por las cuales existe este malentendido es porque la esperanza se usa en la definición de fe dada en el famoso versículo de Alma 32:
“Y ahora bien, como decía concerniente a la fe: La fe no es tener un conocimiento perfecto de las cosas; de modo que si tenéis fe, tenéis esperanza en cosas que no se ven, y que son verdaderas.”
¡La fe es tener esperanza en cosas! Entonces, ¿qué es la esperanza?
Para entender este atributo, primero tenemos que entender verdaderamente la fe.
La Fe
La fe es una acción. Creer en Dios es, lo creas o no, una acción. Tomas la elección consciente de creer en Él. Y cuando actuamos de acuerdo con esa creencia, aumentamos nuestra fe. Llamamos a estas acciones actos de fe.
La oración de José Smith al Padre Celestial fue un acto de fe. Orar para saber si las Escrituras son verdaderas es un acto de fe. Asistir a la Iglesia incluso cuando es difícil es un acto de fe. Pagar nuestro diezmo incluso cuando el dinero es escaso es un acto de fe. La lista sigue y sigue.
Neil L. Anderson, del Quórum de los Doce, dijo acerca de la fe:
“La fe en el Señor Jesucristo no es algo etéreo que flota libremente en el aire. No llega a nosotros por casualidad ni la conservamos por derecho natural.
Es, como dicen las Escrituras: “… la certeza… la convicción de lo que no se ve”. La fe emite una luz espiritual que se puede discernir. La fe en Jesucristo es una dádiva del cielo que se recibe al elegir creer y al procurarla y aferrarnos a ella.”
La fe crece línea por línea y nos es dada por la gracia de Dios. Crece a medida que elegimos seguir a Jesucristo. Me encanta la letra de una canción de la Primaria “La Fe”.
“La fe es saber que saldrá el sol, y alumbrará mi faz. La fe es saber que Dios oirá mi oración veraz. Cual semillita es la fe; sembrada crecerá. Tranquilidad en mi corazón si es justa mi decisión.”
A medida que crece nuestra fe, nos acercamos a nuestro Padre Celestial.
En resumen, la fe proviene de nuestra creencia en Cristo y crece a medida que elegimos seguirlo.
La Esperanza
Entonces, si la fe es acción, elegir seguir a Cristo, ¿qué es la esperanza?
Si volvemos al universo de Star Wars, al tiempo de “Una Nueva Esperanza”, podemos aprender algo sobre el poder de este atributo.
El Imperio se ha apoderado por completo de toda la Antigua República. Todo lo que queda es la rebelión iluminada por una chispa de esperanza.
Leia pone toda su fe en la esperanza de que vencerán al Imperio. Es por eso que ella lo llama su “única esperanza”. Esa es la chispa a la que se aferra cuando Vader la tortura y observa cómo explota su precioso planeta de origen.
Observa cómo, no importa cuán mal se ponen las cosas, ella continúa aferrándose a la esperanza de que las cosas mejorarán. Adquieren victoria tras victoria porque toda la rebelión se aferró a la creencia de poder vencer al malvado Imperio y cambiar las cosas.
Esa esperanza fue la chispa que el Imperio, y más tarde la Primera Orden, trató de extinguir. Pero no lo lograron.
La esperanza era tan preciosa para la rebelión porque eso es lo que la mantiene viva. Es la promesa de un nuevo comienzo, una nueva vida, un nuevo mundo, libre de la corrupción de los males que asolaron la galaxia.
¿Ves cómo la esperanza es realmente la chispa que enciende la acción de la fe? Eso también es cierto en el evangelio.
Volviendo a la definición de esperanza de Predicad Mi Evangelio: “La esperanza es una firme confianza en que el Señor cumplirá las promesas que [te] ha hecho”.
Es esa chispa que, sabiendo que no importa cuán difíciles sean los tiempos, Dios estará allí. Y siempre cumplirá Sus promesas. ¡Siempre! Está obligado a hacer lo que dice si hacemos nuestra parte (DyC. 82: 10), y cuando nos promete que nos ayudará a atravesar cualquier cosa, lo hará. Solo tenemos que aferrarnos a ese conocimiento.
Un fulgor perfecto
Nefi nos dice esto también al final de su registro:
“Por tanto, debéis seguir adelante con firmeza en Cristo, teniendo un fulgor perfecto de esperanza y amor por Dios y por todos los hombres. Por tanto, si marcháis adelante, deleitándoos en la palabra de Cristo, y perseveráis hasta el fin, he aquí, así dice el Padre: Tendréis la vida eterna.” –2 Nefi 31:20
Me encanta esta escritura. Me gusta pensar que es la escritura de supervivencia para nuestra vida. Cuando la vida se pone difícil, sigue creyendo en Cristo (esa es la parte de la fe) teniendo un fulgor perfecto de esperanza (la esperanza de que Cristo te ayudará).
Al hacerlo, leyendo las Escrituras y perseverando pacientemente en las pruebas que tengas que atravesar, recibirás el don de la vida eterna del Padre Celestial.
¡Qué promesa tan maravillosa!
Cuando actuamos, aferrándonos a esa esperanza, las cosas estarán bien. Los desafíos vendrán. Nos llegan a todos nosotros, pero podemos aferrarnos a esa esperanza de que Cristo nos ayudará.
Jesucristo, nuestra única esperanza
Todos estamos en la lucha por nuestra salvación eterna. Satanás y sus secuaces quieren negarnos eso y desean controlar nuestras vidas, al igual que lo hicieron el Emperador y sus seguidores.
A pesar de este ataque constante, no podemos dejar que el diablo extinga nuestra única esperanza: nuestra fe en nuestro Salvador Jesucristo.
Todos necesitamos de Su misericordia. Todos necesitamos de Su gracia. Debido a la expiación de Cristo, sabemos que Él nos comprende. Y podemos poner nuestra fe en esa esperanza, nuestra única esperanza, de que Él nos permitirá conquistar nuestras propias flaquezas. No podemos hacer esto sin Él.
Por eso es que pienso que se nos pide que desarrollemos este atributo. Necesitamos esa esperanza para continuar nuestro viaje por esta vida.
Me encanta pensar que Cristo es nuestro faro en la orilla. Es un faro de luz que brilla en la oscuridad para nosotros, los pobres marineros arrojados al mar tempestuoso.
Tenemos que mantener la esperanza de que la luz estará allí para nosotros. Él es nuestra única esperanza en las tormentas de nuestra vida. Incluso si no podemos verlo, Él está allí.
Él nos llevará a salvo a la orilla donde podremos descansar. Solo tenemos que aferrarnos a esa chispa de esperanza.
Este artículo fue escrito originalmente por Katrina Weyerman y fue publicado originalmente por thirdhour.org bajo el título “Developing Hope in Christ”